5 de agosto 2024 - 17:25hs

España es uno de los lugares preferidos por los turistas durante el verano europeo. Miles de personas llegan a sus playas. Sin embargo, la presencia de medusas y aguas vivas en las costas puede transformar el descanso en una experiencia incómoda.

En caso de picadura, es necesario tomar una serie de medidas que a continuación se detallan:

Salir del agua sin demora. El primer paso es esencial. Ante la sensación de picor o ardor, es crucial abandonar el mar para evitar más picaduras. Permanecer en el agua podría exponer a la persona a más tentáculos flotantes.

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Mantén la calma y evita frotar la zona afectada. Es natural querer rascarse o frotar la piel al sentir dolor o ardor, pero esto solo empeorará la situación. Las células urticantes, responsables de la picadura, pueden liberar más toxinas si se frotan.

Lavar con agua de mar, nunca con agua dulce. Lavar la zona afectada con agua salada ayuda a remover cualquier residuo de tentáculos que pueda haber quedado. El agua dulce, por otro lado, puede activar más células urticantes, intensificando el dolor.

Retirar los tentáculos con cuidado. Si quedan restos de tentáculos en la piel, deben ser retirados cuidadosamente. Utiliza una tarjeta de crédito o pinzas, pero nunca las manos desnudas, para evitar nuevas picaduras.

El frío como aliado contra la picadura de medusas

Para reducir el dolor y la inflamación, aplica una bolsa de hielo envuelta en un paño sobre la zona afectada. Es importante recordar que el hielo no debe entrar en contacto directo con la piel para evitar quemaduras.

Vinagre: ¿Sí o no?. El uso de vinagre puede ser útil en algunos casos, especialmente si se trata de una picadura de "Carabela Portuguesa" (Physalia physalis). En este caso, el vinagre ayuda a neutralizar las toxinas. Sin embargo, para otras especies comunes en España, como la medusa común (Aurelia aurita), el vinagre no es necesario.

Vigilancia ante posibles reacciones alérgicas. Es fundamental observar si se presentan síntomas como dificultad para respirar, hinchazón excesiva o mareos. En estos casos, buscar atención médica de inmediato es crucial, ya que podría tratarse de una reacción anafiláctica.

Alivio del dolor y la picazón. El dolor de una picadura puede ser intenso, pero analgésicos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno pueden ofrecer alivio. Los antihistamínicos también pueden ser efectivos para reducir la picazón.

Prevención: la mejor defensa. Informarse sobre las condiciones del mar es esencial. Las playas españolas suelen utilizar banderas y señales para indicar la presencia de medusas. Una bandera morada, por ejemplo, advierte de su presencia. Además, usar trajes de baño completos o de neopreno puede ofrecer una capa de protección adicional.

Consulta médica si es necesario. Si los síntomas persisten o se agravan, como la aparición de signos de infección, es recomendable acudir a un médico. La atención profesional puede prevenir complicaciones.

Las Medusas más comunes y peligrosas del Mediterráneo

En las aguas del Mar Mediterráneo, hogar de una rica biodiversidad, residen cada vez con más presencia las medusas. Pero hay de mucha variedad, algunas más peligrosas que otras.

Pelagia noctiluca - La Medusa Luminiscente. Conocida popularmente como la "medusa luminiscente" debido a su capacidad de brillar en la oscuridad, Pelagia noctiluca es una de las especies más comunes en el Mediterráneo. Su campana puede alcanzar hasta 10 cm de diámetro y está adornada con manchas rosadas o violetas. Aunque su picadura no suele ser mortal, es bastante dolorosa y puede causar una reacción cutánea considerable, incluyendo enrojecimiento, hinchazón y picazón.

Aurelia aurita - La Medusa Común. La medusa común, también conocida como "sombrero de agua", es fácilmente identificable por sus tentáculos cortos y su campana transparente con cuatro círculos blancos en el centro. Aunque es menos peligrosa que otras especies, Aurelia aurita puede causar irritación en la piel al entrar en contacto con sus tentáculos. Esta especie es bastante frecuente en aguas más cálidas y poco profundas, siendo una de las menos preocupantes para los bañistas.

Rhizostoma pulmo - La Aguamala Gigante. Rhizostoma pulmo, conocida como "aguamala gigante" o "medusa barril", es una de las medusas más grandes del Mediterráneo, con campanas que pueden alcanzar los 90 cm de diámetro. Su coloración varía del blanco al azul claro. Aunque su picadura no es letal, puede causar dolor y molestias significativas. A pesar de su tamaño imponente, su peligrosidad se considera moderada.

Physalia physalis - La Carabela Portuguesa. No es técnicamente una medusa, sino un sifonóforo, pero su inclusión en esta lista es crucial debido a su peligrosidad. Physalia physalis, conocida como "carabela portuguesa", tiene una apariencia distintiva con una bolsa flotante azulada y tentáculos que pueden extenderse varios metros. Su picadura es extremadamente dolorosa y puede ser potencialmente mortal, causando síntomas que van desde dolor intenso y dificultad para respirar hasta parálisis y shock. Afortunadamente, su presencia en el Mediterráneo es menos común que en otros océanos, pero sigue siendo una amenaza a tener en cuenta.

Carybdea marsupialis - La Cubomedusa. Conocida como "medusa de caja" o "cubomedusa", Carybdea marsupialis es pequeña pero peligrosa. Esta especie es conocida por su campana cúbica y sus largos tentáculos, que pueden causar picaduras extremadamente dolorosas y, en algunos casos, provocar problemas de salud graves como taquicardia o dificultades respiratorias. Aunque menos frecuente que otras medusas, su picadura es una de las más temidas por los bañistas.

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