Alejandro Balbi asume como presidente en Nacional

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Alejandro Balbi se sienta en el sillón que quema

El vicepresidente de Nacional toma el cargo de presidente mientras no pueda volver José Fuentes
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29 de mayo de 2023 a las 23:47

Con el presidente de Nacional, José Fuentes, aún internado en un CTI tras sufrir un "trastorno del ritmo cardíaco” el pasado viernes 19 de mayo, este lunes se inicia una nueva era en la comisión directiva que tendrá a Alejandro Balbi como principal responsable del club.

Es una situación sensible. Por el estado de salud indefinido de Fuentes, por el cariño que José recibe del hincha, porque fue el Mejor Dirigente del Campeonato Uruguayo 2022 en la encuesta Fútbolx100 que anualmente organizamos en Referí con una votación récord (nunca nadie logró la aprobación que consiguió él) y por lo que representó su gestión al frente del club en los últimos 18 meses en el aspecto directriz y humano. Fuentes dejó la vara muy alta y jerarquizó una función en la que desde la llegada de Dante Iocco en 1998, Nacional tuvo a dirigentes que marcaron época.

José Fuentes fue elegido presidente en diciembre 2021 y Balbi su vicepresidente

El único período en que los socios cuestionaron la gestión de un presidente de Nacional en los últimos 25 años fue el 29 de noviembre de 2018, cuando no votaron la Memoria y rechazaron la actuación de José Luis Rodríguez.

Antes y después de ese año en el último cuarto de siglo, Dante Iocco (1998-2000), Eduardo Ache (2000-2003, 2003-2006, 2012-2015), Ricardo Alarcón (2006-2009, 2009-2012), José Decurnex (2018-2021) y Fuentes (desde diciembre 2021), cada uno con su impronta y su estilo fueron fieles guardianes de la institucionalidad de un club que en 1998 se había hundido hasta el infierno político y futbolístico, y terminó revolcado por el último quinquenio de Peñarol.

José Decurnex y Alejandro Balbi

Que Nacional haya conseguido volver al nivel político que tuvo a lo largo de su historia, desde sus inicios, en un tono apropiado y con un lenguaje constructivo, que se consolidara deportivamente y que siga el proceso de intentar blindarse económicamente, es la obra más importante que le pude brindar a sus socios y el mejor aporte para el crecimiento y la consolidación del fútbol uruguayo.

En ese proceso andaba y seguía construyendo a diario Fuentes, con un estilo propio de aquel que logró tal madurez en la vida, que sus acciones, en general, resultan irreprochables.

Obviamente, el camino elegido para conducir y el comportamiento tribunero que Ignacio Ruglio le puso a Peñarol ensalzaron aún más el fenómeno Fuentes.

Fuentes se lo ganó todo desde el llano, desde 2012.

Llegó a presidente en Nacional en base a un acuerdo circunstancial de poder con el oficialismo (José Decurnex), y su reconocida experiencia en la administración y su conocimiento de fútbol (tiene título de entrenador), le permitieron en un año y medio elevar su estatus. Se ganó el cariño de la gente y se transformó en flor de presidente.

La forma en que el año pasado consiguió convencer a Luis Suárez, el máximo ídolo moderno de Nacional y del fútbol uruguayo, para que volviera con el objetivo de ganar el Uruguayo 2022, es la actuación más sensible del ser humano, de reconocer el error, asumir que el club cometió un descuido con el Pistolero y reconstruir el mejor escenario que desembocó en su vuelta.

Se remangó cuando debió hacerlo, y resistió en silencio, o hablando sin levantar el tono de voz y respondiendo con altura suficiente como para derriba las posturas tribuneras que adoptó su colega Ruglio.

Por estos días, Fuentes se encuentra en un estado de salud indefinido y su ausencia genera un vacío tan inmenso en Nacional, que resulta indisimulable para los dirigentes de su club y para las demás instituciones.

Empieza la era Alejandro Balbi Della Valle

Sin embargo, el fútbol debe seguir y este lunes Nacional inicia la era Alejandro Balbi Della Valle como presidente.

Una experiencia conocida para su familia, porque en 2006 su tío Víctor Della Valle heredó de Ache el cargo por seis meses, en un acuerdo político que liberaba al presidente para ir al Comité Ejecutivo de la AUF en representación de Nacional y para que el vice también pudiera quedar en la historia del club, en la Galería de Presidente, después de dos períodos compartiendo gestión, en esos gestos que eran de la política de antes.

Alejandro Balbi integró el Ejecutivo de la AUF de Wilmar Valdez

Balbi recibe la posta por estas horas en otras circunstancias y con otros plazos, pero también hereda una función que no tenía en sus planes.

Lo primero: Balbi no sería presidente hoy si no se hubieran demorado las elecciones en la AUF. Si el caso Mosegui no hubiera dado tantas vueltas en los tribunales esperando el  certificado de idoneidad, por estas horas estaría en uso de licencia como dirigente de Nacional y desempeñando la función que Fuentes le había encomendado en el Comité Ejecutivo de Ignacio Alonso.

No ocurrió eso, y finalmente este lunes asume en el club en un desafío sin igual para el dirigente que en toda su carrera fue segundo de alguien. En Unión Atlética, en El Tanque Sisley, en Nacional y en el Comité Ejecutivo de la AUF.

No es ningún demérito que eso haya ocurrido, al contrario, destaca su capacidad para mantenerse vigente después de 35 en la dirigencia deportiva y desde hace 25 en Nacional, pese a los altos niveles de rotación que existen en esos cargos en el fútbol uruguayo.

Lo segundo: En un rápido repaso de los dirigentes de Nacional que siguen en actividad en primera línea (directiva, delegación en la AUF o funciones técnicas) desde 1998 están Eduardo Ache (que el próximo mes deja la representación del club), Alejandro Balbi (que comenzó como delegado ese año y desde entonces siempre cumplió alguna función en la AUF o en la directiva) y Hernán Navascués (histórico delegado que hoy está en función técnica asesorando a la directiva). No hay más. Después, en los años siguientes, surgieron los nombres de Pablo Durán, Raúl “Nono” Giuria y el delegado Juan Mailhos, pero eso ocurrió a partir del siglo XXI.

Eduardo Ache y Alejandro Balbi

Lo tercero: Balbi fue elegido por los socios como dirigente en siete de las últimas ocho elecciones (2000, 2003, 2006, 2009, 2012, 2018 y 2021). Solamente quedó afuera en 2015, cuando sorpresivamente Ache perdió con Rodríguez.

Dirigente de la vieja guardia, pero que se adaptó a los cambios y fue mediático como pocos, siempre fue de la mano de Ache en el terreno político y de la de Navascués en el reglamentario. Así construyó su historia, que comenzó en la Federación Uruguaya de Básquetbol en 1989, como delegado de Unión Atlética y en la AUF de El Tanque Sisley.

Desde este lunes, por primera vez será el responsable de las decisiones y mostrará su capacidad de liderazgo.

De todas formas, en este Nacional tiene una gran ventaja: el legado de Decurnex y Fuentes, que armaron equipos de trabajo.

Hoy, Nacional dejó de ser presidencialista, como pudo ocurrir en alguna etapa con Ache. Por estos días en la directiva cada uno tiene su rol y Fuentes se encargo de fortalecer todas las estructuras que había dejado Decurnex. Durán en la secretaría, Gonzalo Lucas y Gustavo Amoza en la administración, López Rubio en el Interior y Antonio Palma en juveniles, y una comisión directiva que, a pesar de diferencias políticas que puedan existir, actuó hasta ahora como bloque.

Lo cuarto: El asunto de fondo y que genera el centro de la cuestión, ahora como presidente, es su estilo de conducción. Se corre el velo. Hasta ahora, en un rol secundario, fue mediático y confrontativo. Mandó mensajes para la tribuna, al estilo Ruglio. Desde hoy y desde el liderazgo debe resolver si elige el mismo camino o si toma los ejemplos que le dejaron.

Lo quinto: Y el aspecto medular de su gestión en este momento, mucho más que la preocupación que pueda generar en el hincha que Peñarol ya está en la final del Campeonato Uruguayo 2023 y cómo cambiar el curso en el segundo semestre: ¿de qué forma manejará el vínculo con Álvaro Gutiérrez?

El técnico de Nacional volvió al club el de marzo, para resolver una urgencia que tenía la institución, porque Fuentes era presidente y ya se sabía que Balbi se iba a la AUF.

En los otros intentos que hicieron por traer a Guti después que ganó el Uruguayo 2019, en 2020, 2021 y 2022, una de las razones más importantes por las que no quiso volver era por Balbi y Decurnex (van a estar los dos de nuevo al frente de la directiva), que no lo quisieron y el técnico nunca se sintió respaldado.

Álvaro Gutiérrez

Ahora, en su nuevo rol de presidente, Balbi tendrá que manejar con una delicadeza extrema ese vínculo para que no se rompa el hilo. Porque si Nacional se queda sin Guti, estará en un verdadero problema, no solo futbolístico sino en el vínculo del nuevo presidente con el hincha, un aspecto que se torna clave en el recorrido de cualquier dirigente.

Balbi empieza este lunes su examen más difícil en su extensa carrera como dirigente.

El tiempo dirá si estaba listo para asumir ese rol de presidente y guiar a Nacional con pies de plomo y cabeza de estadista durante un año y medio, en esta etapa, o será recordado por el lugar que protagonizó hasta ahora como segundo de otros.

Lo sexto y último: Para el final dejé una frase que Balbi me dijo en octubre de 2015: “Hay muchos que quieren ser dirigentes, pero pocos presidente, ¡porque ese sillón quema!”.

¿Quemará?

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