La relación entre Estados Unidos y Colombia se volvió a tensar. El Departamento de Estado llamó a consultas a su encargado de negocios en Bogotá, John T. McNamara, tras expresar su "profunda preocupación" por declaraciones de altos funcionarios colombianos, calificadas como "infundadas y reprensibles". Poco después, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo lo mismo con su embajador en EEUU, Daniel García-Peña.
Washington "está llevando a cabo otras medidas para dejar clara nuestra profunda preocupación por el estado actual de nuestra relación bilateral", señaló el comunicado estadounidense. Aunque el texto no identifica nombres ni hechos concretos, la decisión coincide con la divulgación de audios en los que el ex canciller Álvaro Leyva afirma haber contactado a congresistas cercanos al secretario de Estado, Marco Rubio, en busca de apoyo para un presunto intento de derrocar a Petro.
En las grabaciones reveladas por el diario El País, Leyva afirma haber mantenido reuniones en Estados Unidos "con un tipo de primera fila: Mario Díaz-Balart", a quien vincula con influencias sobre el secretario de Estado. También menciona al congresista republicano Carlos Antonio Giménez. Tras la divulgación de los audios, ambos legisladores negaron cualquier relación con el presunto complot.
"Estamos mencionados en algo que nunca ha sucedido (…) no estamos involucrados en ningún tipo de atentado o golpe de Estado. El reporte es ridículo", afirmó Giménez en declaraciones a Blu Radio. Añadió que no se reunió con Leyva y que “si hubiera logrado una visita para plantear un tipo de golpe, lo hubiera rechazado”.
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El ex canciller Álvaro Leyva con Petro
EFE
En la parte final del comunicado, el Departamento de Estado afirma que “a pesar de las diferencias políticas con el gobierno actual, Colombia sigue siendo un socio estratégico esencial". "Nos comprometemos a una estrecha cooperación en diversas prioridades compartidas, como la seguridad y la estabilidad regionales, y seguimos comprometidos con los esfuerzos que mejoran la vida de estadounidenses y colombianos por igual”, añade.
Álvaro Leyva, político conservador de extensa trayectoria y figura central en procesos de paz, fue designado por Petro como el primer canciller de su gobierno en 2022. Tras su salida del cargo, se convirtió en uno de los críticos más contundentes del mandatario, a quien ha acusado públicamente de tener problemas de adicción y de conducir al país hacia el caos.
En los audios se le escucha afirmar: “Hay que sacar ese tipo. Ese tipo presidiendo las elecciones (las presidenciales que están por celebrarse en 2026) es que, además, el orden público se desbordó. Eso no puede suceder, sino con un gran acuerdo nacional, en donde tiene que estar, ELN, los del Clan del Golfo. (...) Yo he hablado con los gremios más importantes (...). Es que aquí han venido los del Clan del Golfo, una vaina muy jodida. Este país va al despeñadero”.
Petro conocía la grabación
Desde principios de mayo, el presidente Petro ya había aludido públicamente a los audios que semanas después revelaría El País, aunque sin hacer referencias explícitas. En uno de sus discursos, lanzó una advertencia directa: "Así que, Álvaro Leyva, dígale a Díaz Balart esto: que se intenta derribar como extranjero al presidente de Colombia, estallará la revolución colombiana".
Un mes más tarde, el mandatario retomó el tema en Cali, insistiendo en la existencia de una conspiración internacional. En esa ocasión, el presidente venezolano Nicolás Maduro se sumó a la narrativa y, desde Caracas, acusó al senador Marco Rubio de estar detrás de un plan para derrocar a Petro.
Tras la publicación de los audios, Petro moderó su discurso en un extenso mensaje en X. "Lo peligroso no fue el secretario de estado de EEUU: Marco Rubio, que no estuvo metido realmente”. Sin embargo, mantuvo la gravedad de la denuncia al insistir en que “hay un golpe en flagrancia y hay que investigarlo y solicitarle a la justicia de los EEUU que investigue”.
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En Colombia, La Fiscalía General de la Nación anunció la apertura de una indagación preliminar para conocer los hechos y la presunta conspiración.
Las grietas con la vicepresidenta
Los audios filtrados han profundizado las diferencias entre Petro y su vicepresidenta, Francia Márquez. En las grabaciones, el ex canciller Leyva afirma que “Francia está jugada”, sugiriendo que ella habría estado al tanto del supuesto plan para forzar la salida del mandatario.
Petro no defendió a la vicepresidenta y, en lo que muchos interpretaron como una señal directa hacia ella, afirmó: “Todas las personas que nombra allí, de las cuales yo no sé si lo que él cuenta es verdad o no, deben dar explicaciones y no solamente políticas públicas, sino ante la justicia”.
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Francia Márquez con Petro
EFE
En un comunicado oficial, Márquez reafirmó su compromiso con la institucionalidad, al declarar que respeta “profundamente el orden constitucional”. "No debe caber duda: jamás he traicionado, ni cuestionado la autoridad legítima del primer mandatario de la Nación", aseguró.
La relación entre Petro y Márquez venía mostrando signos de desgaste desde principios de año, cuando el presidente la apartó del Ministerio de Igualdad, una cartera diseñada especialmente para que ella la liderara. Su salida se produjo en medio de un remezón ministerial y tras una gestión cuestionada por baja ejecución presupuestal y tensiones internas.
En los audios. Álvaro Leyva plantea la posibilidad de incorporar al plan a la periodista y candidata presidencial Vicky Dávila, así como al senador Miguel Uribe, precandidato del Centro Democrático. La mención ocurre en un contexto en el que Leyva discute la conformación de un “acuerdo nacional” con figuras que, según él, tendrían representación política. Uribe permanece hospitalizado tras sufrir un atentado el mes pasado. Dávila negó haber sido contactada.
Renuncia de la canciller
La renuncia de la canciller Laura Sarabia, considerada una de las colaboradoras más cercanas a Petro, expone nuevas fisuras en un gabinete marcado por la inestabilidad. En una carta difundida el jueves a través de su cuenta en X, Sarabia expresó: “En los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar. No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”.
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La ruptura se precipitó tras un desacuerdo entre Sarabia, el presidente y su jefe de gabinete, Alfredo Saade, por la licitación para la expedición de pasaportes. Mientras Sarabia defendía una prórroga en el contrato con la firma Thomas Greg & Sons, al considerar que aún no existían condiciones técnicas para que la Imprenta Nacional de Colombia, en alianza con Portugal, asumiera el proceso, Petro y Saade optaron por mantener el calendario original.
Desde el caótico consejo de ministros transmitido por televisión en febrero, cuando las tensiones internas del gobierno quedaron expuestas ante la audiencia nacional, cinco ministros han abandonado el gabinete. Esta sucesión de salidas ha profundizado la percepción de inestabilidad en el último año del mandato.
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Laura Sarabia renunció a su puesto de canciller
AFP
Laura Sarabia se consolidó como una figura clave del círculo de poder. Tras su paso por la campaña presidencial, fue nombrada jefa de gabinete, luego dirigió el Departamento para la Prosperidad Social y el Departamento Administrativo de la Presidencia, hasta asumir la Cancillería.
Su interlocución con sectores empresariales y su rol como articuladora interna la posicionaron como la funcionaria más influyente del Ejecutivo. Su renuncia marca el cierre de una etapa en la que fue, de facto, la mano derecha del presidente.