Una joven de 23 años denunciará a la productora del Cosquín Rock Uruguay y al artista argentino Sebastián Chinellato, conocido como Neo Pistea, luego de sufrir varias fracturas cuando el cantante se tiró hacia el público y cayó sobre ella en la edición del festival de 2024, confirmó El Observador.
En los próximos días la joven presentará una demanda civil por daños y perjuicios contra la productora y el artista, representada por el abogado Javier Riffaud.
Meses atrás, la mujer denunció la situación que vivió en una comisaría, pero afirmó que hasta el momento no fue contactada ni por Fiscalía ni por la productora del Cosquín, En Vivo Producciones.
Riffaud afirmó a El Observador que también consultará a las autoridades cuál es el estado de la denuncia de la joven, con la esperanza de que lo sufrido por su cliente también tenga repercusiones en la esfera penal.
La caída, la avalancha y la adrenalina
El 20 de abril de 2024, Romina (nombre ficticio para preservar su identidad) había asistido al primer día del Cosquín, celebrado en el predio de la Rural del Prado, y se encontraba cerca de uno de los escenarios escuchando a Neo Pistea, en medio del "pogo". Según se puede ver en un video que se hizo viral aquel día, el artista argentino se paró en la valla que lo separaba de la gente y saltó hacia el público.
El cantante cayó sobre Romina, que terminó en el suelo en medio de lo que ella define como una "avalancha", según relató en una entrevista con El Observador. Cuando todos los demás comenzaron a levantarse, ella sintió que no tenía fuerzas para hacerlo. Sintió un "estruendo" que supo que era una fractura, pero no sabía de qué parte de su cuerpo venía y no sentía tanto dolor por la "adrenalina" del momento.
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Momento en el que Neo Pistea cae sobre Romina
Video: TikTok
En ese momento, según recordó, comenzó el show de un nuevo artista en el escenario lindero al que había tocado Neo Pistea.
Ahí llegaron los paramédicos. Primero intentaron moverla hacia el otro lado de la valla, pero ella pidió que esperaran porque sentía que no podía moverse. Tras unos minutos, lograron llevarla en camilla a la tienda médica del recinto.
Romina afirmó que, primero, los enfermeros presentes quisieron moverle el brazo porque entendían que "estaba dislocado", pero ella sabía que "era algo más". Mientras tanto, le dieron varios medicamentos para el dolor.
La demora de la ambulancia, las fracturas y la recuperación
Cuando una médica llegó a cerca de dos horas de lo ocurrido, preguntó por qué la joven todavía no había sido trasladada y le dijeron que ya había una ambulancia esperando, pero el recinto no estaba preparado para su ingreso.
Incluso, Romina indicó que tras avisarles, sus padres viajaron desde Las Piedras para acompañarla y llegaron al Cosquín antes que la ambulancia. Los guardias del lugar no querían que pasara porque entendían que necesitaban entradas y porque "no tenían ningún reporte de una mujer lesionada", pero un policía que se acercó logró que la madre ingresara al predio de la Rural.
Dos horas después de sufrir las lesiones, Romina fue trasladada en un carro desde el interior del Cosquín hasta una de las salidas del predio, donde fue pasada a una ambulancia que la llevó a la Asociación Española.
Tras esperar un tiempo más en el hospital, en el que recibió más medicamentos para el dolor –hecho por el que afirmó sufrió dificultades para respirar y hablar–, los primeros exámenes mostraron que Romina había sufrido una fractura en la clavícula.
Sin embargo, ella sabía que algo faltaba: a pesar de que un médico se lo negó, ella insistió para ver en detalle las placas, y se constató que también había sufrido la fractura de dos costillas.
Ante el riesgo de una posible "perforación de pulmón", Romina pasó tres meses en cama, en "reposo completo". Por esta decisión no se operó la clavícula, ya que los doctores entendían que con el tiempo en cama el hueso se iba a acomodar.
Tras los tres meses en cama, Romina estuvo ocho meses con tres horas diarias de fisioterapia, hasta marzo de este año.
Perdió casi un año de la carrera de Relaciones Internacionales, ya que por todo un semestre no pudo estudiar porque las horas de sus clases le coincidían con la fisioterapia. En su trabajo volvió a su puesto tras tres meses de baja, pero tuvo que dejar el voluntariado que realizaba en Techo.