Preparados para ver una de Rambo, los votantes se encontraron con una película liviana y con moraleja sobre el valor del entendimiento mutuo y la civilidad. Fue un debate pre-trumpista. Tim Walz archivó sus ácidas acusaciones sobre lo raro, freak y extremista que puede ser JD Vance, y el candidato a vice de Trump dejó de lado sus críticas a las exageraciones (o sencillamente mentiras) que contó el demócrata sobre su pasado militar. Quién se impuso en ese clima de cordialidad.