Donald Trump advirtió a los líderes de varios países que el 1 de agosto impondría nuevos aranceles a sus exportaciones de no llegar antes de esa fecha a acuerdos para corregir desequilibrios en las relaciones económicas mediante la apertura de sus mercados, la eliminación de barreras no comerciales o el compromiso de nuevas inversiones productivas en Estados Unidos.
Dos días antes de la fecha, en Truth Social confirmó que el plazo era "firme e inamovible". El día previo, ya había logrado alguna variante de trato con importantes socios comerciales como el Reino Unido, la Unión Europea, Japón, la República de Corea y Vietnam, mientras que el acercamiento hacia China siguió una dinámica y un ritmo propio por la dimensión de la relación económica. En el caso de los países con los que no avanzaron o no concluyeron las negociaciones, como Brasil, Canadá e India, la amenaza se volvió realidad al firmar Trump dos órdenes ejecutivas que establecieron nuevos aranceles.
En esta coyuntura turbulenta, México fue el único país que logró una prórroga en la entrada en vigor del nuevo arancel para dar oportunidad a la continuación de las negociaciones. ¿Por qué fue México la única excepción que permitió Trump en su estrategia para diseñar nuevas reglas del juego para el comercio internacional de Estados Unidos? ¿Representa esta postergación un riesgo o una oportunidad para México? ¿Confirma este arreglo el carácter especial y singular de la relación México–Estados Unidos?
"No hay plazo que Trump no cumpla", salvo para México.
Al igual que más de 20 líderes de otros países, Claudia Sheinbaum recibió una carta de Trump el 11 de julio en la que le advirtió que el 1 de agosto impondría aranceles de 30% a las exportaciones mexicanas. Le recordó que originalmente se fijó un arancel de 25% a México como consecuencia del tráfico de fentanilo. Aunque reconoció algunos avances en la cooperación para reforzar la frontera común, señaló que eran insuficientes los esfuerzos llevados a cabo hasta el momento para detener a los carteles. Comentó además que hay diversas barreras comerciales no arancelarias que afectan a las exportaciones de Estados Unidos y calificó como una amenaza a la seguridad nacional al déficit comercial bilateral con México.
A los pocos días, declaró desde la Casa Blanca que los carteles "tienen un control extendido sobre México", por lo cual consideró que era necesario "hacer algo" para impedirlo. Los mensajes eran muy claros, con parámetros bien definidos para evitar el aumento en los aranceles. A fin de avanzar en las negociaciones, entre el 11 de julio y el 1 de agosto, viajaron a Washington, DC varias delegaciones de funcionarios mexicanos.
A menos de 20 horas del plazo, Sheinbaum y Trump sostuvieron una llamada telefónica de más de 40 minutos. Como resultado, cada uno informó que acordaron continuar conversaciones, postergándose el aumento de aranceles, decisión excepcional para Trump, tomando en cuenta la firmeza con la que consideró inviable una prórroga al plazo del 1 de agosto.
Como reflejo del carácter especial de la relación, Trump justificó en Truth Social la extensión de 90 días "por las complejidades" derivadas de "los problemas y oportunidades" de la frontera común de más de 3.100 kilómetros. Agregó que Sheinbaum acordó "poner fin de inmediato a [las] barreras comerciales no arancelarias", sin especificar cuáles.
El cambio del tono fue confirmado por Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, quien se refirió a la prórroga y reconoció "el aumento en la cooperación bajo el gobierno de Sheinbaum para detener el tráfico de drogas y de personas en la frontera compartida". Como complemento, más tarde, el embajador Ron Johnson resaltó la disminución en las incautaciones de fentanilo en la frontera México-Estados Unidos a más de la mitad y al aumento en las que se registran en territorio mexicano como consecuencia de la "creciente colaboración" bilateral. Incluso aseveró con osadía que "los cárteles se están yendo a la quiebra".
Por su parte, Sheinbaum identificó el carácter único del desenlace al resaltar que México logró "el mejor acuerdo posible", incluso en comparación con otros países.
El aplazamiento: ¿riesgo u oportunidad?
Para algunos, fue buena la postergación de la decisión sobre el incremento al arancel a las exportaciones de México por abrir nuevas oportunidades para negociar incluso mejores condiciones comerciales. En términos realistas, hay voces que consideran que no había margen para obtener un mejor resultado. En cambio, para otros, el desenlace mantiene tanto los niveles arancelarios unilaterales previos sin represalias como la incertidumbre en la dinámica económica; además, genera presiones adicionales sobre México que van más allá del ámbito estrictamente comercial.
Trump - Sheinbaum - (2) - AFP
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A partir del intercambio de mensajes, se delinean algunos temas y procesos que probablemente formarán parte de la negociación anunciada en esta nueva etapa, entre ellos: mayor acceso estadounidense al mercado mexicano mediante la supresión de barreras comerciales no arancelarias; reducción del déficit comercial por medio del aumento en importaciones provenientes del vecino del norte; y más efectividad y nuevos resultados de visibilidad de la cooperación en materia de seguridad, y en particular, en la lucha contra los carteles. Su atención y eventual reencauzamiento va más allá del plano declarativo, por lo que seguramente Estados Unidos esperará compromisos firmes y acciones efectivas para avanzar en la negociación.
Por lo pronto, Sheinbaum ya adelantó el viernes 1 de agosto que es inminente la conclusión de un nuevo acuerdo en materia de seguridad. Además, ha comentado que se contemplan espacios para la participación de intereses económicos estadounidenses en su proyecto de inversiones conocido como "plan México". Para el caso de las barreras no arancelarias, la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) tiene identificadas una lista larga de ellas en el documento que publica anualmente sobre el tema.
La "excepcionalidad" mexicana en la relación bilateral
A partir de estos elementos, se vislumbran algunos de los elementos que le confieren en esta etapa especificidad y singularidad a la relación entre México y Estados Unidos. Trump hizo una notoria excepción con México al postergar por 90 días el aumento en los aranceles a sus exportaciones.
El escenario que genera el nuevo plazo para atender estos temas se traslapa con el arranque de la revisión del TMEC programada para 2026, pues en varias ocasiones las autoridades mexicanas han manejado que comenzará en el último trimestre de este año, aunque algunos observadores consideran que el acuerdo comercial de América del Norte en los hechos ya está superado por la insistencia de la parte estadounidense de renegociarlo.
Ante este panorama, la asimetría de poder entre ambas partes, las diferencias estructurales, las presiones no comerciales y la vulnerabilidad de México por su alta dependencia frente a la economía de su vecino del norte mantienen reducido el margen de maniobra de Sheinbaum en sus negociaciones con Trump 2.0.