El cruce de caminos al que se enfrenta Uruguay ante el intento negociador de Lula con China

Su llegada al Palacio de Planalto traerá, entre otros cambios, una nueva conversación del Mercosur con China, dado que su equipo tiene interés en proponerle un tipo de acuerdo distinto a un tratado de libre comercio, según había informado Búsqueda a principios de diciembre. 

Si bien aún es una idea incipiente, este planteo pone en aprietos a Uruguay, que ya realizó un estudio de factibilidad y está esperando que China decida iniciar las negociaciones para la firma de un TLC por fuera del Mercosur.

Lula impulsa un acuerdo preferencial de comercio de alcance parcial, según supo El Observador a partir de fuentes diplomáticas. Este mecanismo tiene una menor complejidad estructural que un TLC, algo que también es bien visto por Argentina. 

Sin embargo, las fuentes consultadas precisaron que China hace “mucho tiempo que no negocia ese tipo de formato” y que, de hecho, ya no lo hace más para la mayoría de los casos. Beijing solo otorga preferencias arancelarias fuera del formato TLC a los llamados “países menos adelantados”, entre los cuales no se encuentra ni Brasil ni Uruguay.

Durante la presentación del nuevo subsecretario de Relaciones Exteriores, Nicolás Albertoni, el canciller Francisco Bustillo se refirió al nuevo enfoque brasileño y expresó que a Uruguay le parece “fantástico” todo lo que esté impregnado en la palabra “acuerdos”. 

Bustillo mencionó que el gobierno de Lacalle Pou tenía “objetivos trazados” y que seguiría avanzando siempre que China también lo quisiera hacer, aunque “de ninguna manera” descartaba “acuerdos en el camino de otro tipo o nivel”. 

En la cancillería entienden que Lula tendrá que trabajar para cambiar el enfoque de política comercial actual de China con el debido cuidado de no ofertar un modelo irrealizable.

La intención de Lula ingresó a oídos uruguayos por canales de izquierda y, de hecho, es coincidente con lo que en más de una ocasión planteó Mujica.

Fuentes de gobierno señalaron que están abiertos a escuchar la propuesta brasileña pero sostienen que no se apartan del camino que Uruguay comenzó a recorrer con China en solitario. 

Durante los últimos tres años el gobierno de Lacalle Pou procuró sin éxito obtener un permiso del Mercosur para negociar bilateralmente con China, al tiempo que insistió en cada cumbre del bloque en la necesidad de “flexibilizar” y “modernizar” el Mercosur.

La prédica uruguaya no hizo en eco en el gobierno de Alberto Fernández y encontró algo de apoyo en el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, pero no pudo lograr que la administración de Jair Bolsonaro diera un paso adelante en este tema.

De todas maneras, Uruguay siguió adelante y finalizó un estudio de factibilidad conjunto que trajo como corolario el inicio de las negociaciones formales. Sin embargo, eso aún no ocurrió y no está en el horizonte cercano. Desde el gobierno han afirmado que la postergación obedece a una cuestión de organización interna de China. 

“Estamos aguardando los tiempos de China”, reconoció Bustillo en la conferencia, en la que también anunció que el nuevo jefe de la negociación por parte de la cancillería será el embajador Gabriel Bellón en sustitución de Fernando López Fabregat, que lo suplantará al frente de la misión en Alemania. 

En el escenario actual, el gobierno encuentra un nuevo socio para abrir negociaciones con China, aunque no sea exactamente por la vía que Lacalle Pou propuso. Pero el temor en el gobierno es que ese cruce de caminos termine por enredar la madeja para Uruguay y que, al final, todo termine quedando en la nada.