Diego Battiste

¿Por qué brindará cada líder político?

Gobierno y oposición; blancos, colorados, cabildantes, PI, frentistas, sindicatos; todos tienen motivos claros para levantar la copa en el cambio de año, por los desafíos complejos que asoman con el 2021

Tiempo de lectura: -'

26 de diciembre de 2020 a las 05:04

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Nada caracteriza mejor al año que se asoma, como el conjunto de desafíos múltiples que vienen con el 2021: gobierno y oposición, partidos políticos y gremios, empresas y sociedad en general, todos, tienen motivos para el brindis de fin de año: hay muchos desafíos en el horizonte.

Veamos los desafíos para cada parte.

1. Los blancos tendrán movimientos para realinear grupos y algunos querrán asomar su cabeza al mapeo de destaque precandidaturas, lo que genera riesgos por ruido partidario. Es entendible que pase, que el que quiera “pedir cancha” deba mostrarse, pero eso es prematuro, o arriesgado, porque la suerte de todos está ligada a la suerte del gobierno y deben concentrarse en eso. A la vez, nadie que quiera dar batalla por una candidatura, querrá dar ventaja a otros. Como partido, para el Nacional es quizá el mayor desafío a administrar en 2021.

2. Los colorados precisan reconstruir liderazgos, lo que es muy complejo porque eso sale bien cuando es natural y no forzado por las circunstancias. Sanguinetti no es opción para 2024 porque con casi 89 años no es razonable que haga de nuevo el esfuerzo de 2019, y no hay en Batllistas un sucesor claro.

Ciudadanos tiene un primer desafío; a ese movimiento lo unía una figura que ya no está; no era una afinidad ideológica ni una tradición partidaria, era un hombre. Y se fue. El grupo se mantiene unido y tiene un coordinador que fue el que construyó la red partidaria, pueblo por pueblo, pero que ahora deberá asumir el desafío de convertir su rol de articulador en el de líder. Y todo eso con la duda sobre si volverá Pedro, cuándo y cómo.

3. En Cabildo Abierto, Manini Ríos enfrenta un desafío no menor: liderar, ordenar, realinear, mandar. Pero no solo eso. ¿Cuál será el discurso del partido? No puede quedar atado a planteos sobre temas militares porque achica al lema a un electorado relevante pero acotado.

Y como su suerte está ligada a la coalición de gobierno, y la suerte del gobierno depende exclusivamente de la atracción de inversiones privadas, los reflejos del grupo que son contrarios a negocios de multinacionales extranjeras, a forestación, a bancos, fábricas de celulosa, le generaron desconfianza en el círculo empresarial y cambiar esa imagen es posible, pero requiere acciones concretas.

O sea que Manini tiene triple desafío: recuperar control de Cabildo (curiosamente perdido), recuperar electorado (diluido rápidamente, según encuestas) y recuperar confianza del círculo empresarial (donde no hay muchos votos, pero es clave para él y para su incipiente partido).

4. El Partido Independiente precisa reinventarse, lo que no es fácil pero sí posible, aunque ello requiere músculo y cerebro: hay un espacio electoral socialdemócrata y socialcristiano que puede atraer, pero precisa un salto cualitativo en gimnasia política. Mieres mostró solvencia como ministro y ahora tiene el desafío de levantar al partido y proyectarlo, porque si no lo hace queda reducido a una expresión irrelevante.

5. El Frente Amplio tiene el desafío de acomodarse en el rol que las urnas le dieron, y hacer oposición profesional y no quedarse prisionero de la imagen de enojado rezongón que no entiende por qué le han dejado por otro (u otra). Las elecciones internas son desafío aparte para cada sector, porque de ahí sale la integración del Plenario Nacional y la Mesa Política, que más allá de un “presidente administrativo” allí estarán los conductores del Frente hacia 2024. Eso es un desafío adicional para los grupos que vienen del astorismo y del ala derrotada en el Partido Socialista, ya que sumados representan un electorado importante, pero separados y con flaca militancia dejan cancha libre al MLN-T, al PCU y al PS. Y para el Frente Amplio es clave que la franja de izquierda moderada sea fuerte.

6. El PIT-CNT tendrá un año de los más intensos que se recuerde con múltiples desafíos:

  • se completan elecciones en gremios y ya se vieron novedades fuertes en Magisterio (FUM-TEP) y Comercio (Fuecys), pero seguirán en municipales; bancarios, entre otros;
  • los gremios deberán mostrar su cantidad de afiliados, de cotizar por ellos, y con eso tener determinada cantidad de asientos en el Congreso;
  • habrá que negociar entre corrientes para elegir autoridades, y para determinar la línea política que saldrá del nuevo Congreso;
  • el propio XIV Congreso, en un año cargado de movilizaciones y negociaciones;
  • el 30 de junio vencen todos los convenios salariales de privados y habrá que negociar;
  • también a mitad de año vence el plazo para que el gobierno presente la Rendición de Cuentas y los gremios públicos saben que será la ocasión para reclamar mejoras presupuestales;
  • juntar las firmas para el referéndum contra la LUC, lucha contra reloj y, en caso de éxito, que no es fácil, la campaña por la votación;
  • la falta de empleo y el aumento de pobreza a raíz de la crisis sanitaria generarán descontento que puede canalizarse por fuera de los gremios, que aumente el descreimiento en la herramienta sindical y que obligue a esfuerzos de la central para conducir eso, sin que caiga en expresiones violentas que deriven en rechazo social.

7. El presidente Lacalle Pou y el gobierno tienen el desafío de la pandemia: conseguir la vacuna lo antes posible, frenar la cadena de contagios y reencauzar el abordaje de la pandemia.

Además, reactivar la economía, atraer inversiones, obtener algún acuerdo comercial para facilitar exportaciones, mejorar las cuentas fiscales sin subir impuestos, votar la nueva ley de medios (pendiente del 2020), concretar la reforma previsional, impedir una ley que prohíba producir a un sector pujante de la economía, avanzar en una reforma de la enseñanza, dar cobertura a los nuevos pobres generados por la pandemia, sin descuidar a los estructuralmente pobres…

Tantos desafíos, para tantos líderes a la vez. En el cambio de año está claro que cada líder, cada quien, tiene motivos para brindar, que están relacionados con el cumplimiento de desafíos. Lo malo es que todo es complejo y difícil; lo bueno es que hay desafíos, porque eso es motor y energía para no quedarse quietos.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.