Hasta hubo un permiso especial del gobierno español para que el avión presidencial del incómodo visitante aterrice en la base aérea militar de Torrejón de Ardoz. También para autorizar a todo el séquito de seguridad y escoltas que acompaña la logística presidencial, porque la delegación argentina no se encontraba en una visita oficial.
Entonces, a pesar de las dudas y amenazas, Milei no tuvo problemas para ingresar a España y, nuevamente, comenzó el show.
Lo cierto es que más allá de la pirotecnia verbal el gobierno de Sánchez no iba a impedir que Milei entrara al país.
De hecho, lo necesita como pez al agua, para poder recuperar un poco de protagonismo, el que no tuvo por ser derrotado en la fase española de las elecciones europeas y luego, por no ser invitado a la reunión del G-7 en Italia.
Ya está claro en qué beneficia a Sánchez la presencia de Milei: le da un adversario de peso global, y le permite consolidarse en su discurso contra la ultraderecha universal.
Presidiendo la Internacional Socialista, Sánchez quiere convertirse en una referencia internacional en este enfrentamiento ideológico porque eso le puede dar una importante sobrevida cuando deba abandonar el gobierno español. Porque ese momento algún día llegará.
Pero mientras tanto, en su tarea de superviviente en el poder nacional, la nueva estadía de Milei en Madrid lo ayuda a Sánchez a tratar de evadir discusiones de la coyuntura que son muy complicadas y también a aprovecharse de la fragmentación que produce la cuestión entre sus adversarios.
Además, Sánchez apunta a consolidar su propia base electoral y mantener reducida la de sus aliados y ex aliados.
Milei viajó a España (y también luego a Alemania y Republica Checa) para recibir premios en los tres países.
En la capital española, Isabel Díaz Ayuso le otorgó la medalla internacional de la Comunidad de Madrid que se entrega como reconocimiento de los madrileños a representantes de otros países o instituciones internacionales.
A diferencia del viaje anterior, Milei no llegó para sumarle apoyos a Vox. Esta vez toda la repercusión que tuvo el paso del argentino por España fue a parar al bolso político de Díaz Ayuso. Incluso, por los mismos motivos que pasa habitualmente con Sánchez.
Primero, porque la madrileña adquiere una dimensión internacional que le brinda la fama actual de Milei. Eso le permite retomar a las primeras planas de los diarios cuando las elecciones ya pasaron.
Segundo, y, sobre todo, la reafirma, en forma sorda pero continua, como alternativa futura al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo.
Es que Díaz Ayuso se refleja perfectamente en el espejo que le brinda Milei. Dueña de un discurso directo, sin concesiones para la izquierda y reivindicando su lugar en la derecha en forma no vergonzante
Díaz Ayuso no lo dice, y no hace falta que lo haga, pero en sus acciones y actitudes se percibe que gran parte de los barones de su propio partido también son la casta que debe derrotar.
Actuando en forma puramente reactiva, el principal partido opositor español permitió que Sánchez se mantuviera en el poder mucho tiempo más que el que sus posibilidades políticas reales auguraban.
Esta falta de confianza en las ideas propias -y de carácter- de líderes anteriores como Pablo Casado, son evaluadas como la causa que crecieran alternativas por derecha cuando ese era el territorio exclusivo de los populares.
Milei ciudadano del mundo
Esta vez Milei no se enfocó directamente en Sánchez y esto fue reciproco. Aunque aprovechó la tribuna que le brindó Díaz Ayuso para atenderlo con su ironía y falta de sutileza habitual.
El argentino, a su vez, recibió fuertes críticas de dirigentes oficialistas y de la izquierda que, incluso, impugnaron la legalidad del premio que se le otorgaba. Lo mismo desde la prensa oficialista, que aprovechó para castigar a dos de sus políticos más detestados.
Esta vez, los intercambios entre los mandatarios no pasaron a mayores. Esto, según rumores de corrillos políticos, se habría debido a algún tipo de comunicación entre ambas cancillerías que apuntó a normalizar los vínculos institucionales entre los países.
A pesar de las rispideces no apareció un cisne negro que complicará aún más las cosas. No es poco y los puentes silenciosos podrán seguir avanzando en la recomposición formal de la relación.
Pero también Milei aprovechó el viaje para reunirse con Vito Quiles, jefe de prensa de “Se acabó la fiesta” y un youtuber irreverente y conocido por su enfrentamiento con el gobierno de Sánchez.
Al volver de su viaje anterior, el presidente argentino hizo público un tuit de apoyo argumentando que estaba siendo perseguido por el gobierno socialista.
Milei ha mantenido una estrategia reiterada: intenta sostener su liderazgo más allá de las diferencias políticas de sus interlocutores.
Así en España, Milei se ha relacionado al mismo tiempo con Vox, “Se acabó la fiesta” y el Partido Popular. Esta política unitaria contrasta con las acciones habituales de la derecha europea, donde sus sectores moderados a veces prefieren estar más cerca de los socialistas que de grupos extremos.
Volviendo a casa
El tuit de un periodista opositor argentino decía “El martes próximo Milei visita Argentina” haciendo referencia irónica a sus continuos viajes.
Probablemente, los argentinos no sean conscientes del momento de fama que vive su presidente alrededor del mundo. Posiblemente a la mayoría tampoco le importe demasiado, enfrascados en los dilemas de la crisis y la supervivencia.
Pero Milei debe volver a la Argentina y tratar de estirar la racha favorable que se inauguró con la sanción de su Ley Bases que incluye la posibilidad de llevar adelante una reforma estructural del estado argentino.
La dura realidad de su país lo espera y resolverla de la mejor manera será la única salida para mantenerse en el poder y seguir recibiendo elogios y premios en el extranjero.