Diego Battiste

Diez momentos de Talvi en sus tres años de política

Desde su alejamiento de la política tradicional y de Sanguinetti hasta su labor durante cuatro meses en la Cancillería

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27 de julio de 2020 a las 09:55

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En tres años, el excanciller Ernesto Talvi -que renunció a su banca en el Senado y se alejó de la política partidaria- creó un sector dentro del histórico Partido Colorado, compitió y venció al expresidente Julio María Sanguinetti en las elecciones internas y ganó popularidad en el electorado como un líder renovador que intentó captar a los "desencantados" de la política.

Sin embargo, su trayectoria estuvo marcada por las diferencias expuestas con Sanguinetti y otras figuras del partido, en la coalición multicolor y en el propio gobierno, con una impronta que le valió una renuncia anticipada en la Cancillería y el propio reconocimiento de sobreestimar su capacidad de adaptar la experiencia académica a la política. "Y aunque hoy creo entenderlo y en todo momento intenté hacer lo mejor, no es lo mío", dijo a través de una carta que hizo pública este domingo.

Aquí, un repaso por los diez momentos que marcaron los tres años de Talvi en la política.

Hijo político de Batlle

El expresidente Jorge Batlle fue en 2015 al Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), cuyo director académico era Ernesto Talvi, a quién le dijo: “Usted tiene un sueño, un proyecto de país, un equipo de gente formidable, de gente formada en las mejores universidades, una comunicación con el ciudadano común que es mejor que con las élites y tiene un amor por el país que solamente puede tener el hijo de un inmigrante agradecido. A usted le puede ir mejor en política y yo vengo a plantearle que asuma esta responsabilidad porque lo precisa el país y lo precisa el Partido Colorado. Eso sí, tiene que tener ganas. Si no tiene ganas me levanto y me voy, pero si tiene ganas yo le enseño el oficio porque usted es más a o menos inteligente, y usted lo va a aprender rápido”.

Según contó Talvi en una entrevista con El Observador en febrero del año pasado, se reunió con Batlle durante los últimos diez meses de su vida. Sin embargo, no fue hasta el año 2018 cuando decidió pasar de la arena académica a la política y presentó su propio sector dentro del Partido Colorado, Ciudadanos, recordando las palabras de su impulsor: "Mire que lo voy a dejar clara una cosa: usted no va a ser mi heredero. Usted tiene un sueño propio, cuéntele a los ciudadanos su sueño, que lo van a acompañar”.

Cruce con el hijo de Batlle

Al mes siguiente de esa entrevista, el hijo de Jorge Batlle, Raúl Batlle, le pidió a Talvi que dejara de utilizar el nombre de su padre para hacer campaña. "Le pido públicamente al señor Talvi que levante el nivel de su campaña y deje de hablar de Sanguinetti y de Jorge Batlle", publicó en su cuenta de Facebook. 

"Estoy cansado de cómo este señor Talvi repite y repite lo que le dijo Jorge Batlle, quien falleció en octubre de 2016 y ya no está entre nosotros muy a nuestro pesar", escribió con letras mayúsculas y con visible molestia. Cuestionó además que Talvi hiciera públicas conversaciones de Batlle y Talvi, "donde solo uno está vivo y las repite hasta el hartazgo", y le pidió que utilizara la campaña para contar "más de su proyecto".

El debate con Andrade

Tras 25 años de ausencias de debates electorales, los entonces precandidatos del Frente Amplio (FA) y del Partido Colorado (PC), Óscar Andrade y Ernesto Talvi, debatieron en el programa Todas las voces previo a las elecciones internas del 30 de junio.

Talvi reconoció que el debate con Andrade significó un antes y un después. A partir de ahí su popularidad fue en ascenso y el “índice de imagen” elaborado por la consultora Factum en agosto le otorgó 61 puntos, apenas uno menos que el excandidato del FA Daniel Martínez y 13 más que el ahora presidente Luis Lacalle Pou. 

Leonardo Carreño

Talvi conjugó sus roles de académico y batillista. Criticó al entonces gobierno del FA por darles la espalda a los empresarios y defendió su rol de batllista y defensor de los asalariados, y utilizó datos y gráficos para sustentar lo que estaba diciendo.

En ese entonces, los politólogos que analizaron los discursos coincidieron en que Talvi intentó captar votos por fuera del Partido Colorado ya que se refirió a los cambios que necesitaba el país.

Triunfo en las internas ante Sanguinetti

El último domingo de junio, Talvi se consagró como líder del Partido Colorado tras obtener más de 97 mil votos y derrotar al experimentado Sanguinetti, con 21 puntos de diferencia.

Talvi fue el segundo candidato más votado en Montevideo, detrás de Lacalle Pou. 

Al día siguiente de las internas, Sanguinetti dijo que por su perfil Talvi podría ser un "un dolor de cabeza" para el candidato por el Frente Amplio, Daniel Martínez. "Por su perfil, Talvi es imán para una parte de los votantes desencantados del Frente Amplio", indicó. 

Sin embargo, con el pasar de la campaña electoral para las elecciones de octubre, Guido Manini Ríos fue ganando terreno y aunque finalmente el Partido Colorado quedó posicionado como la tercera fuerza política, las encuestas de la semana previa a la votación indicaban un marcado descenso en la intención de votos.

La fórmula colorada, integrada con Robert Silva como candidato a vicepresidente, obtuvo el 12,34% de los votos, y superó por escaso margen a Cabildo Abierto con 11,04%.

Distanciamiento con Sanguinetti

Pasó un mes y medio desde que Sanguinetti y Talvi se vieron después de las elecciones internas, en un acto en Montevideo. Las diferencias entre ambos quedaron claras incluso durante la campaña, cuando el economista se autoproclamó "renovador" y se mostró distante de lo que llamó "la vieja política". 

"Un adolescente cuando llega a la adolescencia se quiere emancipar de su padre, porque quiere construir su identidad, porque quiere construir su propia trayectoria de vida. Eso no quiere decir que deje de querer a su padre". Así explicó por qué le dijo que no al apoyo que le ofreció el expresidente y en qué se diferencia de la forma de hacer política del histórico líder colorado.

Camilo dos Santos

"Sanguinetti sí, el viejo aparato electoral sanguinettista, no. Sanguinetti sí, el sanguinettismo, no”, sostuvo el líder de Ciudadanos.

"Tengo un respeto enorme por el doctor Sanguinetti y nos hubiera encantado tener su respaldo, pero no de todo el plantel. Tenemos plantel propio, tenemos jugadores propios, tenemos juveniles en ascenso, tenemos una estructura renovada, más joven, más vocacional", agregó entonces.

 

Cuando las encuestas mostraban un descenso en el Partido Colorado, a dos semanas de las elecciones, Sanguinetti marcó "errores" de campaña cometidos por el economista, que son "dolores de parto" propios de un partido que iba camino a "progresar una renovación casi total y completa de sus cuadros políticos, técnicos y profesionales".

Luego de las elecciones nacionales, la relación de los líderes mejoró e incluso mantuvieron reuniones durante el verano todas las semanas para hablar sobre los cargos del partido en el gobierno y futuras estrategias políticas, pero volvieron a distanciarse durante varios meses.

El "océano de distancia" que lo separó de Manini Ríos

Luego de las internas, parecía difícil que Talvi y el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, se sentaran en una misma mesa a negociar el acuerdo para una coalición de gobierno que respaldara a Lacalle Pou. "Las distancias que nos separan de Manini son oceánicas. No es fácil sentarte a la mesa a negociar un proyecto de país en común con quien tenés diferencias enormes", declaró en julio del año pasado en entrevista con La diaria.

Sin embargo, el 5 de noviembre se firmó el acuerdo de Compromiso por el país con los cinco partidos que integran la coalición. Incluso días después se realizó un acto conjunto con los líderes de los cinco partidos.

Diego Battiste

Las diferencias persistieron en las negociaciones por el candidato único a la IMM por la coalición. Antes de que Laura Raffo fuera elegida, el general retirado anunció que estaba dispuesto a competir en las elecciones departamentales de Montevideo bajo su lema y como candidato en representación de la coalición, lo que provocó la reacción inmediata de Talvi. Los colorados tiraron a la cancha el nombre del canciller designado por Lacalle Pou para también competir eventualmente por la capital.

La jugada de Talvi, más que impulsar su candidatura, buscó bloquear el movimiento de Manini Ríos y también marcar en la interna de la coalición los votos del Partido Colorado. 

La pelea con el hijo de Sanguinetti

El dirigente colorado Julio Luis Sanguinetti, designado vicepresidente de UTE en mayo, tildó a Talvi de "petiso acomplejado" luego de que se negara a firmar la resolución para que el hijo del expresidente fuera delegado uruguayo ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).

Cuando Talvi rechazó el apoyo del "sanguinettismo" a su precandidatura en la interna colorada, uno de los primeros en contestarle fue Julio Luis Sanguinetti, como coordinador de campaña de su padre, quien en Twitter le reprochó los dichos. “Cuando tú lo rechazaste Julio María Sanguinetti no tenía aparato de ningún tipo. El que tiene hoy vino de los más diversos lugares: pedristas, jorgistas, vieristas, etc. Además, ¿no llegó el momento de hablar de otra cosa?”, escribió.

Talvi dijo en una rueda de prensa que era una “política sana” que los familiares de líderes políticos no integraran los órganos de la cancillería y subrayó que no era un “tema personal”, sino que obedecía a los principios que también rigen a Ciudadanos, su sector.

Gestión humanitaria

Durante sus cuatro meses como canciller, su gestión estuvo marcada por las tareas humanitarias y concreción de repatriaciones a raíz de que cientos de uruguayos quedaron varados por la pandemia por coronavirus. En esta tarea no se sintió lo suficientemente respaldado por la coalición de gobierno, aunque le fue reconocida por la ciudadanía y países de todo el mundo. 

Dijo a su entorno que el apoyo había sido insuficiente, y que había tomado la iniciativa de hacer descender a los pasajeros del crucero Greg Mortimer pese a la desconfianza del ministro de Defensa Nacional, Javier García, y el de Salud Pública, Daniel Salinas, y les dio a entender que “si era por el gobierno, no salía”. 

Esas acciones humanitarias llevadas adelante en la emergencia sanitaria lo enorgullecieron hasta las lágrimas, como se mostró más de una vez ante las cámaras.

Venezuela no es dictadura

Talvi tuvo también roces con Lacalle Pou por su posicionamiento sobre Venezuela y otro cruce sobre el candidato apoyado por el gobierno para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo.

En una entrevista con El Observador publicada el 6 de junio, el canciller dijo que desde ese rol no iba a calificar a Venezuela como una dictadura, algo que sí había hecho durante la campaña electoral. Más allá que considera y afirma que en Venezuela no hay una democracia, asegura que desde el lugar de diplomático no puede denominarla como dictadura.

El tema Venezuela constituye un asunto de primer orden de la política regional para Lacalle Pou. Tras esas declaraciones de Talvi, el presidente comunicó a su círculo de confianza que él si estaba dispuesto a hacerlo. Ese mismo lunes 8, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, ratificó la posición de la cúpula del Poder Ejecutivo. "Cuando no hay respeto por derechos humanos y no hay democracia, obviamente es una dictadura", señalo en una conferencia de prensa. El mandatario, en tanto, se refirió por primera vez al régimen chavista la semana pasada durante una video conferencia en la que ratificó su negativa a invitar a Nicolás Maduro a la ceremonia de asunción del 1° de marzo. Lacalle Pou argumentó que una de las bases de su discurso ese día sería la libertad y que no podría pronunciarse en esa línea si fueran invitados "dictadores".

Diplomacia 5.0 y la salida de Cancillería

El 1° de julio, Talvi renunció a Cancillería tras algunas diferencias con el gobierno de Lacalle Pou. La decisión se precipitó tras su presentación del proyecto de reforma de la diplomacia comercial cuyo contenido era desconocido en la Torre Ejecutiva, y la confirmación extraoficial de que el embajador Francisco Bustillo sería su sucesor.

Con ese plan buscaba terminar con lo que él llama “diplomacia de cóctel”, y en su lugar, abrir nuevos mercados para colocar productos y servicios uruguayos.

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