En este contexto de acusaciones mutuas entre el jefe de Gobierno, Jorge Macri, y la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, respecto a las fugas en las comisarías de la capital, uno de los puntos centrales del enfrentamiento es un edificio cuya finalización sigue siendo incierta: la nueva cárcel federal que la Ciudad está construyendo en Marcos Paz.
El proyecto se encuentra en una etapa avanzada, pero aún necesita, como mínimo, un año adicional de obras. A pesar de que la construcción de la cárcel comenzó hace casi siete años, todavía no se finalizó.
La nueva prisión federal de Marcos Paz, que no es un complemento de la ya existente aunque ambas se ubican en el mismo terreno, inició su construcción en 2019, durante la administración de Horacio Rodríguez Larreta al frente del gobierno de la Ciudad y de Mauricio Macri en la presidencia de la Nación.
El acuerdo entre ambos consistía en que la Ciudad se encargara de construir, utilizando recursos de ambas administraciones, un nuevo establecimiento para albergar a los 1.500 reclusos de la cárcel de Devoto. A cambio, la Ciudad tendría acceso al edificio desocupado, lo que permitiría liberar el emblemático penal y demolido para crear un espacio verde en el 65% del terreno, mientras que el 35% restante se destinaría a la venta de torres residenciales.
lo que será la cárcel de Marcos Paz.avif
En el acuerdo suscrito entre la Nación y la Ciudad el 17 de diciembre de 2018, se establece que la inversión para la construcción del "Complejo Penitenciario Federal V" ascendería a 130 millones de dólares. La administración nacional se comprometía a suministrar 60 millones, mientras que el monto restante sería cubierto por el gobierno de la Ciudad.
“La Ciudad se había comprometido, porque así lo dice el convenio, a adelantar los fondos porque el repago lo tenía asegurado con la futura venta de los terrenos de Devoto”, señalaron desde el actual Ministerio de Seguridad Nacional.
En 2019, el gobierno de Mauricio Macri cumplió con su aporte de 60 millones de dólares. Asimismo, a principios de diciembre, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobó un refuerzo presupuestario para que el gobierno local pudiera completar la erogación de fondos.
convenio firmado por Nación y Ciudad el 17 de diciembre del 2018.avif
Ciertamente, la edificación de la nueva cárcel se inició en 2019, aunque se suspendió en 2020. Según explicó en su momento el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, liderado por Rodríguez Larreta, la paralización se debió a la decisión del gobierno de Alberto Fernández de reducir la coparticipación federal de la ciudad para incrementar los salarios de los policías de la Provincia de Buenos Aires, quienes habían llevado a cabo una preocupante protesta en septiembre de 2020.
Esto generó un retraso que se prolongó casi cinco años. A mediados de enero de este año, Jorge Macri informó sobre la reanudación de las obras. Durante ese evento, explicó las razones detrás de la demora: “La obra se había suspendido por la mala relación que había con el Gobierno de Alberto Fernández, que nos complicó la vida porque no se llevaban los detenidos en las comisarías y en las alcaidías de la Ciudad”.
No obstante, personas cercanas a Patricia Bullrich rechazan esa explicación sobre la demora en la edificación: “Es falso que la haya frenado por el tema de la coparticipación, porque esos fondos no salían de ahí. Estaban garantizados por la venta de los terrenos de Devoto”.
Asimismo, fuentes cercanas al proyecto indican que, debido a la larga paralización de la obra, la gestión de Jorge Macri se vio obligada a reemplazar a la empresa constructora.
Uno de los patios de la cárcel de Villa Devoto.avif
La cárcel de Marcos Paz
El penal de Marcos Paz está diseñado en módulos y pabellones, similar a la cárcel de Ezeiza. También incluirá áreas comunes, patios y celdas individuales. Cada módulo está previsto para albergar entre 25 y 50 reclusos. Además, contará con la infraestructura necesaria para incorporar diversas tecnologías, lo que permitirá una reducción en la necesidad de personal.
El nuevo diseño de la cárcel, que ocupa un área de 80 hectáreas, estará preparado para albergar a 2.200 internos. La disposición general de la prisión comprenderá cuatro unidades con distintas instalaciones: un edificio destinado a la administración, un espacio para programas y servicios (EPS) que brindará apoyo al mantenimiento de la seguridad interna, así como una sección dedicada a actividades relacionadas con la salud.
A estos espacios se agregarán salas de videoconferencia, creadas para optimizar la comunicación entre los internos y los profesionales. También habrá un gimnasio y un área dedicada a la educación, que incluirá talleres de trabajo y programas de formación laboral.
Las proyecciones más optimistas indican que la cárcel podría estar lista en diciembre de este año, mientras que las más conservadoras estiman que se completará en marzo de 2026.