Por Blasina y Asociados, especial para El Observador
Los futuros de
soja consolidaron esta semana su profundo ajuste negativo en
Chicago.
Cuando recién se está a mediados de junio, los fondos especulativos siguieron liquidando posiciones en la oleaginosa, pese a que faltan fases claves para los cultivos.
Las muy buenas condiciones de los cultivos sumados al clima favorable se suman al temor porque finalmente Estados Unidos imponga aranceles a las importaciones chinas y que el gobierno de ese país tome a la soja como represalia.
Para este viernes se espera la decisión del gobierno estadounidense sobre las importaciones chinas.
La posición julio de la soja caía por octava jornada en las últimas nueve sesiones en Chicago testeando los US$ 340 por tonelada. Hay analistas que destacan que desde hace casi dos décadas no se ve una caída tan abrupta de precios de la soja en la primera mitad de junio, dado que los mayores ajustes se dan en julio o agosto –son meses más definitorios para el rendimiento–.
El martes el Departamento de
Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) recortó la proyección de stocks finales de soja para ese país en la campaña actual que termina en agosto. El ajuste fue superior al mercado pero el mercado no reaccionó. Se tiene en cuenta que las estimaciones sobre área y rendimiento que asume el USDA para la próxima campaña están por debajo –especialmente en productividad– de lo que están mostrando los cultivos. Además, el conflicto con China puede impedir que se logre las exportaciones previstas para los próximos meses.
A esto se suma que los analistas consideran muy optimistas los pronósticos del USDA sobre el crecimiento de la demanda mundial de soja en 2018/2019 y sobre las importaciones chinas de la oleaginosa.
El organismo prevé que las compras de soja en China aumenten en 6 millones de toneladas, hasta 103 millones de toneladas. En tanto, el Ministerio de Agricultura de China maneja una estabilidad en las compras al exterior sobre 95 a 96 millones de toneladas.
En el mercado local la actividad es muy limitada, concentrándose en terminar con las últimas cosechas que puede haber y definir los saldos que podrían quedar por comercializar. Para quienes no pudieron cumplir con sus contratos esta baja puede ser una buena noticia –pueden completar con una soja no tan cara como semanas atrás–.
Señales buenas para el invierno
Más allá de los ajustes en Chicago en los últimos días, los valores del trigo siguen siendo los de mejor desempeño en ese mercado dando un buen escenario para los cultivos de invierno. Los productores locales a medida que siembran cebada pueden fijar –y lo han estado haciendo– negocios por encima de US$ 200 por tonelada. Con un rendimiento promedio, esto generaría una mejor ecuación respecto al año pasado, cuando los precios y productividad fueron menores.
Los productores locales aprovechan las ventanas de siembra para implantar cebada y trigo. La superficie de colza será inferior a la proyectada debido a que no se pudo sembrar en la ventana ideal y eso podría sumar –si el clima permite– sumar más hectáreas al trigo.