Joe Biden ha sostenido que Israel tiene derecho a una legítima defensa tras el ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre del año pasado e incluso ayudó a derribar los misiles que Irán lanzó esta semana contra territorio israelí, pero trazó ahora una línea roja: en un intento por evitar la ampliación del conflicto, el presidente advirtió que Estados Unidos no respaldaría un ataque del gobierno de Benjamin Netanyahu contra instalaciones nucleares iraníes.
"La respuesta es no", dijo Biden el miércoles ante la consulta de la prensa de si apoyaría una respuesta de este tipo después de que Irán disparara unos 180 misiles contra Israel el día anterior. "Los siete acordamos que (Israel) tiene derecho a responder, pero que debe ser una respuesta proporcional", señaló, en relación a la llamada que mantuvo antes con los líderes del G7 sobre posibles sanciones contra Teherán.
El conflicto en Medio Oriente escaló esta semana después de que Israel anunciara que mató al líder de Hezbollah, Nassan Nasrallah, en un bombardeo en Beirut, en el marco de su avanzada contra ese grupo en el Líbano y contra Hamas en Gaza tras el atentado del 7 de octubre. Irán, aliado de la milicia chiita libanesa, lanzó el martes su segundo gran ataque en menos de seis meses contra territorio israelí con misiles que fueron interceptados mayormente por los sistemas de defensa.
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Con una lluvia de ataques, Irán desafió la efectividad del sofisticado sistema de defensa israelí.
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Netanyahu declaró después del ataque que Irán cometió un "gran error" y que "pagará el precio". El gobierno israelí está evaluando una posible respuesta, que podría ser similar a la que tuvo tras el primer lanzamiento de misiles iraníes en abril, tras el cual atacó instalaciones petroleras y otras infraestructuras en Irán.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, declaró que "no busca una guerra", pero prometió una respuesta "más fuerte" en caso de que Israel tome represalias, ignorando los llamados internacionales a la desescalada de un conflicto que ya ha dejado más de 1.000 muertos en Líbano desde la semana pasada.
El temor a una expansión del conflicto
Tras el asesinato de Nasrallah, Biden dijo que EEUU no estaba al tanto de la operación en el Líbano y tampoco participó, pero consideró que su muerte representa "algo de justicia" para las miles de víctimas del grupo terrorista, entre ellos cientos de estadounidenses. A la vez, señaló que su país "apoya completamente" el derecho a Israel de defenderse frente a Hezbollah, Hamas, los hutíes y otros grupos apoyados por Irán.
El mandatario destacó que el objetivo de su gobierno es lograr una desescalada de la tensión en la región a través de medios diplomáticos. En su discurso la semana pasada ante la Asamblea General de la ONU, había advertido contra una "guerra a gran escala" en Medio Oriente y pidió a Israel y Hamas que alcancen un acuerdo de alto el fuego.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo el miércoles en una conferencia de prensa que el ataque iraní fue "una escalada sin precedentes" y defendió que Israel "tiene el derecho a responder". A la vez, señaló que, si bien Estados Unidos puede expresarle a Israel su opinión sobre cómo debería ser esa repuesta, es el Gobierno de Netanyahu quien tiene la última palabra.
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La Casa Blanca dijo que, si bien puede darle a Israel su opinión, es el Gobierno de Netanyahu el que tiene la última palabra.
"Ellos son un país soberano que toma sus propias decisiones. Nosotros tenemos conversaciones a diferentes niveles sobre lo que creemos que es mejor para ellos y para la región, pero depende de ellos tomar las decisiones", dijo Miller, según recogió la agencia EFE.
El subsecretario de Estado, Kurt Campbell, dijo que las conversaciones con Israel están en curso y destacó los riesgos de la situación. “La región está realmente en el filo de la navaja y existe una preocupación real por una escalada aún mayor… que podría poner en peligro no sólo a Israel, sino también nuestros intereses estratégicos”, declaró Campbell el miércoles.
Hasta ahora, Biden no tuvo éxito en sus esfuerzos por lograr un alto el fuego en Gaza y no ha hablado con Netanyahu desde agosto. Ante la prensa, el presidente señaló el miércoles que tiene previsto conversar con el primer ministro israelí "relativamente pronto".