En los salones curriculares de primaria, secundaria y hasta carreras terciarias, es común que muchos alumnos fracasen en las matemáticas. Según BBC Mundo, se estima que entre el 3 y 6% de la población sufre de discalculia, un trastorno que permite entender a las personas a las que les aterra la matemática.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) determina a la discalculia como una "condición que afecta la habilidad de adquirir destrezas matemáticas". Los estudiantes que padecen dicho trastorno pueden encontrar dificultades en la comprensión de conceptos numéricos y en la resolución de problemas que involucren números.
La discalculia se describe como la "prima matemática" de la dislexia, aunque no se reconoce, ni se estudia mucho como ésta.
La escritora Hannah Tomes padece de esta condición y contó a BBC Mundo que desde que tiene memoria le tiene "pavor a lo relacionado con números". En suma, dijo que no pudo leer un reloj con claridad hasta los 15 años y lo logró a través de ensayo y error. Hoy en día si le preguntan la hora tiene pánico de equivocarse.
Tomes desconoció durante toda su infancia que tenía este problema y fallar hasta en la división más simple la hacía ser extremadamente crítica con ella misma.
La discalculia es un desorden mental que conlleva a una importante dificultad para hacer cálculos aritméticos. Según Tanya M, Evans, citada en BBC Mundo, "en algunos niños con discapacidad matemática, la memoria de procedimiento puede no funcionar bien, por eso las habilidades matemáticas no se automatizan". Este dato lo aportó del estudio que lideró, realizado por Georgetown University Medical Centre y la Universidad de Stanford en Estados Unidos.
Algunos estudios han demostrado que es un problema de desarrollo del cerebro, que se puede procesar en el vientre materno o en los primeros años. Asimismo, otros estudios han indicado que tiene un alto componente hereditario.
Muchos expertos creen que la discalculia puede ser tratada de una forma similar a la dislexia. Es decir, si se aborda a tiempo y de la manera adecuada la persona puede mejorar su condición.
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Esta condición se empieza a reflejar en edades tempranas, como a los 4 o 5 años. Las señales pueden observarse desde que el niño entra a un nivel preescolar hasta que finaliza el periodo escolar. Algunos indicadores comunes de discalculia son:
-Si el niño hace sumas con la ayuda de los dedos de la mano y tiene una edad mucho màs elevada de lo normal
-Si tiene dificultades para hacer estimaciones aproximadas
-Si cuando cuenta del 1 al 10 tiene que contar de 1 a 10; luego de 1 a 9; y así consecutivamente
-Si cuenta de 10 en 10 a partir del 70 (70, 80, 90, 100, etcétera)
-Si al estimar una medida erra por una cifra grande. Por ejemplo, si se le pregunta cuánto mide la pared de una casa y su respuesta es 60 metros
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