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Sobre fraudes y estafas en el mercado financiero II: los cursos mágicos

En finanzas tenemos nuestra vacuna: la educación financiera

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22 de enero de 2022 a las 05:01

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A raíz de presuntas maniobras de fraude y estafa, en las que supuestamente se sustrajo dinero a clientes de una institución financiera, repasé, en una columna publicada el 8 de enero, herramientas que tienen los inversores y las instituciones financieras para evitar este tipo de situaciones. 

Lastimosamente son muchas las maniobras que se realizan en el mercado financiero a través de las cuales se engaña a inversores y potenciales inversores.

Justamente esta semana me topé con otra que compartiré en esta nota. 

Esta es la historia: me llama a pedirme consejo el padre de una veinteañera que está estudiando, aún no trabaja y que teme que se le dificulte mucho conseguir empleo. Y le sugirieron hacer un curso para “hacer la diaria”. “Este curso corto de day trading te da las herramientas necesarias para analizar el mercado y ganar dinero día a día”, me explica. Y me envía los materiales promocionales. 

El curso lo ofrecía una institución que yo conocía y que –sin nombrarla– fue uno de los ejemplos que utilizamos en una columna que hicimos con Gabriel Pereyra en agosto de 2020 en el programa ADN de VTV. Antes de pasar a describir la “oferta de valor” de ésta y otras empresas similares, invito al lector a analizar si puede ser realista que alguien sin formación pueda obtener sistemática y sostenidamente mayor rentabilidad que los expertos que estudiaron y hacen esto hace años. No es razonable pensar que podamos hacer dinero sin trabajar, simplemente especulando. Si así fuere, dejaríamos de trabajar y estaríamos todos especulando. Además, vivimos en un mundo de bajos retornos. Lo que vuelve todo este esquema aún más irreal. 

En este tipo de empresas son unos maestros del marketing. Con afirmaciones como “curso único”, “de nivel cero a avanzado”, “conviértete en un day trader profesional en nuestra academia”, “libertad financiera con calidad Wall Street” y demás, logran el deseo de querer participar, de no perder la oportunidad y llevan a personas a tomar sus cursos que, con frecuencia, son onerosos. 

Los cursos son impartidos por docentes “altamente calificados”, muchos de los cuales no son nombrados, y otros tienen calificaciones de dudosa reputación. Algunos, a falta de títulos relevantes y experiencia en instituciones de referencia, cuentan historias (historias de personajes evidentemente ficticios que pasaron de penurias económicas a ganar mucho dinero a través de este medio) o citan artículos de prensa que son publicidad paga (en el caso de El Observador, los artículos comprados están identificados como OMedia y los del País con Inn Content). 

Algunos prometen tener una fórmula para ganarle al mercado. Si es así, ¿por qué la van a compartir con otros? ¿Por qué no la aprovechan para ganar mucho dinero para ellos mismos? Además, al compartirla, la “oportunidad” de aprovechar esta fórmula mágica desaparece. 

En un mercado alcista es fácil hacer dinero. Y siempre se puede tener un golpe de suerte. Pero tener la habilidad para navegar las aguas, con frecuencia tempestuosas, de los mercados financieros, es una habilidad que lleva mucho tiempo adquirir. 

Especial cuidado hay que tener con las empresas que luego de “capacitarte” te ofrecen abrir cuentas en plataformas de trading que ellos manejan y ganan dinero con las comisiones. Y más aún cuando ellos son tu contraparte, es decir: cuando el activo que tú compras es algo que tienen ellos. (Cuando es así, queda la duda si te lo ofrecen porque es en tu mejor interés, o porque es un activo del que se quieren desprender). En el caso que ofrezcan realizar operaciones financieras es conveniente tener especial cuidado y confirmar si es una operativa regulada por el Banco Central. Y, si lo es, si tiene las debidas autorizaciones para hacerlo. 

Por supuesto que no se puede generalizar. Hay academias e instituciones con excelentes propuestas de valor, con profesionales capacitados, y que contribuyen con que las finanzas puedan cumplir el rol tan importante que tienen: juntar inversores con oportunidades. Proveer los fondos necesarios para posibilitar el crecimiento económico y así, la generación de empleo y bienestar social. Ayudar a individuos a cumplir sus objetivos financieros y a prepararse adecuadamente para los desafíos a los que se enfrentan. 

Para lograr esto, se necesitan instituciones con adecuado gobierno corporativo, sistemas apropiados y con profesionales capacitados, con credenciales de organizaciones con reputación. 

El mercado financiero tiene un rol fundamental a cumplir en las sociedades y las vidas de los individuos. Y para que pueda llevar adelante su misión, el mercado debe funcionar bien, en forma eficiente. Y solo lo puede hacer con las instituciones adecuadas y con profesionales con altos estándares de profesionalismo y ética.

Cada inversor, al elegir con qué institución y que profesional trabaja, a quién le confía su dinero, puede contribuir con que prosperen aquellas empresas que hacen las cosas bien, y no tengan andamiento las que no lo hacen así. Y que tengamos un mercado de capitales que funcione adecuadamente. Ello redundará en grandes beneficios para todos.

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