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“A pesar de que no todo está resuelto, hay un ambiente que está favoreciendo a los ganaderos”

Entrevista a Carlos Molina, director general del Instituto Plan Agropecuario
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01 de noviembre de 2019 a las 14:50

¿Cómo analiza los resultados de las Carpetas Verdes de 2018-2019? 

Hay que empezar diciendo que el ejercicio fue muy particular, sobre todo si se lo compara con el ejercicio inmediato anterior, el 2017-2018. Este ejercicio fue climáticamente favorable para la producción ganadera, cosa que no había sucedido en 2017-2018. Desde el punto de vista de los precios de las haciendas vacunas, que es el producto más importante de las empresas monitoreadas, también tuvo un comportamiento diferente. Tuvo un crecimiento importante el precio de la canasta de productos vacunos. También es de destacar el precio de la lana fina, que juega en el producto bruto de los productores del basalto. La otra variable que jugó a favor este año fue la cotización del dólar, incrementó su valor frente al peso un 13% en el ejercicio lo que, sin dudas, no es determinante pero juega a favor e impacta positivamente en los resultados de las empresas. Con ese marco, de clima, precios y dólar favorables, llegamos a empresas mejores que en el 2017-2018 sustancialmente. 
 
¿Cómo se dio esa mejora? 

Los cuatro grupos de empresas que hacemos para analizar son: criadores del este y del norte y ciclo completo del este y del norte. Los cuatro grupos mejoraron sus resultados frente a un ejercicio muy pobre, como lo fue el pasado. Mejoran sustancialemente, pero lo hicieron mirando un plazo más extendido basado en más productividad, más precio y menos costos. Entonces, más producto. Hay que precisar que, dependiendo del sistema, es más producción o recuperación de producción luego de un año seco. En el este, las empresas crecen en producción, producen más incluso que antes que el año seco. Algo realmente importante. En el norte, las empresas recuperan productividad respecto al año seco, pero sin recuperar los niveles anteriores. Hay una recuperación, pero no un crecimiento genuino. No obstante, esa mayor cantidad de kilos, con un mejor precio y menos costos porque no hubo seca, pero además porque el dólar se valorizó más frente al peso –un 13%– que la inflación que hubo en el país –un 8%– y esa diferencia ayuda a licuar costos en pesos, como los salarios. 

¿Qué papel jugó la valorización del stock? 

Lo que se hizo fue aislar la valorización del stock, porque en este ejercicio fue realmente anormal, distinta a todos los otros. Eso juega en el resultado económico, metodológicamente es así. Aislamos ese crecimiento anormal del valor de stock para ver qué parte del resultado era por lo que habían hecho los productores y qué parte fue mejor por el mercado. Logramos identificar que entre el 15% y el 35%, dependiendo del sistema, es mejora por la valorización de stock. Por supuesto que es genuina y que es del campo, pero no está en el bolsillo. Y no es algo en lo que los productores hayan incidido, sino que los precios de todas las categorías vacunas fue entre 15% y 30% más que los precios al inicio del ejercicio. Además, los ganados al 30 de junio de 2019 tenían más kilos que al 30 de junio de 2018, porque en esa fecha se salía de un año seco y en 2019 se salía de un año húmedo. Eso también juega en el resultado. Por eso la aislación de impacto. 

 

¿Cuáles fueron los resultados? 

Las empresas de ciclo completo del norte tuvieron una mejora en el resultado que pasó de US$ 53 el ingreso de capital a US$ 122 antes de pagar renta e intereses. Si se le quita el impacto de la valorización del stock, esas empresas se quedan con US$ 90. Las empresas ciclo completo del este se quedan con US$ 114 de ingreso de capital antes de pagar renta e intereses. Si se le saca el impacto de la valorización del stock, es de US$ 81. En las empresas del este hubo crecimiento de la productividad, en la del norte hubo recuperación de la productividad. 

¿Y qué paso en las criadoras? 

Los criadores del norte cosecharon en este ejercicio US$ 65 por hectárea, frente a los US$ 46 del año pasado. Si se le quita valorización del stock es US$ 53. Son los productores que menos mejoran su resultado. Hubo recuperación, no crecimiento. Y hay un componente de lana fina importante. Las criadoras del este cosechan US$ 95, más que los US$ 50 del año pasado. Son US$ 71 si se le quita el impacto del stock. En definitiva, hay un crecimiento en el resultado de todas las empresas monitoreadas, pero con una enorme diversidad. Con el mismo ambiente, de mejor clima, mejor dólar, mejor precio y de reducción de costos, hay empresas que logran más de US$ 235 de ingreso de capital, de alguna empresa de ciclo completo ubicada en el este, y hay empresas que logran apenas US$ 4 de ingreso de capital, como criadores del norte. 

¿Se aprovechó de la misma manera el ambiente favorable? 

Lamentablemente no. Los número reflejan eso. No todas las empresas pueden aprovechar el ambiente favorable. Por diversos motivos, pero en parte por cómo salieron de la sequía. Algunas empresas salieron muy golpeadas de la seca de 2017-2018 y usaron el  año 2019 para reacomodarse más rápido de los previsto, tanto en lo productivo como en lo financiero. Este ejercicio ha permitido no resolver todos los problemas, tener una recuperación más rápido de lo previsto gracias al cambio favorable en el ambiente. No pueden cosechar en resultado, pero sí en mejorar la situación de la empresa.

¿Cómo se explica esa diferencia? 

Las empresas que no salieron tan dañadas de la seca, que realizan una gestión de procesos fina y ajustada, pudieron aprovechar mejor y crecieron en productividad, redujeron costos y vendieron mejor. Estas son las empresas que aprovecharon mejor el escenario  favorable. Esas empresas se caracterizan por una gestión de los procesos, una cercanía del productor, trabajan con una carga segura, con buenas condiciones corporales de las haciendas, llevan adelante un manejo integral de la empresa, pero sobre todo tienen una alta capacidad de gestión. 

¿Cuáles podrían ser las tendencias para el próximo período? 

Este parece ser un escenario donde varios astros están alineados. En este arranque de 2019-2020 tenemos mejores precios, un dólar favorable que supera a la inflación y una primavera incipiente. Esas variables siguen estando a favor del ganadero. El tema es hasta cuándo. Más allá de eso, los productores que llevan adelante una gestión afinada de los procesos y que lograron una empresa flexible con capacidad de adaptación a escenarios buenos y malos aprovechan estos mejores momentos, aunque sean breves. Los otros que no han podido diseñar este sistema de producción, lo aprovechan para mejorarse más rápido. A pesar de que no todo está resuelto, hay un ambiente que está favoreciendo a los ganaderos. Las empresas vienen de cuatro o cinco años de caída de ingresos. Además, saliendo de una seca de importancia en 2017-2018. Por lo tanto, no estamos diciendo que con un año de mejores resultados se resuelven los problemas de las empresas. 

 

El perfil 
Datos: Carlos Molina Riccetto nació el 7 de febrero de 1965, en Montevideo. 
Profesión: Ingeniero agrónomo. 
Actividad: Trabaja en el Instituto Plan Agropecuario (IPA) desde 2005 como técnico especialista en gestión de empresas. En 2017 asumió como director general del IPA. Hace 30 años se desempeña como profesor en la Facultad de Agronomía de la Udelar. 
Hobbies: Leer libros de historia y aprovechar el tiempo libre con su familia. 

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