Estados Unidos y Argentina encabezaron este jueves una reunión internacional en Nueva York para abordar la crisis política y humanitaria en Venezuela, convocando a más de 30 delegaciones de distintos países y organismos internacionales. El encuentro, celebrado en paralelo a la Asamblea General de la ONU, tuvo como objetivo generar un marco de acción conjunta frente a lo que describen como la creciente represión por parte del régimen de Nicolás Maduro.
La reunión fue presidida por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la canciller argentina, Diana Mondino, quienes coincidieron en la urgencia de garantizar que "la voluntad y los votos del pueblo venezolano sean respetados". Blinken señaló que, tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, Maduro “manipuló los resultados” para aferrarse al poder y emitió órdenes de arresto contra figuras opositoras, entre ellas Edmundo González Urrutia, candidato que fue exiliado a España.
“Si hoy tenemos un objetivo único, ese es garantizar que la voluntad y los votos del pueblo venezolano sean realmente respetados, y que puedan determinar su propio futuro”, afirmó Blinken al abrir la cumbre. Además, subrayó que la comunidad internacional debe continuar presionando para que el régimen de Maduro cese en su represión, libere a los presos políticos y permita una transición pacífica hacia la democracia.
La visión de Argentina sobre la crisis venezolana
Por su parte, la canciller argentina, Diana Mondino, fue particularmente contundente al condenar al régimen venezolano, calificándolo de "autoritario" y denunciando el "plan sistemático de desapariciones forzadas, torturas y homicidios" llevado a cabo bajo la dirección de Nicolás Maduro y su círculo cercano. Mondino enfatizó que la crisis venezolana está desestabilizando a toda la región, con más de 7,8 millones de venezolanos que han abandonado el país, buscando refugio en otros lugares de América Latina.
“Venezuela con Maduro no es Venezuela. Él controla las reservas de petróleo y quiere expulsar a los venezolanos de su propio país”, expresó Mondino durante su intervención. La ministra de Relaciones Exteriores también destacó los desafíos que enfrentan los países de acogida, como Argentina, para integrar a los migrantes venezolanos en el mercado laboral, señalando que muchos de ellos no cuentan con la documentación necesaria para regularizar su situación.
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En línea con las acciones diplomáticas recientes, Mondino señaló que la Justicia argentina, siguiendo el principio de jurisdicción universal, ha emitido órdenes de captura internacional contra Maduro, Diosdado Cabello y otros altos funcionarios del régimen, acusándolos de crímenes de lesa humanidad. La canciller instó a otros países a tomar medidas similares, prohibiendo la entrada de estos líderes a sus territorios y bloqueando sus activos.
“Espero que, con el compromiso de todos los presentes, podamos transformar esos vientos autoritarios en una brisa de esperanza para el pueblo venezolano”, agregó Mondino, al tiempo que reconoció la complejidad de tomar acciones más allá de las declaraciones conjuntas, dado que, según sus palabras, "Maduro no lee" esos comunicados.
Un llamado a la acción internacional
El encuentro reunió a un importante número de delegaciones de América Latina, Europa, Asia y África. Participaron países como España, Italia, Alemania, Francia, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Japón y Marruecos, así como el alto representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea. Todos ellos coincidieron en la necesidad de aumentar la presión sobre el régimen de Maduro, pero también en fortalecer la asistencia humanitaria a los millones de venezolanos que se han visto obligados a abandonar su país.
Durante la reunión, Blinken recordó que, tras las elecciones de julio, diversos organismos internacionales, como el Carter Center y la ONU, denunciaron la falta de transparencia del proceso electoral en Venezuela. En ese sentido, Blinken aseguró que “el régimen puede intentar oscurecer los resultados, pero el pueblo venezolano ya ha hablado”, haciendo referencia al apoyo mayoritario hacia el candidato opositor Edmundo González Urrutia.
El secretario de Estado de EE.UU. también pidió a la comunidad internacional que mantenga la presión sobre el régimen venezolano en los meses previos a la toma de posesión presidencial de enero de 2025. Según Blinken, es crucial que se permita la presencia de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU y la Misión de Determinación de Hechos en Venezuela para supervisar de cerca la situación en el país.
Además, destacó la necesidad de utilizar “todas las herramientas disponibles” para responsabilizar a los principales autores de las violaciones de derechos humanos, incluidas sanciones económicas y restricciones de viajes. “Tenemos que tomar medidas conjuntas; esa es la única forma de cambiar el cálculo de Maduro y su comportamiento”, afirmó Blinken.