AFP

Cómo se construyó la hazaña de Los Teros: la intimidad de la revolución interna del rugby uruguayo

Detrás del 30-27 ante Fiji hay un proceso de siete años y un cambio cultural, que implicó cambios en el juego, en la conducción del grupo y en los objetivos trazados

Tiempo de lectura: -'

26 de septiembre de 2019 a las 05:04

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Sábado 13 de julio de 2019. Los Teros vienen de dos semanas de descanso luego de la última serie de amistosos preparatorios para el Mundial. Terminaron mal, con una derrota de local 41-20 ante España, que cuesta caer dos puestos en el ranking mundial. Hay una sensación de extenuación: se ha invertido mucho tiempo y esfuerzo en la preparación al Mundial, pero todo parece ser más difícil de lo que se pensaba.

Entonces, en ese sábado de invierno, el grupo se reinventa. Los entrenadores y los líderes plantean una pregunta al grupo, y lo discuten durante varias horas en el Estadio Charrúa, ese espacio que es laboratorio pero también hogar y lugar donde velar armas. 

Y el equipo llega a una frase consenso, que a partir de allí será el combustible que impulse cada paso: “Queremos shockear al mundo”.

Lo repetirán en las semanas siguientes. Propios y ajenos preguntarán qué significa shockear al mundo, y le agregarán sus propios significados, cargados de la subjetividad individual, pero también de las limitaciones personales. Del encuadre de la realidad en la que vemos el mundo. Shockear al mundo es hacer un partido parejo con Fiyi y Georgia, dirán algunos. Hacer dos tries, arriesgará alguno. Apuntar a Georgia y poner suplentes contra Fiyi, dirán otros. Mostrar el trabajo hecho hasta aquí, en la instancia más importante, pensará uno.Perder hasta por 15 puntos con Fiyi y Georgia, dirá World Rugby.

Pero los jugadores no negocian: shockear al mundo significa ganarle a Fiyi y a Georgia, y clasificar directo a la Copa del Mundo de Francia 2023.

Es el sumum de la convicción. De la confianza en el trabajo. De la certeza que todo el esfuerzo invertido tenía que pagar dividendos. ¿Pero cómo se construyó esa convicción?

El primer paso: el Charrúa

Lo de este miércoles no hubiese sido posible sin la revolución que Los Teros plantearon a partir de 2013, cuando consiguieron la concesión del Estadio Charrúa. El Charrúa fue símbolo pero también realidad concreta: le dio al rugby uruguayo un hogar, un objetivo por el cual luchar, pero también un lugar donde construir su centro de alto rendimiento.

Afuera de la cancha, los presidentes Marcello Calandra y Sebastián Piñeyrúa lograron pacificar el rugby local y volver a ser creíbles ante el mundo para recibir inversiones que permitieran construir ese centro. Dentro de la cancha, Pablo Lemoine fue el líder que, como entrenador, impuso una ética de trabajo que recuperó el respeto a la selección, y terminó logrando la clasificación al Mundial 2015.


El cambio de eje tras el Mundial 2015

Uruguay sorprendió en el Mundial 2015. El último equipo amateur había logrado una dignísima actuación, defendiendo como leones y logrando competir, por muchos momentos, en la serie más dura de aquel Mundial: Gales, Australia, Fiyi (derrota 12-47) e Inglaterra. 

El presidente Sebastián Piñeyrúa vio, antes que nadie, que para dar el siguiente paso y no dormirse en los laureles, había que construir una nueva estructura sobre lo ya hecho. Con el apoyo de Argentina, y del vicepresidente de World Rugby Agustín Pichot, hizo una movida arriesgada: puso a Lemoine como director del Centro Charrúa y trajo a un entrenador argentino, Esteban Meneses.

El cambio cultural de Meneses

Meneses planteó un cambio cultural: la defensa y el sacrificio no podían ser el único sustento de Uruguay. Había que empezar a atacar, arriesgar. Había que mejorar las destrezas de juego, y jugar a lo que jugaba el mundo, sin perder las banderas tradicionales. Lo hecho hasta 2015 era lo que se podía; de acá en más había que lograr lo que hacía el mundo.

Pero además, planteó un cambio más profundo en el modelo de liderazgo. Lemoine era el liderazgo vertical, duro, imprescindible en un momento de caos. Meneses era un giro: el liderazgo horizontal, el darle lugar a los líderes del grupo en la toma de decisiones. El capitán Juan Gaminara, el subcapitán Alejandro Nieto y otros líderes del juego pasaron a tener voz y voto en varios temas. El concepto pasó a ser que las cosas se tenían que lograr por convencimiento, no por decreto, y que los jugadores debían saber administrar su libertad. 

No fue fácil: el cambio derivó en choques que se sintieron fuerte a la interna y, encima, los resultados del cambio de esquema de juego no llegaron el primer año. Se llegó a un cruce de caminos, y a principios de 2017 Piñeyrúa tomó una decisión drástica y que marcaría el camino: despidió a Lemoine y decidió que el modelo era el de Meneses. En parte, porque tenía el apoyo irrestricto de los jugadores.

Soñar en grande

El proyecto de Meneses tenía dos pilares: para crecer se necesitaba profesionalismo de los jugadores e ir directamente al Mundial, en lugar del repechaje como en 2015. Y para eso se debía ganar a Canadá en la eliminatoria americana.

Lo segundo se logró el 3 de febrero de 2018, tras ganarle a los canadienses los dos partidos de la serie. Jugando al ataque, como proponía el argentino.

La preparación profesional

El siguiente escalón fue el profesionalismo. La URU hizo el esfuerzo económico y contrató a 15 jugadores de manera full time. Unos meses después logró un acuerdo para que 10 de ellos se fueran a jugar a la nueva liga profesional de Estados Unidos. Así, consiguió tener 18 jugadores profesionales y 14 jugando en ligas del exterior. La competencia era vital para poder subir el siguiente escalón.

El golpazo de Fiji y la reacción

En noviembre, Los Teros perdieron 68-7 ante Fiji en Inglaterra. Los isleños los pasaron por encima, y mostaron qué tan arriba estaba la vara.

Y así el equipo empezó a subir escalones, Una semana después de esa goleada le ganó por primera vez a Rumania de visitante y luego a EEUU, los dos como visitante. En junio se ganó por tercera vez consecutiva la Nations Cup. Y luego de la derrota con España y aquella reunión de junio, se comenzó la preparación.

El mundial: chau excusas

En la preparación al Mundial, Los Teros dejaron atrás cualquier concepto auto indulgente. La dirigencia, encabezada por Piñeyrúa (ahora presidente de Sudamérica Rugby) consiguió todos los recursos posibles para que la preparación de Uruguay fuera la mejor imaginable. Se armó un staff de 20 personas, entre ellos cuatro preparadores físicos británicos, encabezados por una leyenda como Craig White, ex pf de los British & Irish Lions, que se enamoró del proyecto de un país del tercer mundo rugbístico. Se trajeron dos especialistas en análisis de GPS y los entrenamientos tuvieron un dramático cambio en calidad. Vinieron dos ex Pumas, Pablo Bouza y Federico Todeschini, como entrenadores de line out y de kicks respectivamente. Se empezó a  entrenar en régimen profesional, lo que permitió entrenar cada detalle del juego como nunca antes. Los jugadores mejoraron 50% algunos valores físicos clave. Se prepararon como las potencias. Solo los distanciaba de ellos dos elementos nada menores: los años de exposición al alto rendimiento, y el nivel de competencia. 

Pero ya no había lugar al auto indulgencia, y el shockear al mundo pasó a ser algo natural

Esto es deporte. Fiji podría haber acertado dos patadas más y ganar el partido. El trabajo hubiese sido el mismo, pero el shock no hubiese sido de la misma calidad. Y lo mismo con el partido del domingo ante Georgia. El cruel deporte de alto rendimiento mide todo por los resultados. Y puede ser injusto, pero es el reto que aceptaron Los Teros. Porque se animaron a soñar, porque lograron lo que parecía increíble y porque demostraron que, en última instancia, las limitaciones generalmente dependen mucho más de uno que del afuera.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.