El Museo Arqueológico Nacional (MAN), en Madrid, ha presentado este jueves un ataúd egipcio de 3.000 años de antigüedad que, tras un minucioso proceso de restauración, ha resultado pertenecer a una "amada" de Amón, el rey de los dioses en el antiguo Egipto.
Han sido siete meses de trabajo minucioso y exhaustivo que han permitido recuperar la legibilidad y potencia estética de su rica decoración y ha resultado en una pieza “tan bonita, que te da un poco de ‘síndrome de Stendhal’”, ha señalado el responsable de la restauración, Ignacio D'Olhaberriague.
Durante años se pensó que el sarcófago, custodiado en los almacenes del Arqueológico, era de Ruru, sacerdotisa y cantaora de Amón, pero la limpieza y restauración ha sacado a la luz una referencia a su verdadera dueña.
“Amada en la boca de Amón, Mer (t) – Ra – Amón”, reza un pequeño y recién hallado jeroglífico junto a los pies del ataúd que, sin embargo, no desvela el nombre de esta importante mujer entregada al culto al dios supremo.
La pieza se encontró en 1891 en el escondrijo secreto de Bab el-Gasus, que contenía las momias de sacerdotes y sacerdotisas del templo de Amón en Tebas (Luxor), así como numerosos objetos de sus ajuares funerarios.
Donada a España por el gobierno egipcio
El Gobierno egipcio donó el ataúd al Estado español en 1893 e ingresó en el Museo Arqueológico Nacional en 1895. Se expuso por primera vez en las salas del museo en 1905 pero desde entonces ha permanecido custodiado en los almacenes, ha explicado la directora del MAN, Isabel Izquierdo.
Ahora, una colaboración entre la Asociación de Amigos del Arqueológico y la Fundación Iberdrola España ha posibilitado la restauración y puesta en valor de esta importante pieza egipcia de hace 3.000 años, perteneciente a la Dinastía XXI.
Elaborado en madera de sicomoro, el ataúd de más de dos metros de largo y 86 centímetros de alto, consta de caja y cubierta superior con una rica decoración pictórica.
La "amada" de Amón aparece representada haciendo ofrendas de incienso a los cuatro hijos del dios Horus, con una línea de inscripción delante que menciona sus nombres.
En el interior, una imagen de la diosa Neftis acoge a la "amada" en su viaje al Más Allá, imagen que no está visible ya que el museo ha priorizado que se viera en detalle la rica decoración de la tapa, ha explicado Isabel Olbés, del departamento de Antigüedades Egipcias y Oriente Próximo.
FUENTE: EFE