Camilo dos Santos

Al Sunca no lo convence extender sin cambios su acuerdo salarial que vence en abril

El sindicato de la construcción no está convencido con la idea de prorrogar los convenios vigentes porque el coronavirus no le pega a todos por igual

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15 de abril de 2020 a las 05:03

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A falta de dos semanas para que venza su convenio laboral, el sindicato de la construcción espera una convocatoria del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) en donde se defina qué ocurrirá con el ajuste de los salarios desde mayo. 

En medio de la crisis sanitaria por el coronavirus a comienzo de abril, el PIT-CNT y varias gremiales empresariales habían manifestado a autoridades del Poder Ejecutivo su voluntad de postergar la negociación para renovar los acuerdos que caducan en el primer semestre de año. Incluso el Secretariado Ejecutivo de la central sindical propuso como una idea a considerar el prorrogar los acuerdos vigentes por seis meses o un año utilizando las fórmulas diseñadas en la ronda pasada.

Pero también la puerta quedó abierta para que el tema se estudie en cada sector y que cada rama de actividad negocie qué hacer. En el Sunca no están totalmente convencidos de que la extensión de los acuerdos deba ser el único camino a seguir, y quieren conversarlo con el gobierno y las cámaras empresariales para determinar cuál es el mejor escenario en esa rama de actividad.

“Es una cosa que nos preocupa. Sabemos que está complicado, pero no es que vale todo por el tema de la pandemia y el coronavirus. Si es vale todo estamos en el horno. Con el vale todo te ajustan las tarifas, con el vale todo te sube la canasta básica de alimentación, con el vale todo sube el dólar y se va la inflación (…) No es que porque estamos en pandemia no hay que hacer más nada y quedarse quietito porque si no es complicado por la economía”, dijo a El Observador el presidente del sindicato Daniel Diverio.

El primer convenio colectivo que vence es el de la industria de la construcción el próximo 30 de abril. Y hay otros 137 que caerán el próximo 30 de junio, en grupos como alimentación, metalúrgica, transporte, banca, salud, comercio y servicios, entre otros.

Entrevistado la semana pasada por el programa Quien es Quien de Diamante FM y TNU, el ministro de Trabajo Pablo Mieres dio como un hecho ya consumado que no se abrirán los grupos de los Consejos de Salarios durante este semestre. Por eso ahora las baterías están puestas en una discusión bilateral que tiene junto al equipo económico para definir qué criterio se tomará para otorgar los ajustes nominales. Esa definición será presentada ante el Consejo Superior Tripartito en las próximas semanas.

También cabe recordar que buena parte de estos grupos de actividad iniciarán el semestre percibiendo el correctivo por la diferencia entre la inflación observada y el porcentaje de ajuste nominal pactado en los últimos 12 o 18 meses, según cuál sea la cláusula previamente establecida. En la perspectiva que abril, mayo y junio serán de inflación alta es esperable que la mayor parte de esas cláusulas se active y las empresas tengan que realizar un desembolso extra.

La lógica que el Poder Ejecutivo propuso en las dos últimas rondas se basó en ajustes nominales decrecientes (techo de 8,5% y un piso de 6%) con variantes según cómo se autoclasificara el sector: dinámicos, intermedio o en dificultades.

Pero el escenario cambió y no es nada fácil. En la medida que la suba de precios se acerca a los dos dígitos y está más presionada es una dificultad extra. Considerando que los sindicatos miran la inflación actual al momento de acordar nuevos salarios, es de esperar que los aumentos que consideren sean altos. Y justo en momentos de números muy apretados tampoco parece sencillo que todas las empresas puedan repetir fórmulas que acordaron aplicar hace dos años.

“Punto de partida”

A mediados de febrero durante su XVII congreso el Sunca marcó como una prioridad de cara a la nueva negociación el mantenimiento del salario real y la incorporación de cláusulas que eviten la pérdida de poder de compra durante la vigencia de los acuerdos.

También se puso como ejemplo el último acuerdo firmado en setiembre de 2018 como “un buen punto de partida”. Ese convenio se clasificó dentro del sector intermedio, fijó una extensión de 21 meses de duración y tuvo un triple blindaje contra la inflación, que incluyó dos correctivos (uno a la mitad y otro al final) mas una clausula de salvaguarda específica que podía activarse en cualquier momento dentro del primer año.

 “Como dijo el presidente el otro día y con todo respecto lo digo: ‘hay que cuidar el malla oro que es el que nos va a salvar’. Bueno, a ver. Los que reman y reman, los que dan pedal y pedal somos los trabajadores. Creo que lo que hay que cuidar es eso. Sin trabajadores que den pedal no hay malla oro posible. Que nos convoquen y veremos cuál es el escenario que tenemos”, insistió Diverio.

La industria de la construcción cerró el año pasado con una caída en su nivel de actividad del 2% y encadenó un quinquenio al hilo con números rojos, según el último informe de Cuentas Nacionales del Banco Central (BCU). Eso se ha reflejado en la pérdida de cerca de 30 mil empleos desde su pico de ocupación en 2013 con algo más de 70 mil puestos formales. Las perspectivas para este 2020 con los coletazos del coronavirus para nuevos proyectos seguramente pongan un manto de incertidumbre a la recuperación que se proyectaba para este sector.

 

 

 

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