Con la influencia del Barón Eric de Rothschild (ChâteauLafite-Rothschild), Laura Catena trabajó en individualizar y estudiar por separado cada parcela, procurando mantener inalterado su equilibrio natural.
El Viñedo es único por su particular combinación de suelo (y su microbioma), clima e intensidad solar. Su suelo aluvional se formó hace miles de años, y con el tiempo la actividad volcánica, sísmica y eólica fue trasladando la piedra y la tierra, configurando un laberinto de diferentes micro-terroirs dentro del viñedo.
Encontrar el Viñedo Perfecto tuvo un alto componente de suerte, cuenta Laura Catena: "Mi padre plantó en Adrianna buscando más frío, sin saber que reposaba sobre un río seco con un sinfín de parcelas increíbles en su diversidad. Al vinificar las uvas de cada pequeño pedazo de tierra por separado, encontramos el oro, pero fue de manera azarosa.