Se viene el Pícnic! de hoy con mucha calma, sobre todo en estos días en que todo el mundo volvió a correr, porque hay que comprar los útiles para los nenes, porque hay que hacer ese trámite que pospusiste todo el verano o porque no se concibe la vida sin correr. Así que hoy hablaré de la siesta y de sus beneficios sobre el organismo y para la productividad. Cuando era chica todos estábamos obligados a dormir siesta, en particular en los calurosos veranos en que padres y abuelos trabajaban y no había tiempo para lidiar con niños traviesos. Así que a todas (somos tres hermanas y tres primas) nos mandaban a dormir bajo la batuta firme de mi abuela Lala Virginia, y pasábamos una horita en semi penumbra en la que nunca dormíamos pero que nos bajaba las revoluciones.
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