El director de relaciones institucionales de Peñarol, Walter "Indio" Olivera, evocó a la figura de Waldemar Victorino, archirrival en Nacional desde fines de la década de 1970 pero compañero en la selección uruguaya en el Mundialito de 1980.
Victorino se suicidó el martes 29 de agosto de 2023 y dejó de luto no solo a Nacional sino a todo el fútbol uruguayo.
"Es un día muy embromado. Cuando pasan estas cosas te golpean fuerte. Con Waldemar éramos no tanto amigos pero sí grandes compañeros. Cuando nos encontrábamos nos dábamos siempre un abrazo. Siempre lo vi bien y nunca pensé que llegara a esto. Lamentablemente las cosas suceden. Yo también por alguna situación me encontré en algún momento mal y sucedió lo que sucedió con Peñarol y me hizo muy bien. Esto que pasó con Victorino no lo puedo creer todavía", dijo Olivera a 100% Deporte que se emite por Sport 890.
"Lo había visto en la reunión de glorias celestes en el Estadio Centenario, conversamos y no vi que estuviese mal ni hubo un comentario. Esto me cayó de sorpresa. Corrió la noticia en el entrenamiento de Peñarol. Son cosas que suceden, ya ha pasado con otros muchachos, son cosas que a uno lo golpean fuerte. Hay que tener cuidado, mirar para atrás, mirar para el costado para ver quién está bien o está mal. A veces uno no se preocupa tanto y cuando suceden estas cosas duelen muchísimo", agregó.
Olivera comentó cómo fue su vivencia lejos del fútbol y cómo sintió que su vida se fue apagando: "No tenía problemas económicos ni familiares. Pero me faltaba aquello: el fútbol. Lo extrañaba totalmente. Tenía otro laburo, un comercio, pero llegó el momento en que me hice veterano y la maldita jubilación te hace llegar a sentirte en el fondo sin tener una salida. Estás sin hacer nada. A veces no tenés ganas de ir al fútbol o al cine. La vida empieza así y cada vez te sentís más mal y lamentablemente a Victorino pienso que capaz que le pasó lo mismo y lógicamente no aguantó y pasó lo que pasó".
Consultado sobre si Peñarol "lo rescató" en lo anímico, Olivera contestó: "Sí. Para estas cosas Peñarol fue un medicamento especial. Yo la verdad que me sentía muy mal y volví a ir a Los Aromos, al estadio y me rescató. No sé si hubiese llegado a tanto, como le pasó a Victorino. Pero sí me sentía muy mal. Cada vez con menos fuerzas y menos ganas. Y cuando empecé a ir a los entrenamientos, aunque tenía miedo por cómo me iba a recibir la juventud ya siendo un hombre viejo, después que pasaron unos días me empecé a sentir mejor. Ahora sufro cuando Peñarol pierde o me quedo contento cuando gana".
"No te voy a decir que me sentí más joven, pero me alegró la vida, salir de casa como si fuera a un entrenamiento y voy contento. Y vuelvo contento. Estoy ocupado. Eso es lo más importante. Conozco a varios muchachos que se han sentido así y hay equipos que no los ocupan. Pero Peñarol conmigo lo hizo y me vino muy bien. Le agradezco mucho más a Peñarol ahora que todo lo anterior de estar 14, 15 años jugando al fútbol", afirmó.
Olivera asumió su cargo bajo la presidencia de Ignacio Ruglio, en enero de 2021.
"Obviamente los clubes no pueden contratarlos a todos para tenerlos a todos bien. Pueden hacer muchas cosas. Una vez por mes, cada 15 días invitarlos. Ahora en Los Aromos se empezó a hacer entre nosotros. Están todos invitados a ver los entrenamientos, pero a veces el exjugador de fútbol es un poco reacio a ir otra vez porque no conocen a nadie. Si pudieran ir un día uno, otro día otro, en Los Aromos están las puertas abiertas para los exjugadores de fútbol. Los estoy invitando", afirmó.
"Sé que hay compañeros míos que intentan tener una jubilación para exjugadores porque aportaron para la jubilación. Para aquellos que están mal, no van a ganar una fortuna pero van a tener una jubilación que les permita vivir dignamente. Hay muchos muchachos de mi época y anterior que están necesitando un apoyo, hayan jugado en Peñarol, Nacional o en otros equipos", expresó Olivera, campeón de América y el Mundo con Peñarol en 1982. .
"Victorino fue un gran jugador de fútbol, goleador, muy difícil de marcar porque era chico pero escurridizo, cabeceaba muy bien, por algo jugó donde jugó. Fue el 9 goleador de Nacional, un equipo grande y ya con eso lo decimos todo. Pero tenía un gran don de gente, era un muchacho bárbaro", terminó diciendo Olivera.
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