Inés Guimaraens

“Los argentinos están con muchas ganas de invertir en Uruguay”

Uno de los directores de la constructora Rener, Daniel Rener, habló sobre las tendencias del sector, nuevos proyectos y la situación de la construcción

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11 de septiembre de 2020 a las 05:04

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Si hay algo que se le hace difícil a Daniel Rener es dejar el trabajo en la oficina, porque las sobremesas familiares -junto a sus cuatro hermanos y su padre- no escapan a la charla laboral y a los desafíos que hay que encarar semana a semana. De igual modo, intenta encontrar el balance justo para pasar tiempo con su familia pero sin que el factor empresarial afecte demasiado. 

Rener es uno de los directores que está al frente de la empresa constructora que lleva su mismo apellido, que tiene más de 50 años en el mercado y fue fundada por su padre, Zelmar Rener, en 1966. 

Para el empresario tener una compañía familiar tiene dos caras: es difícil salir de la oficina y olvidarse de los problemas pero también suele ser un diferencial que los clientes les hacen notar. “Somos una empresa que da la cara y está buscando mejorar constantemente para brindar mejores servicios”, resumió en entrevista con El Observador

Actualmente la compañía lanzó un proyecto sobre la rambla de Malvín, Torre Arenas, un parque con cinco edificios de lujo que ofrece servicios de vanguardia. Más allá de esto, Rener habló de las tendencias que se vienen en el sector, cómo impactó la pandemia y qué es lo que los potenciales compradores e inversores buscan cuando piensan en el mercado inmobiliario. 
Además, afirmó que la posible llegada de argentinos puede marcar un parteaguas importante en el mercado, a pesar de que hasta ahora muchas de las compras no se han podido concretar y se dan más que nada consultas puntuales. 

¿Cómo ve que transitó su rubro la pandemia?

Como todo fue algo nuevo; poco a poco hubo que irse adaptando. Sin embargo, la construcción fue uno de los rubros que estuvo menos tiempo fuera de servicio pero, en materia de negocio y ventas la gente estuvo durante unos meses viendo qué pasaba. Desde hace un par de meses ya comenzó a comprar y el mercado retomó un relativo movimiento. 

¿No hubo entonces un impacto puntual en su empresa? 

No, la verdad que pasó como en el resto del sector. 
Fue un momento de parar la operativa y retomarla lentamente, sobre todo en la medida en que la gente se fue lanzando a comprar más. 

¿Se nota la llegada de los argentinos?

Sí. Se están viendo muchas consultas y justamente en el nuevo proyecto (Torre de Arenas) hemos notado que hay muchos llamados de argentinos que están interesados en comprar. Eso, la verdad, es que nos tiene sorprendidos. De igual modo, es un momento que hay que ir viendo y también poner el ojo en donde la gente está invirtiendo, pero creo que se pueden tener perspectivas relativamente optimistas. En el caso de Torre de Arenas, está teniendo mucha demanda y es algo que también sorprende, porque uno podría esperar otra reacción ante un mercado un poco resentido. 

¿Cree que la llegada de argentinos puede mover la aguja de cara al futuro?

Siempre el mercado argentino fue importante para Uruguay, sobre todo para ciudades como Montevideo. En nuestro caso, en los últimos meses, hemos visto muchas consultas de argentinos que preguntan por varios proyectos que tenemos. Claro que no siempre se concretan porque incluso influye el factor de la no presencialidad y de que no todos pueden venir a concretar la compra. 
Los argentinos están con muchas ganas de invertir en Uruguay. 

Al pasar decía que este es uno de los proyectos más grandes que tiene la compañía. ¿Cuál es el gran diferencial que ofrece? 

Son cinco torres y es un proyecto de 15 mil metros cuadrados. Entre los grandes diferenciales, aparece que tiene casi 2.000 metros de amenities, algo que no suele ser normal en Uruguay. También hay muchos servicios, como gimnasio, salón de fiesta, juegos de niños y un gran parque con vista al mar. Desde el punto de vista de la construcción, buscamos que los detalles sean los  mejores y que los materiales dispongan de la mejor calidad. Creo que serán edificios importantes, porque ofrecen algo por fuera de lo común dentro del ámbito local. 
Justo en estos días inauguramos un showroom para que la gente pueda visualizar el tamaño y la importancia del proyecto. 

Además de Malvín, tienen varios proyectos en Pocitos. ¿Hay una estrategia en cuanto a esta zona?

Es en los lugares que más hemos construido, sobre todo en los sitios más populares del barrio. Pocitos tiene esa particularidad de que es uno de los lugares más buscados por compradores e inversores, entonces termina siendo una de las zonas más demandadas. En cuanto a nuestra estrategia allí, intentamos posicionarnos en lugares que sabemos que tienen servicios cerca y que no están lejos de la Rambla. 

¿Ve algún tipo de tendencias que se pueda concretar en el corto plazo?

El sector nuestro tiene esa particularidad de que siempre va a haber un poco de todo. En cuanto a las edificaciones en la ciudad, algo que ya se puede ver es que los clientes buscan edificios con más servicios y que no sea solo el apartamento. Esto se conjuga con una ubicación estratégica y que los costos no sean muy elevados. Creo que este tipo de cuestiones se van a consolidar en el futuro.  

Inés Guimaraens

¿Sigue habiendo foco en los monoambientes y apartamentos de un dormitorio? 

El tema es que la gente quiere un poco de todo. Las empresas constructoras solemos hacer lo que nuestros clientes pueden pagar. En nuestro caso, y hablando de Pocitos, construir de dos dormitorios no es algo redituable pero no necesariamente quiere decir que no hay una demanda en ese segmento. Entonces, todo depende de la zona y del público al que se busca llegar, porque en el caso de Torre de Arenas sí se puede aspirar a la venta de dos y tres dormitorios. 
Pero sí, monoambientes y un dormitorio es lo que más se vende porque está al alcance de todo el mundo. 

¿Se puede dejar el trabajo en la oficina? 

A veces es difícil, porque cuesta bajar la cortina y dejar que el trabajo quede sobre el escritorio. Creo que con el tiempo vamos aprendiendo que es importante respetar los tiempos que son para la familia, pero no siempre pasa porque las charlas de trabajo se dan casi que naturalmente. Es un equilibrio que es difícil lograr. 

Son las dos caras de una misma moneda, porque también nuestro diferencial radica en que somos una familia e intentamos que detrás de cada proyecto haya una sinergia positiva. Somos una empresa que da la cara y está buscando mejorar constantemente para brindar mejores servicios. 

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