Camilo dos Santos

Cómo cambió la cabeza de los jugadores uruguayos respecto a su preparación física

Alfaro e Izeta fueron los elegidos por Forlán en 2007 para iniciar un cambio en la cultura del entrenamiento, que generó una revolución en Uruguay

Tiempo de lectura: -'

16 de junio de 2019 a las 05:03

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Hay un quiebre de paradigma. Cambió la cabeza del deportista”, se apura a definir el preparador físico Santiago Alfaro, para resumir la transformación cultural que experimenta el deporte uruguayo por estos días.

Con el modelo que Diego Forlán estableció a partir de 2007, y el impulso que le dio el nuevo contexto de la selección nacional al fútbol, la preparación de los deportistas tomó un giro diferente. Futbolistas, basquetbolistas, rugbistas, atletas, eligen desde temprana edad el asesoramiento de equipos multidisciplinarios que permiten elevar el nivel en la preparación de quienes se inician en el camino del deporte profesional.

“Hoy hay varios centros de entrenamientos y gimnasios en los que los jugadores van a entrenar. Deportistas de 13, 14, 15 años. Van y preguntan, entrenan. Unos van a mejorar la técnica. Otros, el físico. Hacen consultas al nutricionista. Por primera vez se está dando en esos espacios trabajos interdisciplinarios. Donde antes había un solo profe hoy hay un nutricionista, un fisioterapuerta, y otros especialistas. Hay un entorno de rendimiento, y para ello múltiples profesionales. Todos esos botijas que están surgiendo tienen el hambre de superarse. Eso eleva el nivel de la cantera”, explica Alfaro, conocido por haber sido el preparador físico que trabajó con Diego Forlán para el Mundial de 2010, que tiene un largo recorrido en el rugby, básquetbol y desde hace ocho años es director deportivo de Biguá.

Camilo dos Santos

“Diego fue el caso más resonante, pero en estos tiempos brillan muchos en las principales ligas. ¿Y qué es eso? Es como la zanahoria para los jóvenes. Saber que se puede. Se dan cuenta que ese jugador que es figura mundial es uruguayo, toma mate, le gusta el dulce de leche y toma café con leche. Y salió del mismo lugar que ese joven que está entrenando. Que puede soñar con alcanzar estar ahí algún día. Entonces, hay un quiebre en que los chiquilines empiezan a creer que si hacen todo eso, se entrenan, cuidan la alimentación, su descanso, se pueden acercar”, reflexiona.

Ese escenario generó en el deporte uruguayo una nueva forma de trabajar. Así como desde 2007, Forlán se preparó con un entrenador personal, en los años siguientes siguieron el mismo camino Luis Suárez, Edinson Cavani, Nicolás Lodeiro, José María Giménez. Y el modelo permeó en las siguientes capas de los deportistas hasta llegar a los más jóvenes.

Los orígenes

Uruguay asistió hace poco más de una década a una revolución silenciosa. La inició Forlán en 2007. El punto de inflexión se planteó cuando el futbolista dejó Manchester United para ir a Villarreal. En ese momento, Diego tenía la aspiración de subir de nivel. ¿Cómo es esto cuando bajaba un par de escalones saliendo de Manchester para ir a Villarreal, un club con menor prestigio? “Diego se paró frente a la vida y miró para adelante. Quería ser más potente. Más fuerte”, explicó Alfaro a Referí.

A través de Guillermo González, un preparador físico amigo de Forlán, Alfaro y Federico Izeta, el otro profe que aparece en aquella revolución que vivió el deporte, iniciaron un trabajo con quien cuatro años después se transformaría en mejor jugador del mundial 2010.

Camilo dos Santos

“Empezó a partir de 2007, y de allí en más fue un trabajo progresivo. Diego sacrificaba sus vacaciones de verano europeo (junio-julio) y venía a Montevideo a entrenar, acá en el club (en Biguá). Se dio una química de trabajo. Al año siguiente nos planteó viajar y cuando quisimos acordar estábamos cada vez más adentro. Lo ayudamos en otras áreas, en la nutrición, en los hábitos personales y en rutina diaria para programar su crecimiento”, comentó Alfaro.

Eso se transformó en que los profes pasaron a vivir con el jugador. Le acompañaban en todo y en los seis meses previos al mundial de 2010, entre enero y junio, se transformaron en su sombra.

Aquel trabajo silencioso que durante tres años realizó Forlán, finalizó en el punto ideal con el premio de Sudáfrica y el reconocimiento mundial.

“Forlán jugador de elite se terminó consolidando a sus 28 años. Fue un gran autodidacta y siempre tuvo la visión. Nosotros fuimos los afortunados que aparecimos en su camino. Lo acompañamos”, puntualizó.

El origen es Forlán porque tras consagrarse mejor jugador del mundial trascendió la preparación que hizo para aquel torneo.

Previo a Sudáfrica entrenó en triple horario, toda una novedad para la época porque los jugadores, en el final de la temporada, bajaban las cargas.

Así lo explica Alfaro. “Cuando llega la preparación para 2010, llevábamos cuatro años de trabajo. Diego conocía muy bien lo que íbamos a hacer. Cuando uno apuesta a algo que sabe lo que va a suceder, que está convencido del proceso planificado y que ya habíamos probado en esa progresión. Nos embarcamos en enero de 2010, hasta junio. Diego se metió en un mapa de mejora continua. Introdujimos determinadas acciones que llevaban a controlar el ambiente en el que se desarrollaba. Se dio un momento increíble futbolísticamente de él. Su mentalidad. El apoyo familiar. El apoyo de sus amigos. Y nosotros fuimos la cuarta pata de todo eso”.

Camilo dos Santos

El resto de la historia fue conocida. Su modelo de entrenamiento lo aplicó Suárez para el Mundial de Rusia 2018. Y otros jugadores de la actual selección trabajan en base a aquellos parámetros de Forlán. Cavani y Giménez tienen a Izeta como preparador físico personal y realizaron trabajos especiales para esta Copa América.

Alfaro apunta a lo más importante. “Antes, el deportista jugando a la pelota ya estaba preparado; ahora se tienen que preparar para jugar a la pelota. Cambió la forma. Antes con jugar alcanzaba. Ahora ya no”.

El día que entrenó a las 4.15

El preparador físico recuerda una anécdota tras ser consultado por Referí sobre el día más particular que vivió con Forlán. “Diego estaba en Villarreal. Uruguay jugaba un amistoso en Australia. Debía ir y volver en una fecha FIFA. En ese momento teníamos una serie de entrenamientos planificados, y por los viajes uno de los entrenamientos no lo podía realizar. ¡Uno! Le dije que no lo podíamos hacer porque tenía que ir al aeropuerto y debía levantarse muy temprano. Esto sucedió varios días antes del viaje. Al día siguiente empezó a manejar opciones para realizar ese movimiento. Y le dije: ‘Tenemos que hacerlo a las 4 de la mañana’. Porque a las 6 debía estar camino al aeropuerto. Le comenté que me parecía una locura, que lo podíamos hacer pero que estaba mal. Entonces Diego se empezó a convencer que tenía que hacerlo. Y yo le decía que estaba mal. Resultado: nos levantamos 3.45. A las 4.15 entrenábamos, a las 5 terminamos, 5.30 desayunaba y a las 6 íbamos camino al aeropuerto”.

Así se preparó Forlán para Sudáfrica 2010 y con un trabajo silencioso que trascendió después, dejó plantada la semilla que por estos días se multiplica entre los actuales integrantes de la selección que jugará Copa América y en jóvenes deportistas que empieza a prepararse para el futuro.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.