Este miércoles, el aeropuerto de Madrid-Barajas ha sido escenario de un caos sin precedentes debido al colapso en los controles de pasaportes en la Terminal 4 (T4), lo que ha causado largas colas y momentos de tensión entre los pasajeros.
Además, se han generado problemas adicionales con el tren subterráneo que conecta la T4 con su satélite (T4S), lo que ha incrementado aún más la presión sobre el sistema.
Una jornada caótica en el aeropuerto madrileño
El problema comenzó a primeras horas de la mañana, cuando los pasajeros que arribaban a la T4 se encontraron con tiempos de espera prolongados para pasar el control de pasaportes, gestionado por la Policía Nacional.
Las largas filas formadas en los controles generaron situaciones de incomodidad, con algunas disputas entre los viajeros. Ante estos incidentes, la Guardia Civil intervino para calmar los ánimos y evitar altercados mayores.
Según confirmaron fuentes de Aena a El Observador, el origen del problema está en la lentitud del proceso de control de pasaportes en la T4. La saturación de la sala de espera, sumada al aumento en la cantidad de pasajeros por la proximidad del inicio de la temporada alta de vacaciones, provocó el colapso.
Medidas para mitigar la congestión
Aena ha tomado varias medidas para intentar controlar el flujo de pasajeros y evitar un colapso aún mayor. Una de las acciones más destacadas ha sido la reducción de la frecuencia del tren subterráneo que conecta la T4 con la T4S. “Esta medida se ha tomado para evitar que la sala de control de pasaportes de la T4 se colapse aún más, ya que muchos pasajeros procedentes de la T4S pasan por allí para su control de pasaportes”, explicaron desde la entidad.
Sin embargo, esta reducción en la frecuencia del tren ha generado nuevas complicaciones, ya que ha dado lugar a colas en la estación del tren subterráneo de la T4S, lo que ha agravado la situación en el complejo aeroportuario.
El contexto: aumento de la afluencia de pasajeros
Aena también atribuye parte del problema a la elevada afluencia de pasajeros, ya que el aeropuerto se encuentra en plena Operación Salida del verano, una época con mayor tráfico aéreo. En este contexto, las autoridades aeroportuarias recomiendan a los viajeros que lleguen al aeropuerto con mayor antelación para evitar problemas, como la pérdida de vuelos.
El problema se hizo más visible durante la hora punta de la mañana, alrededor de las 11:00 horas, cuando la mitad de los puestos de control de pasaportes estaban vacíos, lo que provocó esperas de hasta 60 minutos para pasar por seguridad. Esta situación fue criticada por los pasajeros, quienes expresaron su frustración en redes sociales.
Refuerzo en la seguridad y el control de pasaportes
Ante la magnitud de la congestión, la Policía Nacional ha reforzado el número de agentes destinados al control de pasaportes en la T4 para cubrir los puestos vacíos y agilizar el proceso. A pesar de estas medidas, aún persiste la preocupación por cómo se gestionará el volumen de pasajeros en las próximas horas, especialmente con la llegada de más vuelos de largo recorrido.
FUENTE: El Observador
