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Disturbios sociales de Chile abren el camino a elecciones impredecibles

La recién elegida asamblea constituyente de izquierda tendrá una gran influencia en una contienda fragmentada en ese país

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04 de agosto de 2021 a las 05:03

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Por Benedict Mander

Los inversores dieron un suspiro de alivio cuando el comunista Daniel Jadue, uno de los dos favoritos para ganar la carrera presidencial de Chile en noviembre, fue profundamente derrotado en las elecciones primarias del partido el mes pasado.

Pero una gran incertidumbre aún se cierne sobre la contienda, la primera desde que las protestas masivas en 2019 iniciaron una transformación pacífica del Estado chileno, en la que el poder ha pasado de las élites tradicionales a una generación más joven. Con la economía fuertemente afectada por la pandemia de covid-19, la carrera presidencial se perfila como impredecible, sobre todo debido a la influencia que podría tener en las elecciones una asamblea constituyente de izquierda encargada de redactar una nueva Constitución.

El candidato de izquierda, Gabriel Boric, de 35 años, quien saltó a la fama hace una década durante las protestas estudiantiles contra la desigualdad en la educación chilena, obtuvo más de un millón de votos en las primarias de la principal coalición de izquierda, contra 693.000 para Jadue. El contendiente de derecha, Sebastián Sichel, un exministro de Desarrollo Social de 44 años del presidente Sebastián Piñera, ganó la nominación de su coalición con sólo 660.000 de los 1.3 millones de votos. En el país de 19 millones, esas primarias suelen ser buenos barómetros para la contienda presidencial.

“Puede que no dure, pero Boric tiene impulso”, dijo Patricio Navia, politólogo chileno de la Universidad de Nueva York. Además, “la derecha es un desastre”, dice. La agitación social de 2019 dejó al gobierno ahora profundamente impopular de Piñera —el exmagnate y multimillonario de las aerolíneas— al borde del colapso. “Quienquiera que sea visto como cercano a Piñera está condenado”, agregó Navis.

Sin embargo, cualquiera puede ganar. Hasta media docena de candidatos podrían postularse en la primera vuelta de noviembre, posiblemente tanto a la izquierda de Boric como a la derecha de Sichel, así como al menos uno del disputado centro. Yasna Provoste, la muy querida presidenta centrista del Senado, se unió a la carrera hace 10 días.

Otro elemento de incertidumbre en la campaña es la nueva asamblea constituyente, que en julio comenzó a trabajar para redactar una Constitución que reemplazará a la impuesta durante la dictadura del general Augusto Pinochet. Esta reforma es la victoria más palpable de los manifestantes de 2019 hasta el momento.

Robert Funk, politólogo de la Universidad de Chile, dijo que esta asamblea es “la mayor amenaza, sin duda”. Su líder y miembros “parecen empeñados en impulsar la narrativa de que son verdaderamente representativos de la población chilena”, dijo. Esto probablemente presionará a quien sea elegido para que las cumpla por temor a represalias. Los chilenos deben votar sobre el nuevo texto en un plebiscito en el tercer trimestre del próximo año.

Boric podría sentir presión para asegurar el apoyo de sus votantes de izquierda para mantener a los partidarios de la asamblea a su lado. Al mismo tiempo, Sichel tendrá que vencer a los oponentes de la extrema derecha; los analistas advierten que José Antonio Kast podría derrotarlo en la segunda vuelta presidencial de diciembre si se aleja demasiado del centro. Esto dificulta cualquier esfuerzo de los candidatos para buscar el apoyo de los votantes centristas.

Antes de su elección como líder de la nueva asamblea constituyente, Elisa Loncón, activista por los derechos indígenas mapuche y respetada académica, le dijo al diario chileno La Tercera: “Es posible dialogar con nosotros. No hay que temernos”.

La pregunta es si el énfasis de la asamblea en la identidad, la diversidad y la independencia política “hará que sea imposible llegar a un acuerdo en algo”, dijo Funk. 
Todo esto podría dejar al próximo presidente recién elegido con mucho menos margen de maniobra.

Las incertidumbres significan que los inversores se mantendrán cautelosos. Hubo una renovación de los rostros que lideran la clase política chilena, dijo Lucia Dammert, socióloga, reflejando el tipo de cambio que los propios chilenos podrían desear para su país. “Pero aún es demasiado pronto para saber si se trata de indicadores sólidos o si simplemente es parte de un proceso”.

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