Camilo dos Santos

Guillermo Garrone: “Hay empresarios que sacrifican rentabilidad por mantener gente”

El presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas confía en la buena fe del empresariado y los trabajadores; y profundiza en sus preocupaciones actuales

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30 de agosto de 2020 a las 05:00

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Cuando Guillermo Garrone atendió el llamado de Café & Negocios estaba plantando árboles cerca de Minas, en su casa en las sierras. “Estoy trabajando desde acá. La naturaleza nos enseña cómo funcionan las relaciones humanas, en especial en estos momentos difíciles”, comentó.

Desde mayo de 2019, Garrone (ingeniero industrial, 60 años de edad, casado, cuatro hijos) es el presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), cuya misión es trabajar por una sociedad más humana y justa, donde la persona sea el centro de la economía y las empresas.
ACDE cuenta con 300 socios, 100 de los cuales son empresas y 200, particulares.

Garrone comenzó su trayectoria empresarial montando plantas industriales y vio que los problemas que surgían no eran tanto técnicos sino humanos. “Veía problemas de comunicación en los equipos de trabajo; la gente actuaba como en chacras o echándose la culpa una a otra, hasta que me interesé en la metodología de Franklin Covey, que brindaba soluciones en esos temas, y finalmente terminé consagrando mi vida a eso”, explicó.

Junto con tres socios, tiene la representación exclusiva de Franklin Covey en Uruguay desde hace más de 25 años. Se trata de una organización líder mundial en ayudar a las empresas a lograr mejores resultados basados en cambios duraderos en el comportamiento humano, proporcionando contenido, herramientas, metodología, capacitación y liderazgo de pensamiento.

“En Uruguay hemos llegado a más de 50 mil personas, en 650 empresas de distintos sectores y tamaños”, contó. Desde aquí atienden las demandas de compañías en más de 20 países.
“Covey fue quien interpretó al liderazgo, desarrolló los conceptos de ganar-ganar, proactividad, poner ‘primero lo primero’, generar sinergia y ‘afilar la sierra’, es decir, realzar el mejor activo que se tiene”, resumió Garrone.

¿Qué han planteado como preocupación los socios de ACDE durante la pandemia?
Conversamos bastante con el ministro de Trabajo, Pablo Mieres; con Fernando Pereira, del PIT-CNT, y con la dirigencia de la Cámara de Empresas Federadas. Hay un sentir y una preocupación muy grande, porque se están venciendo los plazos de los seguros y los seguros parciales, y no se sabe qué va a pasar o, más bien, se sabe que un porcentaje de personas que están en seguro de desempleo no van a volver a sus puestos de trabajo.

Hay sectores más golpeados que otros, como la hotelería, viajes, teatros, productos suntuarios.

Los que se han mantenido con niveles similares a los que tenían antes de la pandemia son los de consumo masivo, algunas líneas de laboratorios y, con la apertura de los shoppings, las tiendas van a recuperar un poco. Estamos apoyando a todos los socios.


¿Cómo está funcionando su consultora?
En marzo y abril hubo un parate bastante generalizado. Hicimos talleres gratuitos, como apoyos a la comunidad y en forma promocional.
En abril lanzamos un ciclo de webinars para el manejo de crisis. En mayo comenzamos con nuestro programa Liderazgo en Acción, que hacemos todos los años, siempre renovando los temas.

¿Hicieron algún cambio en la consultora por la coyuntura?
Sí, nos hemos reinventado. Si bien Franklin Covey tiene un entrenamiento a distancia como práctica común, ni en Uruguay ni en casi ningún país de América Latina lo teníamos. Ahora pasamos el 100% de nuestros productos a formato digital.

La mayor ventaja es que participa gente del interior del país que antes no lo hacía. Está participando no solo gente in-company, sino particulares.

¿Cuáles son los motivos de consulta más frecuente por parte del empresariado en la actualidad?
Ha surgido la necesidad de pensar cómo se trabaja mejor en equipo en forma remota, y en cómo mantener todo funcionando.
Apoyamos en procesos de mejora a las organizaciones para profesionalizarse, mejorar relacionamientos, cómo alcanzar metas con planes estratégicos claros y que aterricen a los distintos sectores de la compañía.

Uno de los motivos de consulta más frecuentes es el liderazgo, que es un tema recurrente. También cómo hacer para que las personas trabajen mejor entre sí, cómo hacer para que los jefes asuman sus responsabilidades y se manejen mejor en esta coyuntura.

Por su experiencia en ACDE y con temas de capital humano, ¿qué recomendaciones daría en esta situación difícil del país?
Abrir bien los ojos. Hay quienes están viendo las oportunidades que surgen en esta crisis.

También hay que tener en cuenta que estas crisis no duran toda la vida, sino que pasan.

Es cierto que el mercado se zarandea y hay gente que queda por el camino, porque las crisis aceleran las ineficiencias que las empresas tenían de antes, pero hay quienes logran reinventarse y lanzan nuevos productos.

Otra recomendación es considerar las tres P: Parar-Para-Pensar.
A veces vamos tan acelerados y enroscados en un montón de cosas que no nos damos cuenta de vivir y disfrutar cada momento. Viendo a cientos de empresarios, puedo decir que los que están corriendo todo el día no solo no viven la vida, sino que tampoco tienen los resultados que sí tienen quienes se dan momentos de pausa o calma.

En la reflexión, realmente se crean y vislumbran las mejores soluciones.

Además de vivir mejor y más equilibrados, se logran mejores resultados.

Los asesores suelen hablar de oportunidades en las crisis, de pensar y reinventarse, pero ¿cómo adoptar esa visión cuando se pierde el trabajo de un día para otro y hay que alimentar a tres niños en el hogar?
Es verdad que cuando alguien se está ahogando, es difícil pedirle que se detenga para pensar, pero, si no se mantiene la calma, es peor. También ahí, como sociedad, todos tenemos que estar atentos y ayudando. El gobierno tiene ese tema en la mira y el PIT-CNT también.

En una carta abierta que hicimos en ACDE y que enviamos al gobierno, a las cámaras y a los sindicatos, planteamos que este es un momento en el que todos los actores tenemos que pensar cómo extremar esfuerzos para que las empresas puedan sostenerse. Hay empresarios que sacrifican rentabilidad por mantener a la gente con trabajo; es un esfuerzo en conjunto.

¿Ve en el empresariado esa disposición a perder rentabilidad en esta coyuntura para mantener puestos de trabajo?
Veo que la mayoría de la gente tiene buena fe, no todos, es cierto. Pero sí hay empresarios que están manteniendo a integrantes del personal, incluso antes de la pandemia, porque por la formación o la edad que tienen les será difícil conseguir otro trabajo. Esa voluntad la veo. También veo a empleados dando todo para adaptarse, incluso aceptando tiempo parcial con salario disminuido. Las crisis ayudan a que tratemos de ser más solidarios.

¿Que pasará de aquí a fin de año?
Habrá que mirar cómo evoluciona momento a momento. Aunque no exista más el covid-19, el daño ya es grande. Hay empresas con niveles de facturación muy por debajo del que deberían tener y están acumulando pérdidas de varios meses.

El gobierno ha acordado sistemas de préstamos para que los bancos abran líneas con garantías solidarias, que se necesitan para que algunos sectores salgan adelante. La parte sanitaria no demorará en solucionarse, pero la parte económica va a demorar. Habrá un retraso lógico en que todo vuelva a acomodarse. l

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