En cada cambio de estación dejo cosas y cuestiones por el camino, incluyendo lo que sale de mi ropero para que lo use alguien más, ojalá. En cada mudanza, que ahora son menos, dejé media casa de utensilios que no usaba. Si hoy fuera honesta conmigo misma, mi biblioteca debería reducirse a la mitad y mi guardarropas a un cuarto. Y todo eso me daría una gran paz mental. Entonces, ¿por qué sigo, por qué seguimos acumulando cosas y más cosas que nos agregan obligaciones (deudas, entre ellas) y nos acercan poca o nula felicidad?
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