Leonardo Carreño

Decisiones duras, tempraneras contradicciones y los polémicos retuits del FA

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13 de marzo de 2020 a las 16:36

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En esta nueva edición de EnClave te comparto la Semana Traducida y una columna de opinión sobre los presuntos abusos policiales y el rol clave que debe jugar la Justicia como contrapeso de la Policía.

Antes de entrar en esos temas, una invitación especial. La semana próxima inauguramos una nueva versión de Desde Redacción. Este año se renueva el ciclo mediante el cual el año pasado invitamos a todos los precandidatos a ser entrevistados en vivo con la presencia de suscriptores Member en el estudio. Invitaremos a algunos de los nuevos ministros para que presenten sus planes de acción en una charla de una hora en la redacción. El primero en participar será el canciller Ernesto Talvi, el próximo martes 17 a la hora 10. Todos los detalles están aquí y si sos Member PRO o FULL podés inscribirte para participar.

 

La semana traducida Leonardo Carreño

Llegó la hora de los hechos y las decisiones duras

→ La primera semana del nuevo gobierno estuvo cargada de señales, tal como vimos el mismo día de la toma de mando y el viernes siguiente. En la política las imágenes y los gestos pesan muchísimo: cómo comunicar se vuelve clave. Pero al igual que en cualquier ámbito de la vida, los acontecimientos tienen mucho más peso que las señales. Por mejor que uno comunique algo, los hechos son los hechos y cada uno lo va a interpretar según cómo lo afecte. Y la segunda semana del gobierno de Luis Lacalle Pou llegó con decisiones concretas y algunas de ellas duras. 

→ La más compleja de todas fue el ajuste. ¿Por qué usar esa palabra si el gobierno le llama “adecuación”? Es verdad que desde el punto de vista de las tarifas públicas lo que hizo el Poder Ejecutivo fue un aumento necesario para “adecuarlas” a los costos y la inflación. De esa manera buscó no agrandar el agujero que estaba dejando la decisión del anterior gobierno de congelar los precios. Pero lo anunciado este miércoles fue más allá porque también implicó un incremento en la carga impositiva al consumo. 

→ Respecto al asunto de las tarifas de UTE, OSE y Antel, no quedan dudas de que era necesaria la suba. Lo increíble es la reacción de los responsables de dejar las cuentas públicas en rojo. ¿Así se manejará el Frente Amplio? ¿Cuanto peor, mejor? La actitud que la izquierda criticó de buena parte de la oposición en el pasado, ahora parece aplicarla. Un partido -y menos uno que estuvo en ese lugar hasta hace unos días- no puede alegrarse de que su adversario político tenga que tomar decisiones difíciles. Y mucho menos si en parte es su responsabilidad. Además, el anuncio del miércoles mostró algunas reacciones extremadamente preocupantes. Solo a modo de ejemplo, la cuenta oficial del Frente Amplio en Twitter compartió un montón de posteos críticos del gobierno, pero en uno de ellos una dirigente miente en dos cosas: le tira toda la culpa del aumento del dólar al nuevo gobierno y dice que el aumento de tarifas fue por encima de la inflación. 

¿Y la honestidad intelectual? La realidad es muy diferenteParecería que a algunos no solo les gustaría que al nuevo gobierno le vaya mal, sino que quieren que le vaya mal muy rápido y quede desprestigiado pronto. Eso parece muy arriesgado para la estabilidad de cualquier país. 

→ Lo que anunció el gobierno no solo fue un aumento de las tarifas, por eso es un “ajuste”. Además del plan de ahorro en el Estado, regirá desde abril una rebaja a la mitad en la exoneración del IVA a las tarjetas. Hasta ahora los pagos en supermercados con débito y crédito tienen un descuento de cuatro puntos de IVA. Ahora ese descuento será de dos puntos. En los restaurantes se reduce el beneficio a los pagos con crédito de nueve a cinco puntos.

El gobierno había prometido no aumentar la carga tributaria y a los 11 días lo incumplió. Eso es un hecho concreto. Lacalle pasó el mensaje para cargarle las tintas de esa decisión también al FA: “¿Por qué se toma? Se toma porque el déficit es grande. Debería ser una pregunta para los que estaban acá hace seis meses”, dijo el miércoles. Pero él hizo del no aumento de impuestos un asunto de campaña. Tanto que durante varias oportunidades su equipo presionó a Daniel Martínez para que dijera si iba a aumentar los impuestos o no. Una de las imágenes más usadas por Lacalle en la campaña fue su promesa de “aflojarle el cinturón” a los uruguayos. Por menor que sea el aumento, esto se contradice con esa imagen.

→ La decisión de afectar el IVA es poco entendible a primera vista. ¿Por qué entregar una promesa de campaña tan pronto? ¿Y por qué hacerlo en un tema que tiene tan poco impacto en las cuentas públicas? Lo que se recaudará de más por esta medida se estima que serán unos US$ 40 millones aproximadamente. Desde la visión política no parece sensato. Desde lo técnico/económico pueden haber algunas respuestas.

La primera es simple: cada peso cuenta. Si necesita ahorrar US$ 900 millones este año y no hay nada grande de donde recortar, todo peso deberá ser conseguido de a poco. 

La segunda explicación está dada por las señales que pidieron las calificadoras. El gobierno necesita mostrarle al mundo financiero internacional que realmente está haciendo cosas para mejorar las cuentas públicas. 

→ Otro análisis que deja la conferencia del miércoles es la confirmación de que Lacalle será un presidente presente. Ha dicho que se hará “cargo” de sus decisiones y que él será el primer responsable. Si vamos al último ajuste que hizo un gobierno, en 2016, el anunció corrió por cuenta exclusiva del equipo económico. El presidente Vázquez no estuvo.

No necesariamente es bueno para la imagen de Lacalle ser el portador de las malas noticias cuando son necesarias. Muchas veces son los ministros los fusibles que saltan justamente para proteger al mandatario. Lacalle se sentó frente a las cámaras e hizo el anuncio del ajuste acompañado de su equipo económico y el secretario de la Presidencia. 
 
→ También esta fue la semana de los hechos en otros aspectos: se ejecutó la emergencia sanitaria para el agro por sequía, empezaron algunos operativos de seguridad, Lacalle se telefoneó con el presidente de EEUU Donald Trump, el mandatario inauguró los acuerdos semanales al reunirse mano a mano con todos los ministros entre martes y miércoles, Economía anunció más recursos contra la violencia de género, y la cancillería anunció el retiro de la Unasur y el regreso al TIAR.  Además la crisis del coronavirus hizo que todo el sistema de salud se volcara de lleno a atender la prevención de ese asunto.

El gobierno en dos tiempos: un presidente rápido y la coalición como freno 

→ El gobierno tiene claramente dos tiempos: en algunos aspectos se maneja con mucha velocidad como queda visto en los párrafos anteriores. Y esa velocidad la impone el presidente y sus ministros, sean del partido que sean. Pero del otro lado hay un tiempo mucho más lento, que es el de la coalición como tal. Eso se refleja en dos asuntos: la ley de urgente consideración y la designación de cargos para los entes. El gobierno está trancado en este último punto por falta de acuerdo entre los socios. Los partidos han tenido la virtud de lograr llevar mayormente estas discusiones en privado (salvo por el episodio del hijo de Sanguinetti y el trancazo de Talvi), pero más allá de la reserva este asunto tranca la marcha del gobierno, porque hay decisiones que no se pueden tomar. Además le genera todos los días flancos para que los jerarcas frenteamplistas que siguen en los cargos critiquen a la coalición. Esta semana el Ejecutivo anunció los nombres de varios presidentes de los entes y los servicios descentralizados. Pero no de todos.
 
→ El otro asunto que está trancado por la coalición es la ley de urgente consideración. Primero, Lacalle anunció que la enviará el 2 de marzo al Parlamento. Luego la vice Beatríz Argimón dijo que ingresaría el 9. Esa fecha ya pasó y ahora se mueve para el 16 de marzo. Lo cierto es que hay muchos puntos en que los partidos no se ponen de acuerdo y quieren minimizar los riesgos de exponerse al debate en el Parlamento, donde tendrán el ojo escrutador del Frente Amplio. Necesitan un acuerdo mínimo que evite esos problemas posteriores, pero la falta de reuniones entre los líderes lo complica. Lacalle y sus socios eligieron que todo el debate gire en torno al presidente y su círculo. Eso le quita dinamismo, por más que evita grandes fricciones públicas entre los líderes.

 

 

Columna de opinión

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