Cada octubre, las calabazas aparecen en las ventanas, las brujas desempolvan sus escobas y los gatos negros se convierten en los protagonistas más misteriosos de la temporada, al menos en los lugares que se celebra Halloween.
Pero en Terrassa, una ciudad cerca de Barcelona, estos felinos no estarán disponibles para adopción hasta después de Halloween. ¿La razón? Protegerlos de supersticiones, decoraciones humanas y posibles rituales inquietantes.
Desde el 1 de octubre hasta el 10 de noviembre, el Ayuntamiento de Terrassa decidió suspender temporalmente las adopciones y acogidas de gatos negros.
Y aunque suele exagerado o quizás precavido, lo cierto es que el objetivo es evitar “situaciones de riesgo derivadas de supersticiones, ritos o usos irresponsables”, según el Servicio de Bienestar Animal.
Por extraño que parezca, hay personas que adoptan gatos negros solo para usarlos como parte del decorado de Halloween, o peor aún, para fines que suenan más a película de terror que a realidad: rituales esotéricos y sacrificios.
La explicación del Ayuntamiento: “No podíamos mirar hacia otro lado”
“No podíamos mirar hacia otro lado ante un tema tan tétrico”, explicó Noel Duque, concejal de Bienestar Animal de Terrassa, quien curiosamente aparece en redes sociales posando junto a un gato.
Terrassa alberga unos 9.800 gatos, y muchos de ellos, por su color, corren más peligro que otros cuando se acerca Halloween.
Aunque no se reportaron casos recientes de maltrato a gatos negros en la zona, las autoridades prefieren prevenir que lamentar, especialmente teniendo en cuenta antecedentes en otras ciudades: en octubre de 2024 fue hallado el cuerpo descuartizado de un ternero en Madrid, lo que se relacionó con rituales oscuros en vísperas del Día de Todos los Santos.
El origen del mito contra los gatos negros
La mala fama de los gatos negros no es nueva. Desde la Edad Media fueron señalados como aliados de brujas, portadores de mala suerte o criaturas sobrenaturales, y hoy aunque muchas de esas creencias quedaron relegadas a los disfraces y cuentos, algunos siguen tomándoselas demasiado en serio.
Por eso, Terrassa decidió cortar por lo sano y cerrar el grifo de las adopciones gatunas negras justo cuando más podrían estar en peligro.
¿Y si realmente quiero adoptar un gato negro?
La buena noticia es que sí se podrán hacer excepciones. Si alguien demuestra un historial fiable como adoptante, compromiso a largo plazo y un entorno seguro para el animal, podrá llevarse a casa un gato negro incluso durante este periodo.
Pero ese proceso será más riguroso que nunca: entrevistas, referencias y posibles visitas posteriores para verificar que el felino esté bien cuidado.
El mensaje de fondo es que las mascotas no son decoración ni entretenimiento temporal. Cada año, las asociaciones protectoras se enfrentan al abandono de animales comprados o adoptados impulsivamente durante fechas festivas.
Por eso, desde el Centro de Animales Domésticos de Terrassa insisten en que adoptar debe ser un acto consciente, informado y duradero.