Juan Samuelle

Tras el boom de la soja, se viene un Uruguay más maicero

Tras una campaña récord que inyectó entusiasmo en el agricultor, con base en diversos factores el área nacional de maíz puede crecer 20%

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18 de julio de 2019 a las 18:00

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Uruguay como país maicero ha tenido sus vaivenes. Acompañó el auge de precios de unos años atrás, luego el área cayó junto a los precios, pero en esta primavera va por repetir los muy buenos resultados del año pasado.

Debe enfrentar una competencia fuerte de los otros países del Mercosur, que han crecido y exportan cada vez más.

Uruguay es un fuerte importador, pero también en años de buena producción es exportador de este grano.

Al mismo tiempo, el uso de grano en la producción de carne vacuna crece de la mano de los buenos precios del ganado, desde el destete de los terneros hasta la terminación de los novillos es cada vez mayor y los rendimientos que se han obtenido crecieron tanto que el maíz ha logrado persistir como un cultivo relevante y crecer.

Otro factor que ha sido decisivo es la mayor confiabilidad de los pronósticos meteorológicos: en año Niño suele concretarse un buen rendimiento y entonces cada vez más se vuelve un factor decisivo a la hora de sembrar. Y a eso parece encaminada la próxima primavera.

Es dudoso que se pueda completar el área de trigo y muchos productores evalúan postergar la siembra para arrancar temprano –en los primeros días de setiembre– con el maíz para intentar repetir los excelentes rendimientos del año pasado.

A una buena probabilidad de que el cultivo cuente con lluvias favorables se agrega que en este año el mercado juega a cartas vistas: Estados Unidos tendrá una cosecha mediocre y, por lo tanto, el precio internacional será firme y Argentina, Brasil y Paraguay tendrán mercados fuera de la región donde colocar sus excedentes, que serán amplios.

En los países vecinos ya se proyecta una cosecha récord y en Uruguay puede también obtenerse un récord por segundo año consecutivo.

El Niño y sus lluvias generalmente cumplen. En consecuencia, la siembra pasada generó  la mayor cosecha de la historia este otoño, como consecuencia de un rendimiento que rompió todas las referencias anteriores y se ubicó por primera vez por encima de los 7.000 kilos y holgadamente: 7.608 kilos por hectárea, que se formaron por la sumatoria de 7.973 kilos/ha obtenidos en el maíz de primera, 6.004 kilos/ha en el maíz de segunda y 9.282 en el maíz con riego.

 

 

Estados Unidos –principal productor y exportador mundial de maíz– atravesó un diluvio casi incesante desde marzo hasta mediados de junio, lo que achicará la cosecha de este año.

Seguramente el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) de agosto  hará nuevos recortes en la producción prevista.

En mayo el USDA esperaba una producción para Estados Unidos de 382 millones de toneladas, la segunda mayor de la historia. Esa proyección se derrumbó a 347 millones en junio y la mayoría de los analistas estadounidenses la estiman actualmente por debajo de 340 millones.

Esa proyección se vio parcialmente alterada por otra proyección, trimestral, de áreas de siembra el viernes pasado que no recortó la superficie de cosecha a pesar de las lluvias. Tomando esa referencia, el informe del USDA de julio elevó la producción prevista en julio a 366 millones de toneladas. Pero el cultivo, con desarrollo tardío, debe todavía sortear el calor de julio y agosto a la floración y el riesgo de heladas y nieve antes de la cosecha.

Lo más probable es que las reservas de maíz en Estados Unidos caigan de 56 millones de toneladas a menos de 40 millones. No es algo necesariamente alarmante, pero son las menores reservas desde 2013, a la salida de la sequía y el último año en el que los precios fueron muy altos, por encima de US$ 200 la tonelada. De todos modos es una cifra a ser confirmada.

La referencia de primera posición de Chicago que languidecía sobre los US$ 130 por tonelada se fue a US$ 180 por tonelada. Pero no resistieron, parecen haber encontrado un equilibrio en US$ 170 que perdurará hasta que otros factores climáticos lo muevan. Lo que da otra señal a los agricultores uruguayos: si la producción es muy elevada, el piso de precios aceptable lo pone la salida del grano al exterior. Fue lo que ya sucedió en la cosecha récord de este otoño.

Este año Uruguay volvió al mercado internacional con una colocación de unas 50 mil toneladas exportadas a un precio de US$ 160 por tonelada que permitieron descomprimir el mercado interno a la cosecha a un precio interesante.

 

 

 

Para quien logró 8.000 kilos y vendió a US$ 150 por tonelada en plena cosecha, la facturación de US$ 1.200 por hectárea fue un buen resultado. Hoy se consiguen precios algo mejores.

 

Aún en un año como éste en el que la cosecha fue récord –en 816 mil toneladas de acuerdo a las cifras del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca–, el mercado requiere maíz importado.

 

 

La importación en lo que va del año es menos de la mitad del año pasado y pone un tope a los precios que se mueven sobre los US$ 160 a levantar de chacra y los US$ 180 puestos en destino, mucho menos que el precio que tenía un año atrás, US$ 250 por tonelada, pero es un precio moderado fruto de una muy buena producción que da una pista de cuáles pueden ser los precios esperables el año próximo, aún con una buena cosecha en Uruguay.

Esa es la perspectiva para esta zafra, un precio medianamente aceptable con la posibilidad de un buen rinde. Porque además los precios ganaderos, mayores a los del año pasado, apuntan a sostener la demanda de granos.

De modo que el área de maíz debe quedar algo por encima de las 107 mil hectáreas del año pasado, consolidando la recuperación en la superficie que entre 2014 y 2017 no llegó a 100 mil hectáreas.

Con otra buena cosecha y un área que puede situarse en 130 mil hectáreas, Uruguay puede repetir una performance exportadora, y los ojos vuelven a posarse en China, que tiene sus cultivos afectados por la plaga de la lagarta llamada Army worm.

Por segundo año al hilo habrá una cierta reducción leve el área de soja y más cereales  derivados a la ganadería, una interacción que en virtud de la demanda de China por proteína animal parece destinada a seguir creciendo.

 

Juan Samuelle

 

Buen ánimo maicero
El buen ánimo maicero se percibe en toda la región. Argentina y Brasil se preparan para una cosecha récord a la espera de colocar el faltante estadounidense. Brasil superaría las 100 millones de toneladas y Argentina los 60 millones. El Mercosur exportará más maíz que Estados Unidos, habitualmente el dominador del mercado.

 

Juan Samuelle

 

 

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