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TLC con China: ¿beneficio o perjuicio para las industrias?

Representantes de las principales cámaras y empresarios de distintos rubros opinaron sobre el impacto que esperan de un eventual acuerdo con China

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25 de julio de 2022 a las 05:02

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A 10 meses del inicio de las conversaciones, China y Uruguay finalizaron el estudio de prefactibilidad conjunto. Este hito marca el inicio de las tratativas formales para alcanzar un tratado de libre comercio (TLC) entre ambos países que comenzará a negociarse el próximo lunes. 

¿En qué consisten estas negociaciones? Según dijo a Café & Negocios el economista chileno que lideró el equipo negociador del TLC entre China y Chile, Andrés Rebolledo, en estas primeras conversaciones los equipos de ambos países tienen que discutir la cobertura y el alcance del tratado, y —eventualmente— una primera visión de los plazos del acuerdo.

Rebolledo destacó que para emprender este proceso y obtener resultados fructíferos, China y Uruguay deben mantener un buen orden interno. Esto porque la negociación involucra a diferentes entes públicos y —aunque no participan de la mesa de negociación— también a empresas e industrias del sector privado: “Hay que tener un diálogo fluido para informar cómo va el proceso”, señaló el economista. 

El sector privado

Las negociaciones no se iniciaron, pero empresas e industrias ya comenzaron a tomar postura respecto al tratado basándose en la experiencia de países vecinos y también en estudios propios.

La Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay —tras haber hecho un informe con la opinión de sus socios respecto al TLC—, celebra la conclusión exitosa de los estudios de prefactibilidad y está a la espera de que inicien las negociaciones entre los equipos de China y Uruguay. “Uruguay se encuentra frente a una de las mayores oportunidades para avanzar en su senda aperturista de forma internacional”, sostiene un comunicado divulgado por la gremial empresarial.

El presidente de la cámara, Daniel Sapelli, dijo que el beneficio a nivel de exportación es claro porque permitiría a Uruguay posicionarse en el mismo nivel que Australia y Nueva Zelanda, los principales competidores en materia de comercio exterior porque venden a China lo mismo que Uruguay, pero con arancel cero. Y esto es importante porque —desde hace prácticamente una década— China es el principal socio comercial de Uruguay. 

Además, Sapelli sostuvo que si bien por ahora el país exporta únicamente bienes primarios al gigante asiático, una vez firmado el tratado esto puede cambiar: “Se puede abrir el comercio para productos que tengan un proceso industrial, porque lo va a facilitar”.

En este sentido, Rebolledo dijo que sin haber firmado el acuerdo es difícil imaginar los sectores exportadores que pueden desarrollarse gracias al vínculo con China, pero que cuando se hace el análisis de qué tan beneficioso o perjudicial puede ser el TLC, no se debe poner el foco únicamente en la oferta exportadora actual uruguaya, sino que se podría pensar en otros rubros de exportación para el futuro. En este sentido, remarcó que es importante que se incentive su desarrollo como consecuencia de la apertura de mercado entre los países.

En cuanto a la importación china al país, Sapelli no ve inconvenientes: “En todo TLC se plantean resguardos, y este no va a ser distinto”, señaló. Y luego explicó que para cualquier producto de fabricación nacional que se quiera preservar, se puede incluir como parte del acuerdo un artículo para no bajarle los aranceles a la producción china o hacerlo de forma gradual con hitos puntuales durante un período de tiempo determinado.

Además, destacó que para los productos que se importan de China, y no se fabrican en Uruguay, el TLC permitiría comprarlas a menor precio.

Según datos de Aduana a los que accedió Café & Negocios, los productos del mercado chino que más se importaron este año fueron los teléfonos inteligentes por un valor de US$ 55.851.839, y el valor total de las importaciones del país asiático fue de US$ 943.316.262. 

La Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) tiene una posición más conservadora respecto a los beneficios del tratado para el país. Tras haber hecho una encuesta con los socios de la cámara que arrojó que una mayoría relativa pide seguir adelante con el acuerdo, la gremial empresarial acompaña el proceso pero pide mirar con lupa el texto de la negociación. 

El resultado de la investigación mostró que el 42% de las empresas industriales estaba “de acuerdo” o “muy de acuerdo” con el tratado por los beneficios que implicaría, y el 27% estaba “en desacuerdo” o “muy en desacuerdo”.

Además —y con el objetivo de presentar más insumos al Poder Ejecutivo—, la cámara hizo un estudio de prefactibilidad en el que diferenció a los sectores industriales según el impacto que tendría el TLC en ellos. Entre los sectores beneficiados por el acuerdo se encuentran el arrocero, la industria frigorífica, los lácteos y los vinos.

En entrevista con Café & Negocios, el presidente de la Cámara de Industrias, Alfredo Antía, sostuvo que para las industrias basadas en materias primas de origen nacional hay “un universo de oportunidades”. Ejemplificó con la industria cárnica porque hoy en día el gigante asiático es el primer comprador de carne del país y en lo que va del año, Uruguay dejó US$ 130 millones en aranceles solo en esta industria. 

Según datos de Uruguay XXI, el año pasado las exportaciones de bienes a China sumaron una cifra récord de US$ 3.277 millones y los principales productos fueron la carne, subproductos cárnicos, madera, lácteos, celulosa y soja. 

Dentro de los sectores más sensibles o vulnerables, el estudio de los industriales destaca al metalúrgico, el siderúrgico, el automotriz, el de calzado, el de vestimenta, el de perfumería, tocador y cosmética, el de plástico, el de vidrio, entre otros.

“Para estos productos industriales —que, por escala, es más barato fabricarlos en China— hay que mirar el acuerdo con lupa”, señaló Antía.

La propuesta de la cámara para evitar perjuicios por el tratado es ser cautos, buscar una apertura gradual del mercado uruguayo con un cronograma progresivo y con un universo suficiente de excepciones. 

Estará en la negociación de Uruguay, la fuerza de sus resultados”, explicó Antía. “Entendemos que la fortaleza de Uruguay —en la medida en que está abriendo la puerta a esta parte del mundo— estará en unir fuerzas para triunfar en los intereses ofensivos, y en tener cautela para el resto de la industria que podría verse perjudicada”, añadió.

Más actividad para Uruguay

Sapelli defendió que firmar el tratado también puede llamar la atención de empresas extranjeras y, así, el país puede captar inversiones de aquellas que buscan exportar con arancel cero. 

En su visión, esto puede atraer a empresas para que instalen sus actividades en el país como base para exportar a China. “Como hay mucha seguridad jurídica yo creo que va a haber muchas inversiones, venta de servicios y aumento de trabajo. Para mí rompe los ojos, es el número uno en exportación”, concluyó el titular de la Cámara de Comercio.

"Todos los TLC que pueda firmar Uruguay, bienvenidos sean”, afirmó Sapelli.

Competir en el mundo

Los beneficios que destacan del TLC muchas veces se vinculan con la competencia que puede desarrollar el país en el ámbito internacional. Para el presidente de la Cámara de Industria de Uruguay, Alfredo Antía, competir no es solo bajar aranceles para intentar vender la mercadería ya producida sino, aumentar la producción de diversos rubros. Según Antía, para lograrlo hay que agregar políticas públicas y certificación de calidad en Uruguay. “Ser competitivos implica trabajar en los reclamos que históricamente hacemos, tener tarifas públicas competitivas, tener una burocracia estatal justa, tener capital humano capacitado y relaciones laborales construidas en un ámbito de cooperación”, señaló el presidente de la Cámara de Industria. 

La experiencia internacional

El economista chileno se refirió a la experiencia de los países de la región —Chile, Costa Rica y Perú—, que tienen activo un TLC con China. Esta da cuenta de que los años que le siguen a la activación del acuerdo, las exportaciones experimentan un crecimiento acelerado. “En el caso particular de Chile, las exportaciones crecieron cinco veces desde que se firmó el acuerdo”, contó Rebolledo.

Por lo tanto, si se concreta el tratado entre China y Uruguay, se pueden esperar beneficios en el corto plazo, y que se consoliden en el mediano y largo plazo. Rebolledo destacó que esto sucederá en la medida que se aproveche el acuerdo, y que se generen las políticas internas que permitan incrementar la competitividad para exportar. 

“Es bueno resaltar que los tratados de libre comercio son instrumentos que hay que saber utilizar y para los cuales se requieren políticas públicas, especialmente de competitividad” destacó Rebolledo en entrevista con Café & Negocios.

En cuanto a las inversiones del país asiático en territorio uruguayo, Rebolledo sostuvo que es probable que también haya novedades. Al firmar un acuerdo con China, el mercado se hace más atractivo a las empresas y los capitales asiáticos, entonces en algún momento —más tarde de lo que crecen las exportaciones—, puede haber un aumento relevante de las inversiones.

“China invierte en muchos países dependiendo del sector”, señaló el economista. “Algunos sectores son menos transables que otros y solo se desarrollan en el mercado doméstico, pero otros se instalan en países de América Latina pensando en el mercado regional como plataforma para expandir su actividad comercial a otros mercados”, explicó. Y podría ser el caso de Uruguay si se concreta el tratado. 

En los 15 años de vigencia del TLC de Chile con China, las exportaciones pasaron de US$ 5.000 millones a US$ 25.000 millones. En el caso de las inversiones tan solo hace cuatro años atrás había US$ 300 millones de capitales chinos invertidos en Chile, y el año pasado China fue el principal inversor, acumulando US$ 5.600 millones. “Hubo un boom importante en ciertos sectores, sobre todo en infraestructura”, destacó Rebolledo.

La opinión de algunas industrias

Industria cárnica

El director de Marfrig en Uruguay, Marcelo Secco, dijo que para el sector cárnico —al igual que para otros sectores del agronegocio nacional— la oportunidad más inmediata de un acuerdo con China está en la desgravación progresiva que va hacia la arancel cero. Destacó que desde el punto de vista arancelario en un destino en el que la industria, por año, deja en el entorno de US$ 150 millones, la posibilidad del acuerdo tiene un impacto directo en el ingreso de divisas y por tanto en la valorización del producto uruguayo.

Este es el mismo camino que han recorrido otros proveedores de China, específicamente a Australia y Nueva Zelanda.

Industria láctea

El directivo de Conaprole, Alejandro Pérez Viazzi, dijo que la industria láctea ve muy bien los avances del gobierno en relación al TLC con China. “Hasta con el gobierno anterior hemos manifestado la importancia de tener algún acuerdo de comercio con China”, señaló. Este pedido era consecuencia de que el principal competidor de la industria, Nueva Zelanda, ya tenía una cuota libre de arancel con el país asiático y dificultaba la exportación para el sector en Uruguay.

“Es de vital importancia que tengamos un acuerdo para competir en igualdad de condiciones”, sostuvo Viazzi. “Lo más importante es generar condiciones de competitividad para el trabajo de los uruguayos; poder venderlo y generar ingresos genuinos”, añadió. 

Industria siderúrgica

El presidente de la Cámara Siderúrgica del Uruguay y expresidente de la CIU, Gabriel Murara, entiende que el TLC con China puede ser una oportunidad para el país porque beneficiaría a varios sectores. Sin embargo, sostuvo que para la industria siderúrgica —como para muchas industrias que tienen alto valor agregado—, debe estar acompañado de políticas públicas: “Uruguay tiene muchos deberes por hacer, no solo firmar un acuerdo”, señaló. Luego, explicó que el tipo de cambio, el costo de la energía y de la mano de obra en el país implican una dificultad para el desarrollo del sector. 

“Si se firma el acuerdo y el gobierno se compromete a mejorar la competitividad en general, puede beneficiar a la industria”, afirmó. 

También destacó que es importante definir qué rubros son los que tendrían el beneficio arancelario, porque China tiene acuerdos con varios países en los que varios rubros pagan aranceles.

Industria textil

El director de Artex, Marcelo Arecco, dijo que no cree que se concrete el acuerdo por lo que implica para el país respecto a su participación en el Mercosur.

Pero en caso de que se firme el tratado entre China y Uruguay, cree que hay mucho para perder. “En este momento la balanza comercial con China es deficitaria para Uruguay. Todo lo que le podemos vender, se lo estamos vendiendo y no creo que el tratado mejore esa venta. Lo que sí va a implicar es la importación de muchos más productos chinos”, sostuvo. 

Para Arecco, la industria textil se podría ver particularmente afectada porque ya está dañada —de hecho, las producciones son escasas—, y si llegan productos más accesibles, lo poco que hay de producción textil, por ejemplo en materia de confecciones, se va a terminar. 

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