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Sintonía con Lacalle y distancia de Talvi: las claves de la hoja de ruta de Bustillo para Cancillería

El nuevo ministro calificó a Venezuela como dictadura y tuvo su primer choque con el canciller de Maduro; además defendió la “diplomacia de cóctel” y los gastos de etiqueta

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21 de julio de 2020 a las 05:02

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A dos semanas de haber asumido como nuevo canciller, Francisco Bustillo presentó las que serán sus líneas de gestión al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Durante una exposición en el Palacio Santos, el jerarca tomó distancia de la gestión de su antecesor, Ernesto Talvi, a través de diferentes temas como el posicionamiento sobre Venezuela, la organización interna de la cancillería y la forma de relacionarse entre diplomáticos, al tiempo que se mostró en sintonía con algunas acciones del presidente Luis Lacalle Pou.

Bustillo calificó a Venezuela como una dictadura y dijo que Uruguay no promoverá el diálogo en los grupos hasta no ver un cambio de actitud en el gobierno de Nicolás Maduro. Además, en su alocución defendió la “mal llamada diplomacia de cóctel” y los “gastos de etiqueta”, los que consideró fundamentales para construir relaciones y atraer inversiones en las embajadas. 

También se distanció de la reforma de la "diplomacia 5.0" que había presentado el economista colorado en su último día como canciller, y utilizó una metáfora futbolera para decir que en el Palacio Santos había jugadores “fuera de puesto”, en relación a jerarcas que a su criterio ocupaban dependencias en donde quedaban desaprovechados.

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Como ejemplo de esto último, Bustillo mencionó el caso de Nelson Chaben, que con Talvi ocupaba la dirección general de Frontera, Limítrofes y Marítimos, un área de jerarquía pero desde donde “no podía volcar todos sus conocimientos”. Ahora pasó a ser su asesor en medio oriente hasta que sea enviado como embajador en Arabia Saudita. “Es un área descuidada por la Cancillería, la quiero explorar y descubrir. A eso me refiero con el desorden que había en esta casa”, expresó.

Desde su llegada, el ministro cambió a la mitad del gabinete que había designado Talvi, varios jerarcas que se mantenían desde la época del frenteamplista Rodolfo Nin Novoa.

Dictadura

Bustillo consideró que en Venezuela hay una dictadura y anunció que Uruguay permanecerá en los grupos que se han conformado para buscar una solución pacífica, pero no promoverá el diálogo hasta que haya voluntad del chavismo. 

“Conforme al derecho internacional público, las normas democráticas que nos hemos dado en nuestra América, mi propia convicción, la del presidente de la República, el gobierno todo y no tengo dudas que de cualquier habitante nacido en la tierra de Artigas, con libertad no ofendo ni temo, Venezuela es una dictadura”, dijo al ser consultado.

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Sus palabras rápidamente generaron reacciones en Caracas, donde el canciller del gobierno de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, le contestó. Le sugirió “refrescar” sus conocimientos sobre derecho internacional y que evite “ideologizar” la política exterior de Uruguay

El canciller uruguayo agregó que el país seguirá perteneciendo al Grupo de Contacto Internacional y al Mecanismo de Montevideo, pero no promoverá “más acciones en favor de un diálogo en el que sobran conversaciones, pero falta la voluntad de una de las partes para avanzar en soluciones que mejoren la situación de Venezuela, y sobre todo de su gente”.

“Cuando veamos realmente que existe voluntad de diálogo, Uruguay va a ser nuevamente uno de los actores principalísimos para encontrar soluciones, pero el diálogo tiene que estar acompañado de acciones y hechos, y de eso se trata”, subrayó.

La posición sobre Venezuela había marcado diferencias entre Lacalle Pou y Talvi. Aunque afirmaba que en Venezuela no hay una democracia y señalaba violaciones a los derechos humanos, mientras permaneció en el rol diplomático el colorado se negó a calificar al régimen como una dictadura

En la presentación de este lunes, Bustillo recordó las palabras de Luis Alberto de Herrera y señaló que Uruguay "requiere de una indumentaria diplomática a la medida de su propio cuerpo".

En tanto, se mostró alineado con Lacalle Pou acerca de votar a Mauricio Claver Carone, el candidato propuesto por Estados Unidos, para ocupar la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la que Talvi estaba en desacuerdo. “Es un hombre que lo entendemos consustanciado con América, de familia nacida en Cuba, y no tenemos dudas que hará un buen trabajo. Esperemos logre los diálogos y consensos para ocupar esa posición”, zanjó.

En la ceremonia participaron la vicepresidenta Beatriz Argimón, varios ministros del gobierno, el expresidente José Mujica, los excancilleres Sergio Abreu y Gonzalo Fernández, y funcionarios diplomáticos. 

La estructura y el cóctel

Sin ser explícito, el diplomático dio a entender que desechará la reforma de la “diplomacia 5.0” anunciada por Talvi. Dijo que se reunió con la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, estudió las medidas y descubrió que “muchas, sino todas” ya se estaban realizando “con mejores recursos humanos que los que se planteaban, los cuales están más capacitados, con experiencia demostrada, y sin multiplicar estructuras paralelas costosísimas que hoy se pueden llevar adelante con costo cero”.

Bustillo pidió a las autoridades de las comisiones mixtas (Río Uruguay, Río de la Plata y Salto Grande) no renovar la contratación de asesores y consultores, y al mismo tiempo advirtió que desde la Cancillería no podían “dar rienda suelta a la alegría y estructuras en paralelo”, en referencia al rol que se otorgaba a Uruguay XXI en la propuesta de Talvi.

“Vamos a trabajar estrechamente con Arbeleche. De aquí en más el Ministerio de Economía y la Cancillería vamos a coordinar todo lo que hace a la promoción de Uruguay en el exterior”, subrayó.

El anterior canciller había solicitado a las comisiones un informe exhaustivo con los gastos, porque aseguraba que la Cancillería no tenía información acerca de qué hacían con el dinero ya que no se rendían cuentas.

Bustillo se definió como “producto” de la “mal llamada diplomacia de cóctel”, la cual "no es otra cosa que las muchas horas que uno dedica a las conversaciones con terceros”. 

Pocos días antes de renunciar, Talvi había dispuesto una reducción del 75% de los gastos de etiqueta, lo que Bustillo revisará. “Probablemente descubra que habría que aumentar la etiqueta”, expresó. 

El nuevo canciller dijo que “mucha gente” habla “sin conocimiento de causa y sin haber puesto el pie en las embajadas”. “Estudiaremos caso por caso las etiquetas, pero no se trata de un dinero que graciosamente gasta, no son una cifra tremenda ni nada que se les parezca y son auditados. No es un gasto superfluo, es un gasto necesario”, zanjó.

Diego Battiste

Según Talvi, en 95 misiones de Uruguay en el exterior, estos gastos ascendieron en 2019 a US$ 1.9 millones.

Reconocimiento a Talvi por gestión de varados
En su discurso, Bustillo reconoció el desempeño de los funcionarios consulares, una tarea “pocas veces reconocida”, y destacó que Talvi tuvo una importante gestión para conseguir el retorno de quienes quedaron varados en medio de la pandemia por el coronavirus.

“Tenemos que agradecerle porque hoy en día en la opinión pública la cancillería tiene otro lugar que ocupar porque saben del esfuerzo tremendo que vienen realizando nuestros compañeros que están en el exterior realizando actividades consulares”, expresó.

Messi y Suárez en el acuerdo con la Unión Europea

El nuevo canciller también dijo que Uruguay buscará “seducir” a los socios del Mercosur para conseguir “acuerdos a distintas velocidades”. “Es a lo que nos debemos y tenemos que apuntar, Uruguay tiene una vocación de regionalismo abierto y eso vamos a procurar, pero también intentando seducir a nuestros socios naturales, y convencerlos de las virtudes que ello acarrea para todos sin distinción”.

El ministro afirmó tener “cifradas esperanzas” en que durante este semestre, en que Uruguay ocupa la presidencia pro témpore del Mercosur, se firme el acuerdo de libre comercio alcanzado con la Unión Europea en 2019.

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El jerarca destacó el rol que ocupó la directora de Mercosur de la Cancillería, Valeria Csukasi, en la negociación y la definió como una “Messi”, al tiempo que dijo que era hora de que Carlos Pérez del Castillo, el embajador en Bruselas, cumpla el rol de “Suárez” y meta “la pelota en el arco”.

“Uruguay tiene el lujo de haber tenido siempre a Valeria Csukasi, una suerte de Messi que tenemos con nosotros y durante mucho tiempo ha venido manejando espléndidamente bien el tema, pero ahora llegó el momento de que la pelota está en Bruselas y corresponde a Carlos Pérez del Castillo, hacer las veces de Suárez y meter la pelota en el arco”, sentenció.

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