“¿Cuántos millones vamos?” preguntó el entonces presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, en la Bolsa de Valores de Montevideo poco antes de tocar la campana de cierre. El 19 de marzo de 2015, unos 6.000 ahorristas minoristas ofertaron US$ 100 millones -seis veces más de lo ofrecido- para adquirir certificados de participación (similar a una acción) en el parque eólico Pampa
Esa fue la primera vez que un inversor minorista pudo ser socio de una empresa pública en un proyecto, en este caso de UTE. Y dejó ver la gran avidez del inversor minorista uruguayo por colocar su dinero en activos, cuando el instrumento cuenta con el atractivo de una buena combinación entre rendimiento y seguridad. A esa operación le siguieron luego otros emprendimiento similares como los parques eólicos Valentines y Arias.
El parque eólico Pampa que funciona en el departamento de Tacuarembó vende energía eléctrica a la red desde el 2017. En sus cuatro primeros años la producción fue inferior a lo que se había planificado originalmente, y con ello los ingresos también estuvieron por debajo de lo esperado.
Con esos resultados arriba de la mesa, UTE tuvo que ajustar las proyecciones y los modelos financieros. En febrero de 2021 la consultora española Barlovento Recursos Naturales corrigió la proyección anual de producción de energía a 474.919 MWh (en el 50% de los casos se situaría en ese nivel o más), un 13,7% menos que lo estimado inicialmente por la consultora Mott MacDonald.
El último reporte de la calificador de riesgo Care publicado en marzo, da cuenta que en los últimos 6 años el parque produjo 477.821 MWh en promedio por año, con lo que una vez ajustada la producción esperada, “la performance de facturación del parque eólico ajusta casi perfectamente con la teórica (+0,6%).
Por otro lado y también considerando las proyecciones últimas de la consultora Barlovento, el acumulado entre abril de 2017 y diciembre de 2022 muestra que los ingresos reales estuvieron un 1,6% por encima de lo previsto.
En el prospecto original de emisión el rendimiento ofrecido para el inversor era de 11,6% anual en dólares.
Sobre este punto, Care explica que en base a los flujos de fondos ejecutados hasta junio de 2022, y las proyecciones financieras elaboradas considerando la nueva estimación de producción energética anual, el operador estima que la rentabilidad esperada del proyecto disminuye en el entorno de 2% en términos absolutos pasando a 9,4%.
Por su parte, utilizando el modelo financiero original y ajustando la producción a los nuevos valores esperados, “Care calculó una TIR del 7,94%, levemente menor a la estimada con el nuevo flujo, pero igualmente razonable”, dice el trabajo. “Es un negocio que a juicio de Care sigue ofreciendo una rentabilidad razonable para los inversores beneficiarios de los Certificados de Participación”, agrega el reporte.
La última distribución anual de fondos del fideicomiso Pampa a los tenedores de certificados de participación fue en abril del año pasado, y por un monto de US$ 5,5 millones, que en su totalidad correspondió a resultados.
Hasta el 2022 se habían distribuido entre los accionistas un total de US$ 51,5 millones (US$ 27 millones por reintegro de capital y US$ 24,5 millones por distribución de resultados).
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