Dicen que en publicidad todo vale, pero la empresa alemana Böcker Maquinarias subió este jueves la vara.
El fabricante del montacargas que usó el comando de ladrones para ingresar al Museo Louvre por un balcón y acceder así a las ocho joyas de la corona que desaparecieron en pocos minutos, aprovechó la visibilidad de lo ocurrido para lanzar una campaña publicitaria en redes sociales que ya se viralizó.
“Cuando las cosas tienen que ir rápido. El Böcker Agilo transporta vuestros tesoros de hasta 400 kilos a 42 metros por minuto, silencioso como un susurro gracias a su motor eléctrico de 230 V”, fue el eslogan elegido que acompaña una foto del Louvre acordonado tras el robo.
Porque, claro, si tus herramientas aparecen en el robo del siglo, ¿cómo no vas a presumir de rendimiento técnico?
El post, publicado en Facebook e Instagram, sumó más de 20.000 ‘me gusta’ en tiempo récord. En los comentarios, los usuarios aplauden al departamento de marketing de Böcker, piden un aumento de sueldo para sus creativos y celebran, entre risas, que “por fin vuelvan las herramientas de calidad made in Germany”.
Investigan si el montacargas fue robado o alquilado con identidad falsa
El Museo del Louvre, en cambio, no parece tan entusiasmado: las autoridades francesas calculan en 88 millones de euros el valor de las ocho joyas de la corona francesa robadas, aunque los ladrones perdieron una en su huida: la corona de la emperatriz Eugenia.
El comando, con la eficacia de un equipo de Fórmula 1, llegó al museo a las 9:30 de la mañana, aparcó un camión con un montacargas Böcker Agilo, subió hasta un balcón del primer piso, rompió vitrinas, ingresó a la Galería Apolo, recogió los tesoros y desapareció en siete minutos exactos a bordo de dos motos.
Una operación exprés que sacudió a Francia y golpeó al gobierno de Emmanuel Macron, que abrió una investigación para dar con el grupo comando.
Antes de fugarse, los asaltantes intentaron incendiar el camión, pero fracasaron. El vehículo fue abandonado junto al Louvre, intacto, como si esperara su siguiente aparición en un anuncio de Böcker.
La Fiscalía francesa investiga si el vehículo fue robado o alquilado con una identidad falsa, aunque en Werne an der Lippe (sede de la empresa) probablemente celebren que, al menos, el producto funcionó a la perfección.
Porque si algo quedó claro, es que cuando los delincuentes confían en tu marca para ejecutar el golpe del siglo, tu campaña de marketing prácticamente se escribe sola.