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Una buena actuación de Uruguay en el mundial puede favorecer al Frente Amplio en las elecciones

Expertos coinciden en que la actuación de la celeste puede tener influencia electoral
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22 de abril de 2018 a las 05:00

A pesar de que en los últimos meses el término "campaña electoral" salió de la boca de más de un político, lo cierto es que los dirigentes y líderes todavía no tienen un plan totalmente armado de cara a las elecciones nacionales de 2019. Algunos ni siquiera se animaron a arriesgar un precandidato y una de las principales causas tiene forma de pelota. Dentro de menos de dos meses la selección uruguaya se estrenará en el Mundial de fútbol , las cabezas de los hinchas girarán hacia Rusia y, como la política quedará tapada por camisetas celestes, no será hasta después de ese campeonato que los partidos empiecen a tomar carrera hacia 2019.

Tal vez ese sea solo un ejemplo de cómo el fútbol logra acaparar la atención de los uruguayos, especialmente cuando se trata de una copa del mundo. Y es probable que con cada gol de la selección uruguaya en Rusia, los gritos del gobierno se sientan con más fuerza.

Si bien es imposible saber cómo le va a ir a Uruguay en el Mundial, un resultado positivo puede llegar a ser más favorable para el Frente Amplio cuando empiece a pensar de lleno en lo que se viene el próximo año. ¿Por qué? No existe ninguna ciencia que lo asegure, pero cuando a la Celeste le va bien en el fútbol, el nacionalismo se realza y, según sociólogos y politólogos consultados por El Observador, los resultados positivos –no solo en el fútbol- en general tienden a favorecer al oficialismo.

"El gobierno debe estar deseando que a Uruguay le vaya muy bien en el Mundial de Rusia 2018" - Federico Irazábal, sociólogo y experto en comunicación política

"Uruguay está en el puñado de países en el que el fútbol es pasión de multitudes. Por eso, si (un triunfo de la selección) favorece a alguien es al gobierno de turno y eso se puede medir con encuestas de opinión pública", dijo la politóloga Fernanda Boidi y explicó que, de todos modos, el efecto puede llegar a ser efímero y no necesariamente traducirse en el voto.

El efecto que determinadas situaciones, sean buenas o malas, generan en la opinión de la gente con respecto a sus gobernantes está estudiado y tiene nombre propio: "La marcha en torno a la bandera". Boidi puso como ejemplo el ataque el 11 de setiembre de 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York (Estados Unidos). El atentado que sacudió al mundo, y especialmente a los estadounidenses, trajo como consecuencia, señaló Boidi, que se dispararan los niveles de confianza en el presidente George W. Bush y que hubiera mayor confianza en el Congreso.

En el caso de Uruguay, la marcha puede ser en torno a la camiseta y según el sociólogo y experto en comunicación política Federico Irazábal, la explicación radica también en el lugar que el fútbol ocupa en la agenda pública cada cuatro años. "Impacta mucho. Copa la temática. En las redes sociales, en los noticieros, en la televisión van a aparecer todos los programas referidos al desarrollo del mundial, a los equipos, porque es un tema que se instala. Eso le resta tiempo en los noticieros, por ejemplo, a los homicidios, a los robos. Si será importante el mundial", dijo.

Según el experto, el problema con la hipótesis de que a mejor result lacalle Pou ado en el Mundial, más felicidad en el Frente Amplio para el 2019, es el tiempo. Porque cuando la selección que se consagre campeona levante la copa del mundo, faltará casi un año y medio para llegar a octubre del siguiente año y el impacto en caso de que Uruguay obtenga un buen puesto –o el mejor- puede durar menos. "El mundial va a quedar un poco lejos de la instancia electoral pero sin dudas si a Uruguay le va bien en el mundial eso va a impactar en el humor de la gente, en el humor social", remarcó Irazábal y en seguida recordó una leyenda popular. Se dice, o solía decirse, que allá por la década de 1990, cada campeonato o clásico ganado por Peñarol tenía como consecuencia no solo los festejos sino además una suba de tarifas de servicios estatales, que pasaba desapercibida entre tanta alegría de los hinchas aurinegros. Mito o no, es un ejemplo más de cómo la agenda se centraba en el fútbol, en ese caso para un grupo de ciudadanos.

A Irazábal también se le vino a la cabeza el día en el que la selección del maestro Óscar Washington Tabárez llegó al aeropuerto de Carrasco desde Sudáfrica y fue recibida con idolatría. Miles de personas se amontonaron alrededor del Palacio Legislativo para ver a los héroes de mediados de 2010 y las banderas uruguayas flameaban con mucha más fuerza que en cualquier acto político. El expresidente José Mujica se estaba estrenando a la cabeza del Poder Ejecutivo pero el sociólogo está convencido de que si las elecciones hubieran sido poco tiempo después del mundial, el resultado hubiera beneficiado ampliamente al Frente Amplio.

El último Mundial sí coincidió en el año con las elecciones pasadas. En la primera encuesta de la consultora Cifra después del campeonato de fútbol de 2014 en el que la selección fue eliminada en octavos, el Frente Amplio había bajado 2% la intención de voto. Esos datos no implican que haya una relación directa entre un resultado de fútbol y la intención de los votantes pero, para Irazábal, con un nuevo mundial en puerta "el gobierno debe estar deseando que a Uruguay le vaya muy bien".


En la misma línea, el politólogo Eduardo Bottinelli señaló que "si Uruguay sale campeón es probable que el beneficiario sea el Frente Amplio pero no hay nada contundente al respecto". "Se incorpora en el estado de ánimo de la opinión pública un elemento más que se da en un contexto político determinado. Ese es el sustento que hay atrás. El contexto político es que está el Frente Amplio en el gobierno (cuando hay un triunfo para la selección). La lógica que avala ese razonamiento es ese, pero en Uruguay no tenemos forma de comprobarlo", explicó.

¿Y Uruguay como sede?

Si el sentimiento nacionalista se agranda con cada grito de gol y la temperatura de los hinchas celestes aumenta con cada figurita que se pega en el álbum mundialista, cuánto más crecerá el día que Uruguay deba pelear por ser una de las sedes del Mundial 2030.

"A veces el efecto es efímero y no se traduce en el voto. Pero sí hay un efecto. El punto es cuál es el impacto" - Fernanda Boidi, politóloga

"Creemos que es de justicia que ese mundial de 2030 lo podamos organizar entre Argentina, Paraguay y Uruguay", dijo hace algunos meses el presidente de la República, Tabaré Vázquez.
Entre la justicia y el derecho a celebrar los 100 años de la copa del mundo en su país de origen, Vázquez estaba, sin querer queriendo, exaltando esos sentimientos que le nacen a los uruguayos con una pelota que entra en el arco.

Por eso, cuanto más hincapié se haga en ser sede mundialista en 12 años, mejor será para el gobierno de turno, según explicó Irazábal: "Es mucho más capitalizable (para el partido de gobierno) la organización de un evento deportivo que el triunfo de un equipo nacional, que no depende del gobierno aunque afecta el humor (de los votantes)", dijo.

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