La ira africana contra Francia es tan intensa que provocó golpes de estado en Burkina Faso, Mali, Guinea, Níger y Gabón.

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Crece el sentimiento antifrancés en los antiguos dominios coloniales africanos

La reciente formación de la Alianza de los Estados del Sahel es una prueba más de la consolidación del sentimiento antifrancés en la región, pero es común en toda el África francófona
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22 de septiembre de 2023 a las 05:03

En Bamako, Mali, el 16 de septiembre, los gobiernos de Burkina Faso, Mali y Níger crearon la Alianza de Estados del Sahel (AES). En X, la plataforma de redes sociales anteriormente conocida como Twitter, el coronel Assimi Goïta, jefe del gobierno de transición de Mali, escribió que la Carta Liptako-Gourma que creó la AES establecería “una arquitectura de defensa colectiva y asistencia mutua en beneficio de nuestras poblaciones”.

El ansia por esa cooperación regional se remonta al período en que Francia puso fin a su dominio colonial. Entre 1958 y 1963, Ghana y Guinea formaron parte de la Unión de Estados Africanos, que fue la semilla de una unidad panafricana más amplia. Mali también fue miembro entre 1961 y 1963.

Pero, más recientemente, estos tres países (y otros de la región del Sahel, como Níger) lucharon con problemas comunes, como el vendaval de las fuerzas islámicas radicales desatado por la guerra de 2011 de la OTAN contra Libia.

La ira contra los franceses fue tan intensa que provocó al menos siete golpes de estado en África (dos en Burkina Faso, dos en Mali, uno en Guinea, uno en Níger y uno en Gabón) y desatado manifestaciones masivas desde Argelia hasta el Congo y más recientemente en Benin.

La profunda frustración con Francia es tal que sus tropas fueron expulsadas del Sahel, Mali degradó al francés de su estatus de idioma oficial y el embajador de Francia en Níger (Sylvain Itté) fue efectivamente mantenido como “rehén”, como dijo el presidente francés Emmanuel Macron, por un pueblo profundamente molesto por el comportamiento francés en la región.

Philippe Toyo Noudjenoume, presidente de la Organización de los Pueblos de África Occidental (ECOWAS) explicó a The Peoples Dispatch la base de este sentimiento antifrancés en cascada en la región. El colonialismo francés, dijo, “permaneció vigente desde 1960 y Francia mantiene los ingresos de sus antiguas colonias en la Banque de France en París”.

La política francesa, conocida como Françafrique, incluía la presencia de bases militares francesas desde Djibouti hasta Senegal, desde Costa de Marfil hasta Gabón. “De todas las antiguas potencias coloniales de África –afirmó Noudjenoume–, es Francia la que intervino militarmente al menos sesenta veces para derrocar gobiernos, como el de Modibo Keïta en Mali (1968), o asesinar a líderes patrióticos, como Félix-Roland Moumié (1960) y Ernest Ouandié (1971) en Camerún, Sylvanus Olympio en Togo en 1963, Thomas Sankara en Burkina Faso en 1987 y otros”.

Entre 1997 y 2002, durante la presidencia de Jacques Chirac, Francia intervino militarmente 33 veces en el continente africano (en comparación, entre 1962 y 1995, Francia intervino militarmente 19 veces). En realidad, Francia nunca renunció ni a su dominio ni a sus ambiciones coloniales.

Dos acontecimientos de la última década fueron “la gota que rebalsó el vaso”, dijo Noudjenoume: la guerra de la OTAN en Libia, encabezada por Francia, en marzo de 2011, y la intervención francesa para destituir a Koudou Gbagbo Laurent de la presidencia de Costa de Marfil en abril de 2011.

“Durante años –dijo Noudjenoume–, estos acontecimientos provocaron un fuerte sentimiento antifrancés, especialmente entre los jóvenes. Este sentimiento no sólo se desarrolló en el Sahel, sino en toda el África francófona. Es cierto que es en el Sahel donde actualmente se expresa más abiertamente. Pero este sentimiento es fuerte en toda África francófona”.

Las protestas masivas contra la presencia francesa son ahora evidentes en sus antiguas colonias. Estas protestas civiles no pudieron dar como resultado transiciones civiles de poder directas, en gran medida porque el aparato político en estos países había sido erosionado por cleptocracias de larga data respaldadas por Francia, como la familia Bongo, que gobernó Gabón desde 1967 y que absorbió la riqueza petrolera para su propio beneficio personal. Cuando Omar Bongo murió en 2009, la política francesa Eva Joly dijo que gobernaba en nombre de Francia y no de sus propios ciudadanos.

Francia intervino militarmente en Mali en 2013 para intentar controlar las fuerzas que había desatado con la guerra de la OTAN en Libia dos años antes. Estas fuerzas islamistas radicales capturaron la mitad del territorio de Mali y luego, en 2015, procedieron a atacar Burkina Faso. Francia intervino, pero luego envió a los soldados de los ejércitos de estos países del Sahel a luchar contra las fuerzas islamistas radicales que había apoyado en Libia. Esto creó una gran animosidad entre esos militares, según explicó Noudjenoume, y por eso surgieron sectores de oficiales guiados por sentimientos antifranceses que derrocaron los gobiernos que eran percibidos como apéndices de la dominación colonial.

 

(Con información de The Peoples Dispatch)

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