"Sí, he leído y acepto los términos y condiciones del servicio”. Aceptar. Siguiente. Cuenta creada. Esta es la dinámica habitual con la que la mayoría de los usuarios –por no decir todos– se unen a alguno de los servicios más populares de internet. La ansiedad por empezar a usarlos cuanto antes provoca que nadie se cuestione lo que está aceptando.
Pero, ¿qué hay en esos textos? Jorge Morell Ramos, experto en derecho tecnológico y fundador del blog terminosycondiciones.es, dijo a Cromo que el usuario está aceptando una serie de derechos y obligaciones en materia contractual y de privacidad sin haberlos negociado.
El experto aseguró que los usuarios habitualmente pasan por alto términos y condiciones importantes como los que establecen durante cuánto tiempo se podrá usar el contenido que subimos (fotos, videos o textos). También lo relativo al uso o cesión de datos personales recogidos.
Facebook, por ejemplo, dice que cuando”compartís, publicás o subís” contenido otorgás una licencia internacional para almacenarla, copiarla y compartirla con otros.
En general, son grandes cantidades de texto, con una utilización de vocabulario técnico y cláusulas ocultas. Solo leer las de Amazon en voz alta toma aproximadamente nueve horas, según una investigación realizada por The New York Times publicada en febrero de este año. Las de Facebook, si se pasan a un documento de Word, representan casi 14 páginas.
La Universidad de Harvard estudió entre 2005 y 2015 los cambios que introdujo Facebook a la política de privacidad. En esos 10 años, confirman que los usuarios han ido perdiendo derechos sobre sus datos y la red social ha demostrado menor transparencia a lo largo del tiempo.
La red social requiere que los usuarios sean mayores de 13 años. El proceso de registro requería que los menores obtuvieran solo el consentimiento de los padres. Pero: ¿qué tan riguroso se podía ser para controlarlo?, se pregunta la investigación de The New York Times. “Los usuarios simplemente tenían que desplazarse hacia abajo y hacer clic en una casilla de verificación”, agrega.
WhatsApp es la aplicación de mensajería instantánea gratuita por excelencia. Es difícil encontrar a alguien que no la utilice cotidianamente pero ¿sabías que, al aceptar sus términos y condiciones, permitiste que la empresa pueda comenzar a cobrarte por utilizarlo en el momento que quiera? “Podemos cobrarte por nuestros servicios, incluidos los impuestos correspondientes”, dice el texto. Hay quienes vislumbran un escenario poco posible debido a que una decisión de este tipo afectaría su popularidad.
Según Morell Ramos, la aceptación de los términos y condiciones habilitan a las empresas a utilizar datos personales para publicidad, desarrollos internos y mejoras. También les permite establecer condiciones más favorables para el negocio a la hora de vender un producto online. Cuando se aceptan, comentó el experto, están firmando un contrato y es difícil volver atrás. Por eso tiene importancia comprender qué se acepta.
“Que se hayan aceptado los términos y condiciones no significa que no contengan cláusulas abusivas”, aclaró. Estas cláusulas son disposiciones en las que la relación entre el usuario y la compañía se encuentra muy desequilibrada a favor de la misma. “En estos casos, puede denunciarse la cláusula a efectos de conseguir que no sea aplicada”, agregó.
Cuando los usuarios reciben notificaciones de que deben actualizar el teléfono, adoptan el mismo comportamiento: “Actualizar todo”, “Siguiente”, “Aceptar” y listo. Muchas de esas actualizaciones traen cambios en los términos y condiciones de uso –y la persona no lo sabe–.
“Normalmente, las compañías modifican sus términos y condiciones entre una y dos veces por año. Nuestros estudios indican que el 45% de estos cambios no son comunicados”, indicó Morell.
Según el fundador de términosycondiciones.es, las compañías tienen el deber legal de avisar a sus usuarios sobre los cambios cuando estos afectan sus derechos. “Apple lo hace bastante bien, porque te obliga a volver a aceptar los términos cada vez que los cambia, pero la mayoría asume que, si después de la modificación sigues utilizando el servicio, es que la has aceptado. Y muy pocos tienen un historial de cambios. Lo que hay es mucha impunidad”, agregó.
Las grandes empresas de internet imponen las condiciones y los usuarios, sin leer, las aceptan porque al final “nunca me enteré de que haya pasado algo con eso”.
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