El caso Freijido y la dificultad para establecer un perfil de abusadores sexuales

La sentencia judicial detalló que los informes periciales realizados por psicólogos y psiquiatras concluyeron que su rasgo de personalidad es narcisista.

El dictamen también incluyó una cita de un médico psiquiatra y psicoterapeuta congnitivo que trató a Freijido, quien expresó que "no existe un perfil del abusador sexual, no hay trastornos de personalidad que permitan decir si existen estos trastornos, ni existe la posibilidad de hacer un elenco de ítems que permitan definir un perfil", y agregó que eso hace difícil "poder evaluar riesgos en algunas poblaciones en las cuales es muy importante evaluar, pero hasta ahora no se puede". "Precisamente por eso sería muy importante poder detectar si los candidatos al magisterio o a la medicina tienen un perfil compatible con el abuso sexual", señaló el especialista.

Aunque diversas sentencias recurren a palabras similares para definir al autor de un delito sexual, la ciencia y la medicina a nivel mundial coinciden en que no hay un perfil definido de abusador sexual, tal como señaló la sentencia de Freijido, un hombre que trabajó durante años con niños pero del que no pudieron detectarse de forma previa sus conductas.

El psicólogo forense, Gustavo Álvarez, explicó que internacionalmente hay coincidencias sobre la "no existencia de un perfil del abusador sexual infantil", como tampoco es posible categorizar a quienes cometen otros delitos. "Todos los perfiles son heterogéneos porque la subjetividad es diferente", señaló en diálogo con El Observador.

La heterogeneidad se da también si es un pedófilo, que es un trastorno psiquiátrico, y en alguien que eventualmente pasó al acto y cometió un delito. "El pedófilo tiene determinado enamoramiento, acercamiento, puede tener una personalidad regresiva, de corte infantil y conductas evitativas", ejemplificó Álvarez.

Sin embargo, alguien que "pasa al acto y comete el delito con una fuerte carga de violencia, tiene otro perfil". También puede suceder que algunos abusadores hayan cometido delitos de "baja intensidad" no vinculados al abuso, sean poco empáticos y agresivos, y en una escalada de violencia cometan un delito sexual.

La psicóloga Rosmari Perazza trabajó ocho años como perito en el Instituto Técnico Forense del Poder Judicial y perició a cientos de abusadores. La especialista coincidió en que no se puede determinar de forma preliminar el perfil de un abusador antes de que pase a la acción o dé sus primeros pasos.

"Hay personas completamente normales en su funcionamiento, en un momento descienden sus defensas y realizan un acto que configura un delito. Eso no se puede determinar con antelación", explicó.

La única forma de realizar un acercamiento posterior al perfil del individuo es con el análisis de una escena del crimen. "Desde las huellas psicológicas en la escena se puede determinar si la persona es desorganizada, si tiene psicosis, y se va armando una investigación", señaló.

En sus años de trabajo en el Poder Judicial, manejó pocos casos de abusadores que hayan sido víctimas de violencia o abuso sexual en su niñez.

"En algunos casos cuando se revela una situación de abuso cometida por determinada persona impacta mucho en la familia y en su entorno, no lo pueden creer. Esto pasa porque presentaba un perfil adaptativo y normal, pero se produce una disociación y vida paralela", explicó Perazza.

En otras ocasiones el disparador para cometer el delito es el consumo de sustancias, por lo que distintas variables pueden explicar por qué el abusador sexual actúa de determinada forma, y es difícil preverlo.

El Registro de Violadores

El Poder Ejecutivo emitió semanas atrás el decreto que reglamenta el Registro Nacional de Violadores y Abusadores Sexuales, que fue aprobado en la ley de Urgente Consideración a iniciativa del presidente de la República, Luis Lacalle Pou.

Serán incluidos los condenados con sentencia por los delitos de violación, abuso sexual, atentado violento al pudor, abuso sexual sin contacto corporal y corrupción de menores, además de los delitos previstos en la ley sobre violencia sexual, comercial o no comercial, cometida contra niños, adolescentes o incapaces.

El objetivo es que determinadas instituciones que trabajan con menores de edad exijan un certificado de no inscripción en el registro antes de contratar a un empleado, y el Ministerio del Interior, además, podrá brindar información sobre los individuos incluidos "a toda persona que lo solicite con razones debidamente fundadas".

A diferencia de otros especialistas, Adriana Savio, también psicóloga forense, consideró que sí existe un perfil con rasgos comunes de personalidad de abusadores, como la perversidad y la falta de empatía, y que un registro es útil porque estas personas "son muy tentables a reincidir sobre lo que les llama la atención".

Sin embargo aclaró que el listado "debe estar acompañado de la coherencia en los medios que aportan información sobre si esa persona puede ser peligrosa a futuro", señaló en relación a las pericias.

Según Savio, se trata de personas con dificultades para la rehabilitación, ya que el perverso "no tiene marcha atrás porque funciona en base al sufrimiento de otros".

Para Álvarez la idea de un registro de violadores y abusadores le genera "miedo y preocupación". "Puedo compartir el concepto de fondo, pero tengo discrepancias con los fallos judiciales y la manera de periciar. Si se hace una pericia profunda, podemos tener elementos para acercarnos a las posibilidades de que la persona haya cometido el delito. Si las pericias son relativas, hay que tener cuidado", comentó.

En tanto, Perazza coincidió con la importancia de acceder a la "información fidedigna" para sentenciar a una persona. Además, remarcó que hay casos donde "no se logra suficiente prueba para penalizar conducta y hay personas que no estarán comprendidas en el registro", aún habiendo cometido el delito.