Leonardo Carreño

Verónica Mato: de las tablas al Parlamento

Es actriz, dramaturga y directora teatral; es hija del desaparecido Miguel Mato, se afilió al FA en 2018 y fue electa diputada por una alianza entre comunistas y el PVP

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21 de junio de 2020 a las 05:02

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Luisa Cuesta sostiene la foto de su hijo, Nebio, sobre un fondo con toques de azul eléctrico y verde agua. El cuadro, inspirado en la corriente del pop art, es de la artista uruguaya Brenda Frizzera y forma parte de la muestra “Hermosas e insumisas”. Abajo del cuadro, que cuelga en la pared de uno de los despachos del anexo del Palacio Legislativo, un portaretratos muestra a Miguel Mato y su esposa Irma Correa. En la foto él tiene 23 y ella 18. 

Hoy, la hija de esa pareja, Verónica Mato, integra la bancada de 42 legisladores del Frente Amplio (FA). El cuadro de Cuesta y la imagen de sus padres la acompañan en la tarea legislativa, que asumió el pasado 15 de febrero después de resultar electa por la lista 1001, lanzada a través de una alianza electoral entre el Partido Comunista del Uruguay (PCU) y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP). 

El padre de Mato desapareció pocos años después de que fuera tomada la foto. La última vez que lo vieron fue el 29 de enero de 1982 y es considerado el último desaparecido de la dictadura cívico-militar (1973-1985). Sus restos nunca aparecieron, como otros 190 que sus familiares siguen buscando.  

Pese a ser electa por la alianza con el PCU y el PVP, el grupo que integra la legisladora –Encuentro 18 de Agosto– no está dentro de ningún sector de la coalición de izquierda. Dentro de ese grupo hay frenteamplistas independientes y activistas sociales, quienes se juntaron para impulsar la precandidatura de Óscar Andrade. 

Mato se afilió al FA en 2018. Hasta esa año su militancia se centró en el activismo por los derechos humanos. Además de legisladora, es actriz y dramaturga. También madre de Germán, de 20 años, y feminista. En las últimas semanas su nombre fue tendencia en las redes sociales luego de que el diputado Martín Lema, presidente de la Cámara de Representantes, la interrumpió  mientras exponía en una media hora previa sobre la violencia machista. 

Memoria

Leonardo Carreño

Mato no recuerda cuándo fue exactamente que tomó conciencia de que su padre era uno de los desaparecidos de la dictadura. Tenía cinco años cuando fue detenido y eso cambió por completo la dinámica familiar. Su madre y su abuela –que falleció en noviembre de 2019– empezaron a recorrer distintos lugares tratando de encontrarlo. 

Cuando Mato hace memoria, se emociona y con la voz entrecortada señala cuándo fue que a su familia le “cayó la ficha”. “Recién con la salida de los presos políticos, recién en ese momento, que mi padre no salió... De alguna forma, a la familia le cae la ficha”, afirma en diálogo con El Observador. En ese momento, rememora  la película La noche de 12 años de Álvaro Brechner, cuando en la escena final los detenidos finalmente son liberados y bajan de un ómnibus en un lugar acordado, donde los esperan sus familias. 

Otro recuerdo involucra al represor Gregorio Álvarez. De niña Mato le escribió una carta al dictador, preguntándole dónde estaba su padre. “Tendría 6 años. Escribí una carta para Gregorio Álvarez preguntándole por mi padre. Pero era un acto –con el tiempo lo pienso– para que alguien la encontrara”, reflexiona la diputada. 

La tercera imagen que le viene a la mente tiene como trasfondo Un río de libertad, el 27 de noviembre de 1983. Mato recuerda estar con su madre y con su abuela, rodeada de otros familiares, miles de personas y las imágenes de los desaparecidos. 

Su abuela, cuenta, murió sin conocer el paradero de su hijo, algo que nunca pudo superar. Mato guarda sus cenizas, a la espera de algún día poder juntarlas con las de su padre. 

Artista

Antes de dedicarse a la política, Mato egresó de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) y también se formó en el taller de Mauricio Kartun en Buenos Aires. En 2016 co-fundó Trillo Distribuidora de Artes Escénicas, emprendimiento que abandonó cuando resultó electa diputada para evitar cualquier tipo de especulaciones, ya que la compañía mantiene vínculos con organismos del Estado y gobiernos departamentales. Lo que no abandonó fueron los escenarios. Mato tomó la decisión de compaginar la actuación con el trabajo parlamentario.

Tenía un cronograma previsto para 2020, que quedó en suspenso una vez que el gobierno decretó la emergencia sanitaria por coronavirus.
En los últimos días, su trayectoria artística fue motivo de críticas en redes sociales, donde circuló un mensaje que afirmaba que había ganado “todos los años” concursos del Ministerio de Educación y Cultura, favorecida por el jurado. 

“Es imperdonable que el FA sea solidario con los artistas compañeros”, decía el mensaje. La legisladora desmintió esa acusación, afirmó que no concursó todos los años y recordó que no se afilió al FA hasta 2018. 

Cruce con Lema

Leonardo Carreño

El pasado 2 de junio Mato eligió la media hora previa para exponer sobre la violencia machista en la política. “En este corto tiempo que llevo como legisladora he tenido que presenciar cómo la voz de nosotras, las mujeres parlamentarias, no es escuchada en este recinto”, sostuvo en la sesión de ese día. 

Mientras desarrollaba su discurso, la legisladora fue interrumpida por Lema, quien le pidió “cuidar las formas” y evitar hacer “referencias”.  “Exprésese con total libertad, pero evite cualquier tipo de expresión hiriente”, le pidió el presidente de la cámara. 

La diputada siguió con su intervención. “¿Qué hacen, varones? ¿Cómo se sienten cuando saben que otros varones como ustedes ejercen violencia física y sexual?”, preguntó la diputada y volvió a ser interrumpida por Lema, quien esta vez pidió suspender el uso de la palabra. 

El diputado nacionalista recibió el reclamo de la bancada de diputados del FA, quienes le pidieron que revisara su actitud y prestar más atención para evitar legitimar el “flagelo” de la violencia de género. 

Mato explica ahora que hizo ese comentario porque “cuando las mujeres hacen uso de la palabra  hay ruidos. Si habla un varón es una cosa y si habla una mujer es otra”. 

“Son cosas que no se pueden naturalizar. Si soy parlamentaria y permito que sucedan estas cosas estoy legitimando que le hagan eso a otras mujeres”, consideró. 

La diputada presentó  una nota administrativa para que la cámara revise la aplicación del reglamento que hizo Lema. “Si desde este espacio no velo por los derechos de las mujeres, estaría faltándole el respeto a todas las que hicieron que pudiera estar acá. En ese camino estoy”, concluyó. 

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