Conociendo a través de la boca

Durante los primeros meses, la boca es la principal ventana que posee el bebé hacia el mundo exterior. Esto se debe en parte a que es un órgano que está dotado de terminaciones nerviosas que se acumulan principalmente en la lengua.

Cualquier objeto que se cruce por el camino de un bebé vale para que lo tome, lo saboree, lo muerda, le dé vueltas. La boca del pequeño es fuente de entrada de una gama muy valiosa de información, que le proporciona experiencias nuevas.

A su vez, el examen oral que realiza de cada objeto que se lleva a la boca aumenta la capacidad para poder -más adelante- reconocer formas y objetos. Esto se debe a que hay una conexión entre la información visual y la oral.

Cuando el bebé encuentra un juguete que le llama la atención lo toma y se lo mete en la boca sin dudarlo. Luego se lo saca, lo mira, pero vuelve a metérselo. Esto es lo que él necesita para explorar lo que le llamó la atención. No solo se interesa por investigar sus juguetes sino también otros objetos que llaman su atención, como su manito, las manos de mamá o papá, los lentes de los abuelos y cualquier cosa que se interponga en su camino.

En ocasiones, cuando los padres ven que su hijo se lleva todo a la boca piensan que es porque están apareciendo los primeros dientes. Es cierto que presionar contra las encías objetos duros o fríos alivia el dolor. Pero en realidad hay muchos otros motivos que explican ese deseo que tiene el niño, y es justamente que está explorando el mundo que lo rodea.

Durante los primeros meses de vida, a través de este sentido podrán tener una información más eficaz, certera y segura, en comparación a la que podrían obtener de cualquier otra forma.

Hacia los seis meses, la investigación que realizan chupando los objetos los conduce a jugar con la voz. Los bebés sienten que pueden comunicarse gracias a los gestos y ruidos que realizan. Esa exploración los estimula a realizar ruidos con los objetos que se encuentran dentro de su boca. Les da placer y les gusta esa combinación que surge del ruido que emiten y la vibración que sienten en su interior.

Cuando está llegando al año de vida, el bebé podrá explorar sus juguetes y todos los objetos que hay en su mundo de forma diferente. Seguramente en estos momentos le va a interesar más mover los juguetes de un lado hacia el otro, llevarlos a otro lugar, apilarlos, guardarlos, más que mordisquearlos.