El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en su despacho de Torre Ejecutiva

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Delgado: "La voluntad es mantener una economía condicionada pero abierta y apelar mucho a la conciencia"

El secretario de Presidencia dijo que "Uruguay llegará pronto y mejor que otros países a la orilla", y remarcó que "nadie puede poner en riesgo la ilusión que la gente depositó" en la coalición "en función de determinados perfilismos”
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13 de marzo de 2021 a las 05:00

Por Santiago Soravilla y Martín Tocar

Es un mediodía de viernes tranquilo en el piso 11 de la Torre Ejecutiva. Lo que se ve contrasta con el frenesí que se vivía prácticamente un año atrás, cuando se confirmaron los primeros cuatro casos de coronavirus y el gobierno de Luis Lacalle Pou se encaminaba a declarar la “emergencia sanitaria”. El secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, acaba de cumplir 52 años. Festejó abandonando la cuarentena tras recibir el resultado de un hisopado negativo. A continuación, un resumen de la entrevista con El Observador.

¿Está conforme con el ritmo de vacunación que se está realizando?
Estoy conforme. Al principio quizás se empezó a un ritmo más lento y hubo dos días con menos gente de la esperada, pero se fue aceitando y en los últimos días estuvo casi a tope. Ahora empezó la vacunación del personal de salud con Pfizer. Para nosotros era muy importante la vacunación del personal médico y no médico porque nos quita mucho estrés sobre el sistema. Estamos trabajando en reforzar las partidas de Pfizer en la secuencia adecuada. Lo bueno de esto es que la secuencia nos permitió planificar y saber cuándo vienen te permite que no haya puntos muertos con capacidad ociosa.

Hubo días que se llegó al tope de la agenda pero no a los 30 mil que Uruguay tiene como capacidad. ¿Eso se logrará ahora con mayor disponibilidad de dosis?
El martes al mediodía llegan 1.558.000 de Sinovac. Todos los miércoles, durante estas primeras cuatro semanas, llegan 50.000 de Pfizer, y las siguientes cuatro semanas vendrán de a 66.000. Luego en mayo van a llegar arriba de 92.000 por semana. De ese número hacia arriba, vamos a ver si podemos aumentar la secuencia. Estamos haciendo un esfuerzo compartido con Pfizer, para planificar mejor y llegar a un nivel de inmunidad más grande, sobre todo en los sectores de más riesgo. Creo que se va a ir aumentando muchísimo y el empuje de la salud será muy importante, no solo por la protección del personal sino por el simbolismo de que estén vacunándose. Me han criticado por esta frase pero la ratifico: no es obligatorio vacunarse pero para mí es una obligación ir a vacunarse, para cuidar a uno mismo y los padres, los amigos. Pasamos mucha cosa en esta pandemia como para tirarlo por la borda en función de una decisión que a mi juicio no tiene fundamento, más allá de la libertad de cada uno de tomarla.

¿Se puede aumentar la cantidad máxima de vacunados por día?
Vamos a ir corriendo las franjas etarias en función de las plataformas de las vacunas. A los menores de 70 años les vamos a dar Sinovac. Uruguay viene con un ritmo muy importante. En 10-11 días estamos con el 5% de la población vacunada. Esto implica que tenías preparado el sistema, hay vacunas y voluntad de vacunarse. Se habla de un máximo de 30.000 por día, hasta ahí tenemos capacidad de vacunar. 

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en su despacho de Torre Ejecutiva

¿Qué pasa con la población de riesgo, con los adultos mayores?
Todo eso va a estar previsto en estas cuatro primeras semanas. El objetivo de Pfizer es personal de salud y población de mayor riesgo. Hay que hacer prioridad en los sectores que más impacto tienen en la morbilidad y las comorbilidades asociadas.

¿O sea que en las primeras cuatro semanas de Pfizer se vacunan los mayores de 70 años?
De 75 años. 

¿El gobierno sigue teniendo fecha de seis semanas para la entrega (AstraZeneca)?
Nos anunciaron una primera entrega sobre fin de marzo –de 48 mil– y la segunda entre la sexta y octava semana de 100.000 más. Estamos pidiendo la secuencia restante. Con esta completamos las tres plataformas que hay en el mundo.

El Covax, la negociación por las vacunas y la confidencialidad

Uruguay apostó al Covax y luego salió a negociar con los laboratorios. ¿Cuál es su evaluación de ese mecanismo? 
Es un mecanismo poco ágil. Uno pensaba que bajo el paraguas de la OPS, en medio de una pandemia, una organización de Naciones Unidas vinculada a la salud, que pide adelanto para hacer pool de compras, iba a estar en primera línea... 
El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo a Búsqueda que además del Covax había una reserva con un laboratorio, pero que Uruguay decidió no adelantar dinero hasta tener mayor evidencia científica. Los países que se adelantaron en la vacunación son los que participaron de esos procesos de prueba. ¿Fue un elemento que estuvo arriba de la mesa?
Ofrecimientos hubo de todo tipo a lo largo de todo este proceso. Chile, Perú y Brasil fueron parte de las fase experimental 3, lo cual les dio prioridad e incluso financiaban la investigación. Eso te genera prelación.
¿Uruguay no podría haber formado parte?
Con el diario del lunes, no sé.
¿Pero les ofrecieron?
A mí, y que yo sepa no, no sé si a Salud Pública. Creo que ofrecieron avanzar con procesos en etapas preliminares. 
Es decir que la decisión en ese momento fue esperar que hubiera mayor experiencia científica mientras estaba la certeza Covax. 
Las vacunas estaban en proceso. La primera en aprobarse y ser reconocida por la FDA y la Agencia Europea fue Pfizer en diciembre.
¿Cuánto pagó Uruguay por las vacunas?
Es parte de la confidencialidad de los acuerdos. Una cosa son los pagos que se han hecho y otra cosa es que puedas inferir los pagos dividido el número de dosis que llegan. Suele haber distintos contratos con distintos pagos. Son secuencias con anticipos y porcentajes. No es lineal el tema. Uruguay preventivamente imputó hasta US$ 120 millones al Tribunal de Cuentas. Espero que algún día podamos dar al tribunal los contratos definitivos. 
 

 

El ministro de Salud, Daniel Salinas, dijo también que para la primavera puede alcanzarse la inmunidad de rebaño y cierta normalidad. ¿Lo ve posible?
Es un tema más científico que político, pero es probable que sí. Según el sentido común y cómo uno imagina el plan de vacunación, en el segundo semestre del año podemos ver esto con otros ojos, con más seguridad, estabilidad y garantía.

La llegada de las vacunas coincide con un nuevo pico de casos. ¿Cómo ve el estado de la pandemia actualmente?
Es un momento de transición muy complicado porque la gente ve que se empieza a vacunar pero tenemos que seguir cuidándonos.  Esto –señala el tapabocas– sigue siendo importante. Le tenemos que pedir a la gente que se cuide más que nunca para que la inmunización sea lo más rápido posible. Que mantenga los cuidados de higiene personal, el alcohol en gel, el distanciamiento físico. Vamos a insistir desde el gobierno en la comunicación. Esto es “además de”, no “en vez de”. La orilla la vemos pero no solo importa llegar sino cómo llegas, y para que la inmunización sea lo más rápido posible tenemos que llegar de la mejor forma a la orilla.

El GACH elevó un informe el 7 de febrero que sugería medidas para tomar en caso de que Uruguay estuviera en un escenario de mayor transmisión comunitaria, el TC4, y los números apuntan que estamos entrando en esa fase. ¿Están analizando esas medidas?
Las medidas las tenemos arriba de la mesa, y estamos en constante evaluación diaria de cómo evoluciona la epidemia, sin amputarnos nada y con mucho pragmatismo. Pero también en febrero, cuando hicieron el informe con propuestas y medidas, había un factor que no estaba: no habían venido las vacunas ni empezado la vacunación. Es un dato nuevo y hay que meterlo en ese contexto.

¿Pero cómo están pensando este ‘mientras tanto’ entre que la gente se vacuna y la situación no mejora?
Obviamente que me preocupa, estamos evaluando constantemente. Uruguay tuvo una situación muy diferente a muchos países. Israel festejó que abrió bares y restaurantes a los vacunados. Nosotros todo esto no lo vivimos. La economía estuvo casi toda abierta con la pandemia aún controlada, muy controlada hasta noviembre. Es humanamente difícil valorar lo que no perdiste. Estoy orgulloso de cómo se enfrentó la pandemia. El accionar de los uruguayos permitió mantener la economía abierta. Las consecuencias económicas de lo contrario hubieran sido monstruosas. Estamos viendo cómo evolucionan todas las variables: casos, camas de CTI. Ahora que empezamos a vacunar al personal de la salud eso da garantías de empezar a inmunizarlo. La voluntad es ir manteniendo la economía condicionada pero abierta y tratando de apelar mucho a la conciencia del mientras tanto, para reforzar la inmunización cuanto antes no solo tenés que vacunarte sino además tenés que cuidarte.

¿Lo que dice es que cuando el GACH elevó sus propuestas no estaba la vacuna arriba de la mesa para evaluar, y que la vacuna permite que la saturación del sistema sanitario quede como escenario más lejano?
Había proyecciones de que en febrero se saturaban los CTI. Se capacitaron colectivos médicos, se hicieron planes de contingencia, porque no era solo cantidad de camas. El tema era el personal asociado, que si empezaban a enfermar, se generaba un estrés y había que salir a buscar cómo contemplarlo. La vacunación del personal de la salud te permite reforzar esa variable y da más garantías. De nuevo, estamos evaluando con pragmatismo todo el tiempo.

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en su despacho de Torre Ejecutiva

¿Es posible que el GACH deje de ser honorario?
Gran parte de su activo es que se trata de gente con mucho prestigio y profesionalismo, que dedica horas de su vida a un tema nacional. Además no decide, asesora. Para mí es el valor implícito y lo más destacable que tiene. Hubo un aprendizaje mutuo entre el gobierno y los científicos y eso vino para quedarse. 

Esta semana se anunció una partida extra para la ANII. Pero de todo el recorte que se preveía, solo se “salva” un 12%. ¿No es poco en este contexto en que la ciencia ha demostrado que es fundamental?
El ministro Pablo Da Silveira explicó que hay una reestructura y habría un sobrecompromiso de gastos que no se podían financiar. El presidente salió a buscar fondos adicionales y se consiguieron transferencias adicionales, entre ellos $ 15 millones de Presidencia para dar una señal también. Es un año presupuestalmente condicionado por la pandemia. El compromiso con la ciencia es desde siempre, pero no es solamente económico. No es solo el presupuesto –que es importante– sino también utilizar gran parte de lo que se hace como apoyo a las decisiones del gobierno. El presidente dijo: vamos adelantando esto de refuerzo y no descartó ninguna otra opción.

De refuerzo dentro del recorte.
Sí, sí. En 2014 firmaron todos los candidatos a presidentes, entre ellos Tabaré Vázquez, el compromiso de dar el 1% a ciencia y tecnología. Y Luis tiene muy claro este proceso y el compromiso con esto. Denle un crédito de que sus compromisos se asumen y se cumplen porque además uno lo siente como necesario.

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en su despacho de Torre Ejecutiva

Utilizaba recién la palabra “condicionado”, que es un término que se repite mucho en este primer año...
(Interrumpe). Lo uso mucho porque algunos hablaban en términos apocalípticos de que fue un año perdido. No, no, un año perdido no. Miren el primer mundo. Ustedes ven lo que pasa en Alemania, en Italia, con toques de queda y cierres por meses. En esa situación mundial, Uruguay tuvo un año condicionado. Lo primero que hizo el gobierno fue tratar de que la economía siguiera funcionando. Es lo que no pasó en otros países y pasó en Uruguay. Respecto a los paquetes de ayudas económicas y sociales, el gobierno hizo un esfuerzo... Uno mira el balance y cómo termina el nivel de desempleo, pero el país del 1° de marzo tenía 10,5% de desempleo y 5% de déficit fiscal. Haber cumplido con las metas proyectadas en el Presupuesto en términos económicos y con un desempleo apenas por encima del que se recibió el 1° de marzo después de la bonanza, en un año de pandemia, hay que verlo desde el vaso medio lleno y no medio vacío. Hay cosas para corregir y estímulos para dar, sí. Es más, se está preparando una batería de medidas para el mientras tanto y sobre todo para la etapa del despegue. En esta etapa, Uruguay no solo llega a la orilla, que lo va a hacer pronto, sino que además llega mejor que otros países a la orilla porque las decisiones que se tomaron durante 2020 contribuyeron a que la situación no fuera peor o comparable con otros países que colapsaron social y económicamente.

¿Estuvo bien Isaac Alfie en renunciar a la exoneración que recibió del MEF?
Sí, me parece que fue un acto de sensibilidad. No había sido ni siquiera notificado de la resolución, me parece que fue un acto de sensibilidad que acordaron con el presidente de la República y me parece que es una buena señal. 

¿Dice que se enteró al mismo tiempo que la ciudadanía?
A él, por lo que yo sé, ni siquiera lo habían notificado. Cuando este tema lo publican en Economía, acuerdan con el presidente que renuncie a la exoneración que había presentado en 2019. Alfie además ha tenido una destacada trayectoria de servicio al país en momentos muy duros. 

¿Cuánto afectan a la coalición los mensajes del cabildante Enrique Montagno?
Creo que no la afectan porque sé que además no es el pensamiento de Cabildo Abierto. Manini tiene una relación personal con el presidente de la República, habla eventualmente.

También con Montagno, una relación de mucha confianza.
Sí, sí. Pero eso... Yo hablo en términos políticos e institucionales como líder de un partido de coalición. Y en el Parlamento además hay una relación de los legisladores en la bancada de la coalición de gobierno que están trabajando por temas, hay mucha coordinación. Obviamente, es un episodio que me pareció muy infeliz, lamentable, por la forma y por el contenido. Que alguien grabe una conversación es un estilo que me parece abominable. Pero lo más importante de todo es lo que dicen, que me parece absolutamente fuera de la realidad, descabellado, no lo comparto y en algunos casos no son ciertos. Por eso ASSE además inició una investigación y me parece correcto. 

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en su despacho de Torre Ejecutiva

El Compromiso por el país es el sustento programático de la coalición. ¿Qué pasa con los temas que están por fuera y en los que aparecen diferencias?
En noviembre de 2019, cuando la gente en un balotaje decidió cambiar, fue muy clara. La coalición se logró y fue un mérito colectivo. Y la responsabilidad de gobernar también se logró y es responsabilidad colectiva. Cualitativamente es diferente pero la responsabilidad es colectiva, de todos. Del que tiene un diputado o del partido que tiene más cantidad de legisladores, y estoy convencido de que esto vino para quedarse, y nadie puede poner en riesgo la ilusión que la gente depositó cuando quiso cambiar en 2019 en función de determinados perfilismos. Se puede entender que fuera del Compromiso por el País cada uno pueda tener énfasis, mostrar matices y perfiles. Está bien coordinarlas, plantearlas, pero siempre en esto hay un límite que es no perder nunca la responsabilidad que nos dio la gente. Acá tenemos que tener muy claro que si al gobierno le va mal, no es que gana algún partido coalicionado. Si al gobierno le va mal le va mal a la coalición de gobierno. Y si al gobierno le va bien, le va bien a la coalición de gobierno. Eso lo tenemos que tener muy claro. Como integrante del partido mayoritario de la coalición lo tenemos muy claro. 

¿Y los dirigentes de los partidos socios, cree que lo tienen claro? 
Creo que sí. Que haya algunos ruidos pasa siempre, y se administran. Todo el mundo tiene claro que tiene que estar a la altura de las circunstancias y a la altura de la esperanza que la gente le puso en la mochila.  

¿Cómo observa la alianza que se dio entre el Frente Amplio y Cabildo Abierto en la ley forestal?
Creo que no fue la mejor señal pero no me preocupan los matices, los perfiles, dentro de los límites. Ahora, el mensaje es que estamos en una sola carretera y la gente nos empujó a estar en esa carretera. Nos dio la responsabilidad, el crédito y lo tenemos que honrar. En este tema puntual, donde puede haber un interés de Cabildo, el gobierno a su vez está trabajando en situaciones vinculadas a la forestación pero garantizando la seguridad jurídica, con apertura, y viendo todas las opiniones. Esperemos que en el Senado se encamine. 

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en su despacho de Torre Ejecutiva

¿Al Partido Nacional cómo lo ve?
Lo veo como un partido muy firme, muy sólido. A fin de marzo posiblemente tengamos la convención para elegir a las autoridades del partido. Creo que el Partido Nacional está todo el mundo convencido y comprometido con la unidad del partido. 

Lacalle Pou decía en su último discurso político que el PN era el primero que tenía que marcar de cerca al gobierno. ¿Ha cumplido con eso?
Se dio una situación particular porque hubo un período con una presidencia (del directorio) que fue interina. Ahora empieza el nuevo Directorio que refleja lo que ocurrió en las elecciones internas pasadas. El desafío que tiene el partido es no dejar de ser lo que es:  un partido que se siente orgulloso de su gobierno, que lo apoya pero a su vez lo controla, y que tiene vida propia. El riesgo que tenemos –y lo tenemos tan claro que lo hablamos con todos los dirigentes del partido– es que el gobierno no puede absorber al partido. Primero porque el gobierno es más que el partido, pero segundo porque necesitamos un partido vivo como estructura militante, entre otras cosas, para apoyar al gobierno pero además para controlar. Yo veo un partido vigente, pujante, motivado y militante. Es una oportunidad histórica. Lo dije para la coalición, pero por lo partidario también es una oportunidad histórica de que este proceso no termine con esta presidencia y con esta coalición de gobierno. Que siga y para eso necesitamos un partido defendiendo, pujando, criticando, sugiriendo o proponiendo. 

¿Y dónde ve a Álvaro Delgado?
Militando, proponiendo, criticando y sugiriendo. Y haciendo un buen gobierno. 

¿Candidateándose? 
Tuvimos un proceso electoral demasiado largo, y además de todo una pandemia, como para estar hablando de esas cosas. 

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