En una hora y siete minutos en la cancha, Bill Ackman cumplió su sueño de convertirse en tenista profesional. El multimillonario de 59 años y fundador del fondo Pershing Square Capital Management debutó en el Hall of Fame Open ante un público curioso y cámaras encendidas. La participación del amigo y destacado partidario de Donald Trump generó críticas de jugadores profesionales y fanáticos del tenis, que consideraron su presencia en el torneo un “atajo” injustificado.
Como compañero de dobles, Ackman eligió a Jack Sock, un profesional de 32 años retirado en 2023 y campeón de dobles en Wimbledon, en el US Open y ganador de una medalla de oro olímpica. La dupla cayó en sets corridos (6-1, 7-5) ante los australianos Omar Jasika y Bernard Tomic, una pareja de jugadores muy competentes pero poco conocidos para el público general
La derrota se produjo en el Hall of Fame Open, un torneo oficial del circuito ATP Challenger, de nivel inferior. En una jornada calurosa en la sede del International Tennis Hall of Fame, y ante un público tan elegante como curioso por ver a un millonario en acción, Ackman participó del certamen que, aunque solo por un día, lo convirtió en tenista profesional.
Después del partido, el magnate aseguró que pudo cumplir un sueño de toda la vida, pero que "fue una vez y listo". Además reconoció que no busca ocupar el lugar de jóvenes talentos que luchan por abrirse camino en el circuito. “Pero pensé que uno, en mi vida, estaba bien”, explicó.
Su participación fue posible gracias a una invitación (“wild card”) otorgada a Sock, excampeón del torneo en 2021. Y, como su compañero, Ackman fue admitido en la competencia de la cual es un importante donante.
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Las críticas hacia la participación del multimillonario
El debut de Ackman no estuvo exento de errores, lo que alimentó críticas sobre su ingreso al cuadro principal sin méritos deportivos: su primer intento de devolución cayó 20 pies antes de la red, su primer saque terminó en doble falta y entre el público algunos espectadores murmuraban sobre la legitimidad de su participación.
Algunos comentaristas estaban particularmente molestos por el repentino ascenso de Ackman al nivel de juego profesional. “Ya sea Wimbledon o el torneo de menor categoría en las ligas menores del tenis, no hay atajos para entrar”, escribió Dan Wolken, columnista de USA Today, y añadió: “A menos, por supuesto, que seas un multimillonario de fondos de cobertura como Bill Ackman”.
“Otro mega-millonario viviendo su propio sueño privado”, dijo Lydia Chambers, una fan del tenis de Nueva Jersey, que estaba viendo el partido a The New York Times. “Espero que esté haciendo una donación enorme”, sugirió.
Sin embargo, Ackman también atrajo un pequeño grupo de seguidores, incluido uno que, según The New York Times, había llevado un cartel hecho a mano con un par de fotos flotantes de Ackman y un eslogan: “¡59 y en su mejor momento!”
Asimismo, Angus McIntosh, fan de Ackman, dijo que encontraba los esfuerzos del magnate “impresionantes” y lo aplaudió por seguir sus pasiones.
Se dio el gusto
La semana anterior al partido, Ackman había anunciado en X que estaba jugando “el mejor tenis de mi vida” y que había aceptado una invitación para jugar con Sock en el Hall of Fame, agregando sobre la capacidad del recinto, de 3.100 asientos, que “no hay malos lugares”.
En su publicación anunciando su debut profesional, Ackman insinuó que su desempeño podría ser un hito, y que tal vez sería “la persona más vieja en la historia del tenis, con 59 años, en ganar puntos ATP”, que se usan para clasificar a los jugadores y se otorgan a quienes ganan partidos o series en dobles.
Sin embargo, un vocero del circuito ATP aclaró que Ackman habría sido el tercero más veterano en ser clasificado: aún más joven que Lars Elvstrom, un jugador danés poco conocido que se retiró con casi 60 años y puntos en su haber. Otro caso aún más extremo fue el de Gardnar Mulloy, quien sumó sus últimos puntos ATP a los 64 años, aunque lo hizo en una derrota durante los años 70, cuando era posible obtener puntos solo por participar.
Ackman no logró sumar puntos y estuvo lejos de romper el récord del jugador más veterano en conseguirlos. Pero se dio el gusto. Pese a las críticas, se mostró conforme tras su breve incursión en el circuito. “Puedo dar un discurso frente a 2.000 personas sin problema. Pero jugar tenis frente a 150 es otra cosa”, confesó.
Ackman respondió en redes
Fiel a su estilo, el multimillonario y prolífico usuario de redes sociales comentó sobre las repercusiones del partido en X.
"Fue una experiencia muy aleccionadora que le da a uno aún más respeto por los profesionales que juegan para ganarse la vida frente a las cámaras y las multitudes. Olvidamos que ellos también necesitan manejar los desafíos de sus vidas personales cuidadosamente examinadas, sus rupturas, sus emociones, las tensiones financieras, su salud mental, la familia y otros desafíos", escribió en una publicación.
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No fueron pocos los que criticaron la participación de Ackman en el torneo. Un comediante publicó un video humoristico sobre el partido al que el magnate respondió y dijo: "Esto está bastante bien. El mundo necesita más risas (a mi costa)".
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La relación entre Donald y Bill
Donde sí jugó y ganó Ackman fue en las elecciones de 2024. Aunque al principio había apoyado al Partido Demócrata, en julio del año pasado dio un giro en su postura y se convirtió en un destacado partidario de Trump. Su cambio hacia el republicano fue interpretado como un importante respaldo empresarial en el plano electoral.
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Sin embargo, ese respaldo no implicó una adhesión total a las políticas de la administración Trump. En abril de este año, el multimillonario criticó la política arancelaria, señalando que los aranceles eran “masivos y desproporcionados” y no diferenciaban entre aliados y enemigos de EEUU.
Además, sostuvo que Trump lanzó una "guerra económica contra todo el mundo a la vez" que corre el riesgo de destruir la confianza de los inversores en EEUU., comentó Ackman.