CHRIS DELMAS / AFP

Trump y la guerra de porotos que puede decidir el voto latino en las elecciones de EEUU

Con sus elogios al presidente americano, el director ejecutivo de Goya desencadenó una guerra de comida antes de las elecciones de noviembre

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16 de julio de 2020 a las 16:34

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Por John Paul Rathbone

Cuando la leyenda de la música salsa Willie Colón tuitea, "Black Beans Matter" (Los porotos negros importan), nos podemos dar cuenta de que la política estadounidense se ha degenerado hasta convertirse en una ‘guerra de comida’.

El músico y partidario de Trump hizo sonar metafóricamente su trombón para apoyar a la compañía de alimentos hispana Goya, la cual enfrenta un boicot de consumidores después de que su director ejecutivo elogió efusivamente al presidente estadounidense en el jardín de la Casa Blanca.

El furor es el más reciente foco de tensión en las guerras culturales de EEUU. Incluso podría determinar las elecciones presidenciales, dado que los hispanos representan el 13% de los votantes elegibles y son decisivos en estados electorales clave como Florida y Texas.

Los boicots no son nada nuevo, pero han adquirido una nueva intensidad durante una presidencia tan enmarañada con la estigmatización de comportamientos. Donald Trump, por sí sólo, ha pedido boicots contra Apple, Harley-Davidson, Macy's e incluso Italia. Sus críticos han iniciado sus propios boicots.

La actual disputa comenzó cuando Robert Unanue, descendiente de 66 años del inmigrante español Prudencio Unanue, quien fundó Goya en 1936 en el centro de Manhattan, dijo que EEUU “había sido bendecido” con un líder como "Trump, quien es un constructor", como su propio abuelo. Más tarde, en Fox News, Unanue se negó a disculparse por la declaración.

Getty Images

Para la mayoría de los 60 millones de hispanos en EEUU, quienes regularmente se abastecen de porotos negros, garbanzos y especias de Goya, la declaración fue incongruente.

Los productos de Goya, con sede en Nueva Jersey, una empresa de propiedad privada, pero con un valor estimado de US$3 mil millones, son de primera necesidad para los consumidores hispanos en EEUU. Mi familia una vez protagonizó un anuncio televisivo en la década de 1980 que presentaba una manida escena latina de hombres jugando al dominó y mujeres cocinando, con una cancioncita: "te chupas hasta los deditos/con los ricos bacalaítos".

Y, sin embargo, aquí, en la Casa Blanca, se encontraba el presidente ejecutivo de Goya elogiando a un presidente que habitualmente menosprecia a los hispanos, una población desproporcionadamente afectada por la pandemia, que ha comprado productos Goya para sobrevivir el confinamiento. Unanue mismo ha dicho que, "nuestros frijoles están volando de las estanterías.

Lo que se produjo a continuación fue una batalla entre consumidores que ha dividido a las familias, ha dejado perplejos a los clientes y se ha sumado a la "gran división" que está "destruyendo a nuestra nación", como dice Unanue.

Por el lado liberal del conflicto –impulsando el boicot #goyaway y representando al 74% de los hispanos que no apoyan a Trump– se encuentran latinos liberales como Lin-Manuel Miranda, creador de Hamilton, la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez y el chef José Andrés, cuyos restaurantes se han ganado muchas estrellas Michelin. Por el lado conservador están los derechistas: "Goya es fundamental para la comida cubana; la izquierda está intentando cancelar la cultura hispana y acallar la libertad de expresión", tuiteó el senador de Texas Ted Cruz.

Marco Rubio, senador de Florida, resaltó en un tuit un punto inusualmente relevante: "La mayoría de esas personas que apoyan #GOYABOYCOTT no usan @Goyafoods. . . y la mayoría de quienes sí la usan, se habrán rendido para Nochebuena".

ALEX EDELMAN / AFP

Los estudios demuestran que los boicots rara vez tienen mucho efecto en las finanzas. Cuando la Convención Bautista del Sur boicoteó a Disney en 1997 por brindarles seguro de salud a las parejas homosexuales de los empleados, el precio de sus acciones aumentó un 18% durante el resto del año. El boicot contra Goya podría ser sólo una tormenta pasajera. Como Goya no cotiza en bolsa, tampoco enfrenta la presión de los inversionistas.

Además, ¿cómo debería cambiar la compañía? Unanue, quien está registrado como republicano, tiene derecho a sus opiniones. También apoyó al ex presidente Barack Obama, y Goya tiene un historial de filantropía, y recientemente donó 1 millón de latas de garbanzos entre otras donaciones.

Aun así, opinar sobre cuestiones de política antes de una elección es un mal negocio. Los boicots pueden afectar a las empresas de bienes de consumo cuyos productos son fáciles de sustituir. Sus rivales como Conchita, Badia e Iberia deben estar complacidos. Antes de comparar a Trump con su abuelo, Unanue también debería haber invocado el espíritu del nombre de Don Prudencio.

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