El crédito, motor del consumo que se reactivó desde el año pasado, tiene un costado B. Según estimaciones del Banco Central, la carga mensual del pago de deudas en el ingreso familiar alcanzó el 20%, el doble que en 2024 y récord de los últimos 20 años, solo superados por los niveles registrados en 2018. "Si bien es un comportamiento cuyos pilares subyacentes son positivos (la mayor estabilidad y la consecuente vuelta del crédito), la mayor proporción de ingresos comprometidos en tan poco tiempo pueden reducir el margen de maniobra de los hogares ante necesidades imprevistas de consumo, al volverse virtualmente un nuevo gasto fijo", explica un informe de Empiria, la consultora de Hernán Lacunza.
También según el Banco Central, la probabilidad estimada de default en hogares alcanzó el máximo en los últimos años (1,8%) y quedó muy por encima del promedio de los últimos 20 años (1,2%). "Este crecimiento no se ve en las empresas, donde la probabilidad de default se mantiene estable, así como los niveles de mora", destaca la consultora.
Consumo y sus motores
Recuerdan que el consumo tiene tres motores, que conceptualmente pueden definirse según momentos en el tiempo: los ahorros (ingresos pasados financiando consumo presente), el ingreso disponible (ingreso actual financiando consumo presente) y el crédito (ingresos futuros financiando consumo presente).
Los ahorros tuvieron un crecimiento considerable en 2024 como motores del consumo presente, lo que se reflejó en el porcentaje de hogares acudiendo a ahorros para financiar gastos corrientes. "Sin embargo, el que mayor potencial tiene para darle escala y sustentabilidad al consumo es el crédito, que se duplicó en términos reales entre mayo del 2024 y mayo del 2025", apunta Empiria.
Vuela el crédito hipotecario
Principalmente, el aumento se vio en el crédito para la compra de bienes durables, con el hipotecario creciendo 300% (desde prácticamente cero) y los prendarios (160%). El crédito en tarjetas creció 70% y los personales (+213%).
Deuda en tarjetas de crédito
Las tasas de irregularidad de los créditos personales, prendarios y de tarjetas de crédito comenzaron a registrar aumentos, aunque no todos los casos son iguales. Si se compara con las tasas históricas de mora, los personales y los hipotecarios están en rangos normales o menores, pero la mora en tarjetas de crédito alcanzó 2,8% en el primer trimestre de 2025, 0,4 puntos porcentuales por encima de la última década y 0,7 puntos por encima de 2023-2024. En el caso de los prendarios, la mora alcanzó el 3,5%, 0,9 puntos superior al promedio de la última década y 0,5 puntos por encima de 2023-2024.
"Las tasas de interés, que pasaron de ser negativas a positivas en el último año, explican parcialmente este fenómeno: las cuotas ya no pierden valor a medida que pasa el tiempo y, entonces, se mantiene su peso dentro de los gastos mensuales. La acumulación de crédito, entonces, presiona el ingreso en mayor medida que antes", explica Empiria.