Durante la Nochebuena y Navidad, la Ciudad de Buenos Aires reforzó los operativos de control de alcoholemia en puntos estratégicos, realizando un total de 5.394 testeos hasta las 7 de la mañana. De esos controles, 30 resultaron positivos, lo que da una tasa de positividad del 0,47%. Esta cifra representa una notable disminución respecto al año anterior, cuando la tasa fue del 0,83%, con 5.399 testeos realizados.
El trabajo estuvo concentrado en más de 30 puestos de alcoholemia distribuidos en toda la ciudad, con énfasis en las zonas de mayor circulación. Como parte de las políticas de seguridad vial implementadas por el gobierno local, se realizaron controles tanto en automovilistas como en motociclistas, ya que el consumo de alcohol es un factor determinante en los siniestros viales, especialmente durante las festividades. En la Ciudad, 1 de cada 5 accidentes fatales está vinculado con el alcohol al volante.
Estadísticas y sanciones: un enfoque preventivo más firme
A lo largo de este año, se realizaron más de 470.000 controles de alcoholemia, con una tasa de positividad global del 0,97%. En total, se retuvieron más de 4.300 licencias de conducir. En comparación con las cifras de Nochebuena y Navidad de 2023, este año la cantidad de personas que dieron positivo en los controles fue menor.
De los 30 conductores con alcoholemia positiva, 11 presentaron niveles superiores a 1 g/l, mientras que 19 se encontraban en un rango de 0,5 g/l a 0,99 g/l. El nivel más alto registrado fue de 1,74 g/l, muy por encima del límite permitido en la Ciudad, que es de 0,5 g/l para conductores de autos particulares y motociclistas, 0,2 g/l para motociclistas y 0,0 g/l para principiantes y conductores profesionales.
Las sanciones para quienes superan los límites establecidos son severas. Los conductores con entre 0,5 g/l y 1 g/l de alcohol en sangre enfrentan multas de entre $119.776,5 y $798.510, más una inhabilitación de la licencia de 2 a 4 meses, que se puede reducir a la mitad si aprueban un curso de educación vial. Aquellos que superan los 1 g/l pueden ser multados con hasta $1.597.020, o enfrentar arresto de hasta 10 días y la inhabilitación de la licencia por hasta 2 años.
En el caso de que un conductor se niegue a realizar el test de alcoholemia, la multa es de $798.510, y su vehículo es remolcado. En todos los casos, la sanción incluye la retención de la licencia y la obligación de asistir a un curso de educación vial.
Métodos de control: la implementación de la metodología "embudo"
Una de las metodologías empleadas durante los controles de este año fue la técnica "embudo", que consiste en reducir la velocidad de los vehículos a medida que se acercan al punto de control. Esta estrategia no solo incrementa la visibilidad y efectividad de los operativos, sino que también mejora la seguridad de los agentes que realizan las inspecciones. Esta práctica es recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a su efectividad en la reducción de accidentes viales relacionados con el alcohol.
Además de los controles de alcoholemia, las autoridades también implementaron sanciones más estrictas para quienes conduzcan bajo los efectos del alcohol, con el objetivo de disuadir este comportamiento peligroso. Se enfatizó que en ningún caso se permite ceder el volante a otra persona si el conductor está alcoholizado, lo que refuerza la política integral de seguridad vial que está en marcha en la Ciudad.
Atenciones hospitalarias: incidentes por pirotecnia
En cuanto a los incidentes ocurridos durante las festividades, los hospitales de la Ciudad recibieron a 18 personas hasta las 7 de la mañana debido a lesiones relacionadas con los festejos. En el Hospital Oftalmológico Santa Lucía, se atendieron a 7 pacientes, 6 de los cuales presentaban lesiones menores, mientras que uno debió ser intervenido quirúrgicamente. En el Hospital Oftalmológico Lagleyze, se registraron 10 casos de lesiones oculares, todos ellos tratados de manera ambulatoria. Por último, el Hospital de Quemados atendió a una menor de edad con heridas leves.
Cabe recordar que, desde la gestión del jefe de Gobierno, Jorge Macri, se prohibió el uso de pirotecnia con "efecto audible" en la Ciudad, medida que busca proteger tanto a las personas como a los animales y al medio ambiente. Esta normativa fue bien recibida por los vecinos y se implementa como parte de los esfuerzos por reducir los riesgos asociados a los festejos con pirotecnia.