El asentamiento Santa Eugenia fue el punto de partida

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"Barrio a barrio": el micromenudeo del gobierno para vacunar a quienes escapan a "lo macro"

"Queríamos empezar por algún barrio en el que tuviéramos llegada", explicó a El Observador el director de Gestión Territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Alejandro Sciarra
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19 de julio de 2021 a las 14:54

Para llegar a Santa María Eugenia hay que tomar la calle Servando Gómez bien hacia el fondo. Atrás quedan camino Carrasco, instalaciones deportivas y viveros apostados a los costados. Allí donde la senda asfaltada se vuelve pedregullo y hacia el norte se abren los agrestes bañados de Carrasco, se alza el asentamiento, el punto de partida para el plan de vacunación "barrio a barrio" del gobierno. 

"Queríamos empezar por algún barrio en el que tuviéramos llegada", explica a El Observador el director de Gestión Territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Alejandro Sciarra. "Si bien estamos en todos, la idea era arrancar en un barrio chico con una comunidad bien consolidada, como lo es la de Santa María Eugenia, para tomar un modelo que después podamos replicar en otros barrios", expone el jerarca. 

El primer acercamiento fue mediante la oficina del Mides en el Intercambiador Belloni, con un servicio descentralizado hacia otros puntos del municipio. Uno de ellos es el salón comunal en pleno centro barrial, en donde los vecinos esperan su turno en la fría mañana de lunes para recibir la primera dosis de Pfizer. En Santa María Eugenia, como en otros barrios, los referentes barriales fueron un punto de contacto. 

Leonardo Frontora se pasea por la entrada del vacunatorio con el celular en la mano. En ese punto puede saludar a quienes circulan. De a ratos atiende llamadas y coordina horarios. "Más allá de que no hubo muchos casos en el barrio, algunos hubo. Y esto de que vengan es una bendición", sostiene en su calidad de presidente de la comisión vecinal. 

Él es uno de los nexos entre el Estado y el barrio. Sabe los nombres de vecinos y las calles del asentamiento, y conoce a los jerarcas que pasan a contemplar el primer día de vacunación. Al igual que en este sitio sobre Carrasco Norte, el gobierno pretende llegar a otros 56 barrios de la periferia montevideana, así como a unas 90 ollas populares en Canelones.

Leonardo Frontora es uno de los referentes barriales

Según el relevamiento de la Intendencia de Montevideo (IMM) al que accedió El Observador —cuyas cifras manejan jerarcas nacionales y departamentales—, hay un universo de 121.966 personas en unas 34 mil viviendas radicadas en barrios montevideanos a los que las autoridades plantean acercarse.  

"Tenemos un número gigante de más de 100 mil personas, pero la enorme mayoría creemos que ya está vacunada o va a quedar vacunada en este tiempo", asegura Sciarra. El jerarca indica que el "barrio a barrio" es el paso final de un camino que se va allanando por distintas instituciones: "Cuando lleguemos nosotros, ya se va a haber vacunado a lo macro, y vamos a ir a ese micromenudeo".

Las razones

Entre ranchos de chapa, senderos de tierra y zonas inundables, los vecinos hablan de la pobreza en primera persona. "Hay muchos que no tenían manera de moverse, porque no hay pa'l ómnibus, el trabajo está escaso, y la única manera era que la vacunación llegara al barrio. Pienso que, a Dios gracias, se va a terminar, y que no haya ninguno sin vacunarse", comenta Sandra Pereira desde la puerta de su casa.

En plena mañana suenan los golpes secos de las hachas y el ocasional rugido de las motosierras, mientras que los carros se llenan de leña. La cotidianeidad en forma de bicicletas y carros tirados a caballo se muestra sin pausa frente al vacunatorio en pleno centro barrial. Sin el nuevo dispositivo local, las opciones más cercanas están en la policlínica de Monterrey o hacia la Cruz de Carrasco, adonde a los vecinos se les dificulta llegar debido a la poca conectividad que tienen.

La pobreza es uno de los factores que aleja a vecinos de la vacuna contra el covid-19

Los hijos de Pereira aprovechan la instancia para recibir la primera dosis. Antes no habían tenido chance. "Los tenía que llevar para el Antel Arena, no tengo pa'l boleto. No había manera de vacunarlos, y como los míos hay muchos, así como gente de bastón, gente que no se puede mover por sí sola", cuenta. 

"Hay distintas circunstancias por las cuales las personas no llegan a agendarse o a su punto de vacunación. Por eso dijimos de ir a esos barrios con gente más humilde, a la que no podés pedirle que se traslade. Hay gente trabajando, cortando leña, preparando tierra. De repente están todo el día en esta máquina y no pueden sacar el tiempo para ir a vacunarse. Acá, en cinco minutos pueden venir a vacunarse y estar prontos", apunta el jerarca del Mides. 

Para el presidente de la comisión vecinal, "hay mucho mito" en torno al fármaco. "Tienen miedo de que se vacunen y les pase algo", opina Frontora. Él estima que 80% de los vecinos aún no están inmunizados. Para Sandra Pereira es un problema de información: "No fue mucho lo que se dijo, entonces como que uno está expuesto. No sabés si vacunarte o no. En mi caso me cayó mal. Pero yo decía que lo bueno es vacunarse, no por uno, sino por los niños". 

Intendencias

Dentro del salón comunal hay unos 10 vacunadores de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes. Por su parte, la comuna capitalina presta personal del plan laboral ABC para organizar el ingreso y repartir los textos del consentimiento informado.

También hay inspectores municipales y policías para garantizar el orden. Sin embargo, dado que el viernes ya hubo una instancia de agenda, el clima es tranquilo y los vecinos se acercan al dispositivo con un horario asignado. 

"Queríamos empezar por algún barrio en el que tuviéramos llegada", sostuvieron desde el Mides

A la misma hora en que jerarcas del Mides visitan el vacunatorio de Santa María Eugenia, la intendenta Carolina Cosse recorría el barrio 1º de Mayo, en que está apostado el vacunatorio móvil de la IMM. Ambas campañas discurren en paralelo. La comuna plantea inocular a 500 personas por barrio, con un recorrido por cinco puntos definido para esta semana. 

En Montevideo, alrededor del 5% de las personas en edad de vacunarse no ha mostrado intención de hacerlo, mientras que en Canelones es el 8%. El Mides plantea a su vez que dentro de 28 días también pueda atenderse el resto del esquema de vacunación. "Sobre todo los niños, con esto de la falta de presencialidad en la escuela, o que no se han dado las vacunas", señala la directora territorial de Montevideo, Carolina Murphy.

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