“El objetivo es mantener el estatus fitosanitario y los mercados abiertos lo más activos posible”

–Los desafíos son muchos. El cargo en sí es un desafío muy grande e interesante, sumado a la situación actual que atraviesa nuestro país y el mundo con el coronavirus. En este marco  las cosas se complican aún más y los procesos y los tiempos se ven afectados de distinta manera, generando todos los días nuevas acciones y medidas que estamos planificando en todas las áreas de trabajo. En términos generales valoramos el buen desempeño de nuestro antecesor, Federico Montes, y vamos a tener continuidad en los temas en los cuales se viene funcionando bien. El objetivo principal es mantener el estatus fitosanitario y los mercados abiertos lo más activos posible en el contexto actual, que repito es muy dinámico y cambiante. Conocemos la realidad de la situación que atraviesa el agro, ahora agravada por el coronavirus, que hace que todo lo que estaba funcionando de alguna manera con sus problemas económicos y demás se ve agravado por esta pandemia. Es un doble desafío.

–¿En qué sentido se redoblarán los esfuerzos?

–Los temas más importantes son el acceso a los mercados, mantener y mejorar el estatus fitosanitario y la calidad e inocuidad de los productos vegetales, y la gestión adecuada de los insumos, siempre con la mira puesta en el cuidado del medioambiente, la salud humana y el comercio, como lo recalqué antes, son las grandes áreas de trabajo. Todos estos temas están presentes en los objetivos estratégicos. Los trabajaremos a través de la  articulación de nuestros funcionarios con instituciones públicas, organizaciones privadas, los productores, intendencias, organismos internacionales,  y otros actores comprometidos con nuestras áreas de acción.    Un buen ejemplo es el monitoreo satelital de aplicaciones, que se ejecuta en acuerdo pleno con la Asociacion Rural de Soriano. Actualmente estamos pensando en su ampliación, conversando con el sector cooperativo agrario. Obviamente que en el corto plazo hay muchos más temas que estamos conociendo y encarando sobre la marcha, complementando el accionar en torno a los grandes temas que mencionaba anteriormente. Por ejemplo, hoy estamos interviniendo en todos los protocolos para tratar de cuidar a las personas involucradas en todos los procesos de producción y en la cadena de exportación a través de la elaboración de un protocolo único. Para eso se hizo una reunión virtual la semana pasada y se están articulando todos los protocolos de la cadena para lograr un protocolo único. Eso es lo que hoy nos ocupa. Hoy es lo más urgente, porque estamos arrancando la cosecha de cultivos de verano, que son de gran importancia para el sector en particular, pero también para el país por la gran generación de divisas que significan y más en estas circunstancias, donde otros sectores de la economía están siendo afectados fuertemente.

"Va a ser una zafra atípica desde el punto de vista de la logística y el transporte”

–En líneas generales, ¿en qué se basa ese protocolo?

–Es un protocolo completo que reuniría a cada uno de los protocolos elaborados por los diferentes actores de la cadena que se crearon en forma individual provenientes de los productores, transportistas, acopio y puerto. La idea central es establecer y reforzar medidas de higiene y todas las medidas que permitan a los diferentes actores  prevenir los riesgos frente a esta emergencia sanitaria. Nosotros tratamos de que todos los protocolos aparezcan en uno, que se armonicen el uno con el otro a lo largo de la cadena y que todos los involucrados lo conozcan y de esa manera se puedan complementar y ejecutar de manera más fluida y de alguna manera pueda ser fiscalizado por los actores de distintas partes de la cadena.

Un protocolo para toda la cadena

–Su gestión en el MGAP comenzó también en medio de una sequía que tiene en jaque a varias zonas del país.

–Sí. La seca está más bien concentrada en el sur del país. Hoy ya hay una emergencia agropecuaria declarada. Por suerte, dentro de lo malo, en la zona agrícola productora más grande que es el litoral la seca no ha sido tan pronunciada. Si bien hay lugares en donde el impacto fue grande, las exportaciones de soja o maíz no se van a ver afectadas de forma grave, pero sí estamos previendo una menor producción con respecto a la zafra anterior.

–¿Qué proyecciones tienen para 2020 a nivel agrícola?

–Bueno, las consecuencias del covid-19 pueden llegar a verse reflejadas en atrasos y enlentecimientos de la cadena. Desde ese punto de vista puede haber algún tipo de complejidad. Va a ser una zafra atípica desde el punto de vista de la parte logística y de transporte. Esperamos, con estas medidas, que el impacto sea el menor posible. Desde el punto de vista de la sequía, esperamos una zafra de menores rendimientos y volumen de lo que fue el año pasado en lo que refiere a soja. Seguramente los rendimientos sean en el entorno de 2,3 a 2,5 millones de toneladas a nivel país para soja. Eso es lo que esperamos.

–De cara a la zafra de invierno, ¿con qué expectativas se la espera?

–En cultivos de invierno estamos esperando un año bueno. Ojalá que la demanda sea fuerte. Ya en cebada y colza venimos bastante bien en cuanto a la intención, veremos cómo se concreta. Hay que esperar a cómo evolucionen los precios, el mundo y la demanda de los mercados frente a la presencia del covid-19. Pero en principio esperamos una zafra  de invierno similar a la del año pasado.

Coronavirus no ha afectado a las exportaciones

–¿Cuál ha sido  tu trayectoria en el sector agrícola?

–Siempre estuve vinculado al sector productivo a lo largo de mi vida. Además, trabajé durante 15 años en la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran) como asesor agrícola y soy productor agropecuario. También trabajé como colaborador con el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos). Actualmente soy miembro de Global Farmer Network.

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