Leonardo Carreño

BASF potencia su hub en Montevideo y pasa a concentrar los servicios para todas las Américas

Mike Mies es el managing director de BASF Uruguay y lidera la centralización en Montevideo de todos los servicios de soporte de la empresa para las Américas, que implica la creación de más de 200 puestos de trabajo

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20 de mayo de 2021 a las 18:00

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Su acento confunde. Denota que su lengua materna no es el español, recuerda un poco al de alguien de frontera pero la veta brasileña no es tan marcada y su fluidez demuestra que es un idioma que conoce a la perfección. La confusión se disipa cuando Mike Mies se presenta. De origen alemán por parte de padre y colombiano por parte de madre, nació en Alemania pero creció en Brasil, donde hasta el día de hoy tiene familia.

Sin embargo, estuvo 20 años fuera de Latinoamérica, de los cuales 15 transcurrieron mientras desarrollaba su carrera en Alemania y Estados Unidos dentro de una de las empresas químicas más importantes del mundo, la compañía alemana BASF, presente en más de 90 países de los cinco continentes.

Dentro de BASF pasó por las áreas de negocio trabajando para las carteras de productos de agricultura y de catalizadores, y luego pasó a Shared Services en Berlín, uno de los tres hubs en el mundo que se ocupan del área de servicios y donde permaneció casi siete años.

En 2019, le surgió la oportunidad de liderar esa misma área en el hub ubicado en Montevideo como director general, y en mayo de ese año se mudó junto con su esposa a Uruguay.

“Uruguay es un país muy agradable para vivir. Estuve fuera de América Latina veinte años y un poco es como volver a casa”, dijo Mies en conversación con Café y Negocios. Hace más de un año que no ve a sus tres hijos y a parte de su familia que está en San Pablo, a causa de la pandemia.

Con ganas de conocer  más de Uruguay y ansioso por viajar, Mike Mies lidera un proceso de gran transformación para la filial de servicios de BASF, denominada BSA.

BSA es el hub de servicios e innovación de BASF en Montevideo y, si bien está instalado desde 2014, este año comenzó un proceso de reestructura en el modelo de servicios, que le da una injerencia mucho mayor en el negocio, participando de toda la cadena de valor. BASF cuenta con otros dos hub en el mundo, uno ubicado en Berlín (Alemania) y otro en Kuala Lumpur (Malasia).

¿Cómo se enmarca BASF Uruguay dentro de la compañía global?

Hace poco más de dos años tenemos un nuevo CEO en BASF, Martin Brudermüller, que aportó una nueva estrategia para la compañía con un enfoque bastante intenso hacia el cliente.

Se hizo una separación radical de BASF en dos áreas: el área operativa, que cuida de los negocios, vende y desarrolla los productos, cuida los mercados y el área de servicios, que implica que quien no está desarrollando o vendiendo productos es soporte para que eso suceda.

En ese contexto, somos Global Business Services, un área de servicios y una de las tres grandes patas de soporte en el mundo. Estamos implementando aquí lo que planea la organización como grupo, de concentrar esos servicios en una parte, de generar esos polos o hubs de servicios.

¿Cómo se implementó esa estrategia en Uruguay?

El enfoque de la compañía siempre es el de generar eficacia y eficiencia para el beneficio del negocio. Lo que estamos haciendo en Uruguay ahora es una concentración de tareas que se hacen entre América del Sur y América del Norte. Nosotros somos responsables de brindar servicios a todas las Américas y, en ese proceso, estamos trasladando servicios que se hacen hoy en todos los países de la región a Montevideo. El gran desafío es traer esos servicios, el conocimiento que existe, la experiencia que hay en los países de América Latina, concentrarlo, y que el cliente final —que para nosotros son las organizaciones internas de BASF— no sienta una diferencia entre lo que había antes y lo que hay ahora. La calidad de los servicios tiene que ser la misma, la eficiencia, la eficacia y el costo tiene que ser mejor.

¿Tuvieron que reestructurar el equipo?

Ese proceso en el que estamos incluye un aumento de trabajadores aquí en Uruguay de entre 150 a 220 personas nuevas.

Otro gran desafío es que, no solo trasladamos servicios que ya existían acá y les sumamos tareas para más países, sino que estamos agregando nuevas áreas de servicios que antes no estaban en Montevideo.

Ahora tenemos todo el rango de Finanzas, una gran parte de Compras y se está agregando ahora toda el área de Logística y Supply Chain, una gran área de servicios de Recursos Humanos para la región y lo que se denomina EHSS (Environmental, Health & Safety y Supply Chain), que en español es Salud, Seguridad y Medioambiente, que son servicios muy especializados que requieren de gente altamente calificada. Estamos ampliando el footprint de la organización y crece la responsabilidad, porque todo lo que se trae para acá se saca de otra parte. El hub de Montevideo cambia completamente su modelo de trabajo. Hoy somos soporte directo de las áreas de negocio y somos parte de la cadena que genera valor hacia BASF, para nosotros es un cambio bastante grande.

¿Por qué la empresa decidió poner tanta responsabilidad en la filial de Uruguay y apostar a su crecimiento?

Viendo cómo trabajamos, seguramente una parte importante de esa decisión sea por el éxito que tuvimos hasta ahora.

BSA está en Uruguay desde 2014, empezó siendo pequeño pero muy rápido pasó de cero a 500 personas trabajando dentro del área de servicios. Lo que al final llevó a traer más servicios a la oficina de Uruguay fue que la empresa entendió que desde aquí se está brindando la calidad de servicios requeridos en BASF y que Uruguay es una fuente muy buena.

Leonardo Carreño
“Uruguay es un país muy agradable para vivir" - Mike Mies

Tenemos un mercado laboral pequeño pero bastante interesante, un nivel de educación bastante alto y hemos tenido la posibilidad de encontrar la gente que necesitamos para brindar esos servicios. Esa combinación entre el buen servicio y el mercado laboral fue lo que atrajo.

¿Cómo impactó la pandemia a la organización y cómo le hicieron frente?

Obviamente la pandemia nos afectó, como afectó a todo el mundo. Pasar a 500 personas de la noche al día a trabajar desde su casa fue una experiencia increíble. Puedo decir hoy, después de más de un año, que fue una experiencia exitosa, pero también porque siempre fuimos digitales. Para nosotros, como centro de servicios, toda la parte digital es muy importante y es la licencia que tenemos para sobrevivir. Todo lo que podemos lo ponemos dentro de las máquinas. Con eso, liberamos el tiempo y el espacio que los trabajadores necesitan para generar un buen trabajo. No hemos tenido bajas a nivel de performance o de servicios por el teletrabajo. Hoy creo que nos acostumbramos. Sí sentimos la falta de la oficina, queremos volver, pero también se generó una nueva realidad y vemos el mundo distinto, vemos los beneficios de trabajar a distancia.

¿Proyecciones para lo que queda de 2021?

Manejar el proceso de crecimiento tiene un plan muy rígido. Toda la transición se hace en olas. El enfoque para este año y para 2022 va a ser primeramente tener esos servicios. Estamos buscando a la gente; tenemos cada día una transferencia de servicios. Desde el 1° de marzo al 1° de mayo casi 80 personas nuevas se sumaron a la organización y nos faltan 120 más: es un proceso continuo.

Mi preocupación mayor es que se traigan bien los servicios para que no haya una disrupción. Eso es en lo que estamos trabajando desde el equipo de liderazgo. Todo lo que estamos sacando de alguna parte ya no queda en ese lugar y tiene que hacerse bien acá, por eso el enfoque del equipo de BASF y mío en estos días está en la calidad, en la seguridad de los procesos y en la digitalización.

La capacitación interna es el centro fundamental de lo que estamos haciendo ahora. Tenemos una estructura muy fuerte de capacitación de gente.

Todos esos procesos de traslado demoran de nueve a doce meses, en gran parte por esa capacitación de la gente.

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